Bullying Un Problema Que Aqueja A Nuestros Niños
martharamos6119 de Junio de 2012
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Bullying: un problema que aqueja a nuestros niños.
Durante muchas generaciones los niños han sido víctimas de otros niños, han sido repetidamente amenazados, agredidos, humillados y rechazados, sólo que desde hace pocos años empezamos a ser conscientes en nuestro país de que este tipo de comportamientos que ahora conocemos como bullying o maltrato y acoso entre los niños y adolescentes es intolerable. Supone una agresión gratuita, cruel y repetida de personas más fuertes o con más poder hacia otras personas más débiles o con menos poder real o percibido.
Por distintas razones no ha sido motivo de queja en los centros educativos, entre los docentes, los padres o el mismo alumnado que la padece.
Los participantes en el acoso escolar se pueden clasificar en cuatro categorías: “agresor”, “víctima”, “víctima-agresor”, y el “neutro” (compañero no implicado en el fenómeno de acoso). La mayor parte del acoso ocurre en la escuela, más que en el camino a ella o de regreso de ella. Los agresores y las víctimas generalmente están en el mismo grado escolar y, aunque se supone que los menores son supervisados en la escuela, la mayor parte de los episodios de acoso no son del conocimiento de los maestros y la víctima habitualmente se siente incapaz de reportarlos a éstos y a sus padres.
La intervención en el acoso escolar debe llevarse a cabo en y por la comunidad educativa implicando a todos sus miembros.
Responsabilizarse de la seguridad del alumnado es una tarea del sistema educativo en general, de la dirección y de los profesores en particular; esa responsabilidad debe traducirse en diversas medidas cuyo objetivo sea promover las relaciones sociales igualitarias entre los alumnos y favorecer las relaciones positivas. Velar por la seguridad del alumnado significa, en este caso, disponer de información sobre sus relaciones sociales e intervenir cuando éstas no sean adecuadas, sean deficitarias por aislamiento social o rechazo, o claramente dañinas como en el caso del acoso escolar.
Es importante crear expectativas positivas en las relaciones sociales entre el alumnado, así como crear y utilizar normas de comportamiento y formas de trabajo cooperativas. Los roles que se producen en una situación de bullying son un primer punto de partida para aproximarse a las formas de relación activas o pasivas en relación a estas conductas.
Tres características de la escuela que contribuyen a la violencia escolar son:
a) La justificación o permisividad de la violencia como forma de resolución de conflictos entre iguales.
b) El tratamiento habitual que se da a la diversidad actuando como si no existiera.
c) La falta de respuesta del profesorado ante la violencia entre escolares, que deja a las víctimas sin ayuda y suele ser interpretada por los agresores como un apoyo implícito. El papel del docente se reduce a la transmisión de conocimientos con escasa intervención fuera de los límites del aula.
En la actualidad los programas deben partir de una política escolar global en la que la intervención tenga lugar a nivel de la escuela, del aula e individual, incidiendo en la prevención primaria. Los objetivos de estos programas son:
• Generar un clima escolar de cooperación
• Generar actitudes negativas hacia la agresión
• Hacer conscientes a alumnos y profesores de la importancia y los efectos negativos del matonismo
• Técnicas de resolución de problemas
• Dinámicas de grupo y relajación dirigidas a agresores y a víctimas.
Estrategias que el profesor debe de llevar a cabo en el aula
1. Ayudar a los alumnos a formular y expresar su propia forma de ver cómo deben comportarse, ayudándoles en la adquisición de las habilidades necesarias para poder ser de ayuda.
2. Animar a la
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