CONSECUENCIAS DE LA RESOLUCION 970 DE 2010 EN COLOMBIA

Para nadie es desconocido que Colombia es un país meramente agrícola, aunque, a lo largo de los últimos años los sectores industrializados se han fortalecido, la mayor fuerza productiva de nuestro país y los bienes que más se exportan, siguen siendo los del primer sector de la economía.

Esta información era conocida claramente por los Estados Unidos al realizar las negociaciones del TLC que se firmo con Colombia, y por ende, una de sus exigencias era “tecnificar” según ellos, el sector agrícola, implementando una semilla “certificada” la cual es alterada genéticamente para conservar los “derechos de autor” de las multinacionales que las producen, ya que en caso de que se quiera volver a sembrar con esta semilla los campesinos deberían reconocer con algún dinero a estas multinacionales, cosa que no sucede con la semilla que, antes del 2010, siempre había sido usada, y permite ser sembrada, cosechada y nuevamente sembrada sin ningún inconveniente, y con la misma calidad de la cosecha inicial a diferencia de la semilla certificada.

El daño a la economía de los pequeños agricultores es muy grave, ya que estas semillas certificadas tiene un valor mucho más alto que las semillas normalmente usadas, y genera sobrecostos en la cosecha, debido a que no se puede reutilizar varias veces, lo cual causa que estos microempresarios del agro enfrenten grandes pérdidas y a una posible quiebra, ya que la semilla certificada también es vendida junto a un paquete de plaguicidas, pesticidas, abonos, etc, que según las grandes multinacionales, sirven para que la tierra sea más fructífera, lo cual, de acuerdo a muchos agricultores, es falso, y lo más grave de todo, es que ni el ICA, ni las multinacionales responden por las pérdidas que tienen éstos campesinos. (Semana, 2013)

Pero este tema de las semillas no es nuevo, ya que se ha venido consolidando desde el 2006, debido a las nuevas exigencias del “libre comercio”, lo cual no se comunicó con tiempo a los campesinos, por lo cual ellos continuaron con la siembra de semilla sin “certificar”. Adicionalmente, ese tema tiene más de fondo, ya que uno de los objetivos las grandes empresas colombianas, con colaboración del gobierno, es tener cada vez más extensión de tierra, y acabar con los pequeños y microempresarios, monopolizando las tierras y ahora, la obtención de las semillas.

Es realmente lamentable, que más de 75 toneladas de arroz se hayan incautado, y enterrado en un basurero, bajo la autorización del ICA, quienes aseguraban que este arroz no era apto para el consumo humano, ya que se encontraba embalado en costales que habían usados anteriormente para llevar fertilizantes, lo cual es falso, ya que se tomó una muestra de aquel arroz y fue enviado a los laboratorios de la Universidad Nacional, y después es realizar varios estudios se determinó que este alimento era apto para consumo humano, lo cual indigno a las poblaciones

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