Bretton woods

INTRODUCCIÓN

Hasta el 1 de julio de 1944, Bretton Woods parecía ajeno a lo que sucedió en el furioso mundo de la Segunda Guerra Mundial. Pero ese mes, en este pequeño asentamiento turístico al pie de la montaña, sus picos recuerdan los nombres de más de una decena de presidentes estadounidenses, entre los que llama la atención el majestuoso Monte Washington.

Para Bretton Woods, no eran solo los países capitalistas, sino que la supremacía estadounidense sería evidente de principio a fin. Desde la elección del lugar (relativamente lógico, considerando que la guerra en Europa estaba lejos de terminar) hasta los arreglos de la conferencia. El resto lo haría la Guerra Fría, que pasó gradualmente de los acuerdos entendidos como un sistema internacional de regulación del capitalismo a los países donde se practicaba el socialismo real.

Desde el punto de vista de los acuerdos alcanzados entre los 44 países participantes, una cantidad nada despreciable si se considera que la mayor parte de Asia y África eran colonias europeas y Europa estaba dividida, la conferencia fue un éxito para Estados Unidos. Este país logró sacar adelante la propuesta formulada por el economista Harry Dexter White ante la iniciativa británica, cuya paternidad correspondía al respetado John Maynard Keynes.

Dos nuevas instituciones

Una de las ideas que White podría adoptar fue la creación del Fondo Monetario Internacional. El Banco Mundial también surgió de Bretton Woods, que originalmente se denominó Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento en un contexto de gran preocupación por la devastación de la guerra.

Otra consecuencia fue la sustitución de un patrón dólar por el patrón oro. Hasta entonces, los países respaldaban las diversas monedas nacionales con sus reservas de oro, que habían disminuido con el enorme gasto militar en la mayoría de los países. En la conferencia de Bretton Woods se estableció una equivalencia fija entre dólares y oro (una onza de este metal siempre valdría 35 dólares), lo que convirtió a la moneda estadounidense en la moneda de referencia. Años más tarde, esta medida se levantó de facto porque Estados Unidos, cuyo gasto aumentó como consecuencia de la Guerra Fría, no pudo mantener la equivalencia.

En última instancia, Bretton Woods aportó el Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio (conocido como GATT por sus siglas en inglés).

Esta medida fue un revés para quienes querían un organismo mucho más poderoso para regular el comercio internacional. En 1995, el proceso culminó con el establecimiento de la Organización Mundial del Comercio. Fue un epílogo de la reunión que 51 años antes había reunido a más de 700 representantes de la mayoría de los países del mundo en un tranquilo hotel en las montañas de New Hampshire.

LA CREACIÓN DEL FMI Y EL BANCO MUNDIAL

El proyecto inicialmente contemplaba la creación de un Fondo Internacional de Estabilización Monetaria, un Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento y un Fondo para estabilizar los precios de las materias primas. En ese momento, se desconocía la existencia del Plan Keynes posterior del destacado economista británico John Maynard Keynes. Sin embargo, a finales de 1942 se anunció que el Proyecto Blanco había evolucionado, y en abril de 1943 se publicaron simultáneamente el segundo Plan Blanco y el Plan Keynes.

La segunda versión de las propuestas hechas por Harry D. White, Subsecretario del Tesoro de Estados Unidos, ya no contenía el Fondo de Productos Básicos, sino principalmente la creación de un Fondo Internacional de Estabilización Monetaria para los países aliados formado por los gobiernos.

Este fondo debería poder otorgar préstamos a plazo fijo a países con déficit en cuenta corriente, hasta cierto límite, para que puedan corregir su desequilibrio sin modificar su tipo de cambio, a menos que el desequilibrio sea de naturaleza "fundamental". en el que se podría negociar con el fondo un cambio en la paridad actual. Cada país establecería su paridad inicial en gramos de oro y se adoptaría una unidad internacional de unidades nominadas para fines contables.

Por otro lado, el Plan Keynes era una propuesta mucho más ambiciosa y al mismo tiempo menos estructurada formalmente para crear una unión de compensación internacional que permitiera a los países con déficit en cuenta corriente pagar saldos a sus acreedores en una unidad monetaria conocida como bancor, hasta ciertos límites. Límites. Los acreedores eran libres de hacer uso de estos saldos. No habría transferencias de oro entre bancos centrales, pero está claro que el sistema sin oro recuerda al mecanismo de trabajo del patrón oro de otros tiempos. A ciertos elementos de la corrección automática por parte de los países deficitarios, se ha sumado explícitamente una acción automática por parte de los países con superávit (que han acumulado bancos) para corregir sus superávits excesivos y restablecer así algún equilibrio en los movimientos de dinero. Las monedas nacionales mantendrían la paridad con el bancor y podrían establecerse de común acuerdo.

El Plan Keynes no preveía una agencia específica para la reconstrucción o el desarrollo, pero sugirió que varios otros fondos relacionados con los ajustes de posguerra podrían administrarse a través de la Unión Internacional de Compensación.

Mientras que el propio Plan Keynes británico recomendaba un mecanismo bancario internacional no demasiado formalizado y al mismo tiempo bastante automatizado en manos de los bancos centrales; Por su parte, muy al estilo norteamericano, el Plan White recomendaba un órgano estructurado en el que se establecieran legalmente las funciones, reglas de funcionamiento, límites, medidas reparadoras, las condiciones para su implementación e incluso medidas relacionadas con la disolución del cuerpo.

EL FMI

En las negociaciones entre Reino Unido y Estados Unidos, teniendo en cuenta proyectos de Canadá y Francia muy similares al Plan White, finalmente se rechazó el Plan Keynes y se llegó a un acuerdo en abril de 1944 para adoptar un solo proyecto. Creación del fondo logrado. Basada en una declaración conjunta firmada por representantes de 30 países que participaron en las consultas.

En el caso del acuerdo con el FMI, hubo varias cuestiones interesantes: los saldos no convertibles de la comunidad británica, la previsible "escasez de dólares", el establecimiento de paridades iniciales y las condiciones para modificarlas en caso de un "desequilibrio fundamental". y el desmantelamiento de sistemas restrictivos y de control

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