Competencias ¿para Qué?

Cuántas veces no hemos escuchado el término “competencia”, y no sólo en eventos de un índole deportivos ó cuando nos postulamos para algún puesto sabemos que la demanda en cuanto a los requerimientos son cada vez más específicos, y no hay de otra más que seguirnos preparando para estar listos con las características que nos sean solicitadas, pero, si lo ligamos a nuestro quehacer cotidiano para con nuestros alumnos, ¿en verdad estamos formando humanos competentes? ¿Para qué? Tal pareciera que seguimos considerando que es suficiente con dar una cátedra de clase e impactar con nuestros conocimientos a propios y extraños. No debería de ser así, pues es evidente y tan vergonzoso presenciar que nuestros alumnos se preparan para un examen con la finalidad de no reprobar la asignatura, ¿y después qué?

Tenemos que empezar a reflexionar con respecto a que si nosotros somos competentes como docentes, para después formar personas con esta cualidad, porque no sólo se trata de preparar a un alumno para que ingrese a secundaria, a bachillerato y el sueño anhelado de que sea aceptado en el nivel superior. Ya es momento compañeros maestros de actuar y darle la vuelta a la página para volver a retomar el camino que nos envolvió en la enseñanza, no poniéndonos la camiseta, ni mucho menos la de tatuárnosla, sino la de sudarla pero en serio.

Es triste ser observador de cómo esas personas que hoy buscan una oportunidad de “sobrevivir”, cuando lo ideal sería “vivir” y que lamentablemente fuimos sus maestros, no tengan la capacidad de postularse para un empleo y mucho menos tenga en ocasiones la idea de cómo progresar para su vida inmediata y a futuro. Y todo ello ocurre, porque no le enseñamos a desarrollar competencias para la vida, además, con la enorme desilusión de que nunca percibió a su queridísimo profesor como un modelo de competencia, el cual le sirviera de guía.

Sinceramente hoy te reto a ti, a que en este preciso momento seas el factor de cambio en tus alumnos, y que el día de mañana te dignifique y enorgullezca haber logrado que tus alumnos estén comenzando a irle mejor, porque tú fuiste parte de ese cambio.

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