Constitucion Rusa
fercitax8 de Julio de 2013
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I.- INTRODUCCIÓN
Las revoluciones sociales son transformaciones rápidas y funda- mentales de la situación de una sociedad y de sus estructuras de clase, que van acompañadas por revueltas y se basan en dos coincidencias: cambio estructural por levantamiento popular y posibilidad de transformación política y social. La revolución constituye un contrapunto en las representaciones dominantes, puesto que es asociada a la idea de violencia y de arbitrariedad.
Un motín es un movimiento desordenado de una muchedumbre, por lo común contra la autoridad constituida. En España hubo bastantes, teniendo todos ellos como base la subsistencia, es decir, eran revueltas espontáneas para conseguir alimentos de primera necesidad.
Clases altas, formadas sobre todo por la nobleza y los clérigos. La nobleza ocupa la oficialidad del ejército, el alto funcionario y poseen la mayor parte de la tierra. Clases medias, muy escasa, formada por campesinos ricos (kulaks) y pequeños comerciantes e industriales (ausencia de burguesía). Algunas profesiones liberales estaban reservadas a los nobles.
Clases bajas, compuestas por campesinos y obreros industriales, que carecían de todo tipo de derechos y sus salarios eran mínimos. Estaban muy concentrados geográficamente y también en grandes empresas.
La economía se basaba fundamentalmente en la agricultura, con una estructura arcaica y escasa modernización técnica. La mayoría de las tierras y las mejores, están en manos de las clases altas, siendo los siervos liberados los que sufrían las mayores cargas impositivas. La industrialización tendrá un importante desarrollo a partir del año 1880 hasta la guerra.
En los últimos años del S. XIX, había ciertos movimientos de oposición al zarismo:
Una corriente liberal moderada (profesiones liberales)
Una corriente revolucionaria (mundo rural
II.- DESARROLLO DEL TEMA
1.-Constitución de Rusia de 1918.
1.1.-Antecedentes
A comienzos del otoño de 1917, tras el fracaso del golpe de Kornílov, la crisis económica rusa se agravó. En la capital, el desempleo, el desabastecimiento de combustible y alimentos y la inflación empeoraron. Para la mayoría de la población, las condiciones de vida se deterioraron, mientras el Gobierno parecía limitarse a medidas de mera administración.8 En medio de esta crisis, la reputación de Kérenski se hundió: la derecha sostenía que había traicionado a Kornílov y la izquierda y las masas de la capital le consideraban cómplice de la intentona contrarrevolucionaria. La derrota de Kornílov benefició principalmente a los bolcheviques, pero el ánimo de las masas era en realidad favorable a la implantación de un nuevo Gobierno soviético que reuniese a las diversas corrientes socialistas, no uno exclusivamente bolchevique, inclinación que se reflejó en innumerables resoluciones aprobadas tras la derrota de Kornílov.
La radicalización de las masas se reflejó en la pérdida de control de los principales consejos del país por los moderados: el sóviet de Moscú pasó a control bolchevique el 5 de septiembrejul./ 18 de septiembregreg., mientras que el de Petrogrado lo hizo finalmente el 25 de septiembrejul./ 8 de octubregreg., tras sucesivas derrotas de los moderados en diversas votaciones. Trotski, recientemente liberado de prisión, se convirtió en presidente del sóviet de la capital.9 Más de cien consejos de todo el país exigieron al CEC —aún bajo control de los socialistas moderados— que tomase el poder, mientras en otras importantes localidades los bolcheviques obtenían también la mayoría en sus consejos locales. La flota del Báltico, muy cercana a la capital, mostró su rechazo a Kérenski. Los campesinos de la región de Petrogrado eligieron a un bolchevique como representante para la inminente Conferencia Democrática.En las grandes ciudades, el apoyo a los bolcheviques creció de manera notable.
En la Conferencia Democrática que se reunió poco después para tratar la cuestión de qué Gobierno debía sustituir al directorio de emergencia creado por Kérenski durante el golpe de Estado, los bolcheviques seguían defendiendo el fin de las coaliciones con los elementos burgueses y la formación de un nuevo gabinete completamente socialista, posición que defendieron Kámenev y Trotski. A pesar de las diferencias entre ellos —Trotski veía al nuevo Gobierno como el primer paso hacia un traspaso del poder a los consejos, mientras que Kámenev como una forma de asegurar la reunión de la Asamblea Constituyente—, ambos confiaban aún en la posibilidad de ahondar la revolución por métodos pacíficos Esta actitud, respaldada hasta entonces por Lenin, se vio gravemente amenazada con el repentino cambio de actitud de este en dos cartas dirigidas al comité central el 15 de septiembrejul./ 28 de septiembregreg., en las que rechazaba la actitud moderada y exigía un alzamiento inmediato. El comité central, asombrado por la nueva postura, decidió ignorar las exigencias de Lenin y evitar que se conociesen para no minar la actitud conciliadora surgida de la cooperación entre socialistas durante el enfrentamiento con Kornílov.
Ante la oposición de la mayoría del comité central bolchevique de aceptar sus exigencias de llevar a cabo una insurrección militar y tomar el poder, Lenin presentó su dimisión del comité, que no tuvo efecto alguno.14 A mediados de octubre, intensificó su campaña a favor de la toma inmediata del poder, tanto dentro del partido como entre las masas a través de diversos escritos en los que justificaba su actitud por la situación nacional e internacional (aumento del respaldo a los bolcheviques, ebullición revolucionaria en el campo, motines en el Ejército alemán, etc).
La decisión final de la Conferencia de permitir a Kérenski formar un nuevo Gobierno con ministros kadetes y de otras formaciones liberales no hizo que el comité central atendiese los llamamientos de Lenin a alzarse de inmediato contra aquel, pero sí lo obligó a meditar nuevamente su posición.Fracasado el intento de formar un Gobierno socialista en la Conferencia, la mayoría del comité comenzó a basar sus esperanzas de lograrlo en el próximo congreso de los soviets (consejos); para los más radicales, el congreso podría transferir el poder a un Gobierno de extrema izquierda que aplicase rápidamente medidas radicales; para los bolcheviques más moderados, este nuevo Gobierno provisional garantizaría la elección y reunión de la Asamblea Constituyente. El Sóviet de Petrogrado tachó al nuevo Consejo de Ministros de «Gobierno para una guerra civil», se negó a otorgarle apoyo alguno y anunció que el próximo congreso de sóviets formaría un nuevo gabinete «verdaderamente revolucionario». La delegación bolchevique abandonó el Preparlamento y comenzó la agitación a favor de la formación de un nuevo Gobierno y la denuncia de Kérenski y de sus partidarios.
1.2.-Preparativos
Decisión del comité central y falta de organización
Lenin, principal dirigente bolchevique, presionó con firmeza al comité central del partido para que derrocase al debilitado Gobierno provisional antes de la celebración del II Congreso Nacional de los Sóviets (Consejos).
A pesar de los deseos de Lenin a favor de una inmediata toma del poder por el partido,19 los informes sobre la actitud de obreros y soldados —dispuestos a respaldar una transferencia de poder a los consejos pero no a alzarse únicamente por el partido— hicieron que la dirección bolchevique centrase sus esfuerzos en lograr que el Segundo congreso nacional llevase a cabo el traspaso del poder gubernamental a los sóviets. La mayoría de la dirección prefería realizar un traspaso del poder durante el congreso de sóviets (el representante principal de esta opinión era Trotski) e incluso en el comité central una parte notable, encabezada por Kámenev y Zinóviev, veía con aprensión los llamamientos de Lenin a la insurrección. Esta corriente consideraba que la situación no era propicia para un levantamiento armado26 y prefería apoyarse en los consejos y en la futura asamblea constituyente para hacer avanzar la revolución. Sostenía además que un golpe de mano uniría en contra del nuevo Gobierno a toda la burguesía, sería incapaz de enfrentarse militarmente a Alemania y no podría contar con un apoyo decidido del proletariado mundial. Aunque Lenin acabó por imponer su opinión sobre la necesidad de un alzamiento, no se fijó fecha y el comité central se mostró muy dividido.
Lenin estaba convencido la necesidad de no aguardar y de tomar el poder inmediatamente; para justificar tal acción, expuso diversas justificaciones: la inminente firma de una paz entre los contendientes en la Gran Guerra —acuerdo entre potencias imperialistas según su visión—, que Kérenski se preparaba para entregar la capital a los alemanes, que se preparaba otro nuevo golpe de Estado de la derecha como el fracasado de Kornílov o que el triunfo de la revolución rusa y mundial se lograría con escasa lucha.29 La situación del Gobierno provisional era, en efecto, muy grave y perdía rápidamente autoridad; la situación militar en el frente norte, cercano a la capital, era catastrófico y Kérenski no tenía asegurada la lealtad de la guarnición de la ciudad. La escasez de combustible y alimentos hacía crecer la inflación. La apatía aparente de la población podía tornarse fácilmente en rebeldía y el Gobierno no podía contar con el apoyo efectivo del Comité Ejecutivo Central de Todas las Rusias (CEC), aislado de las masas; el sóviet de la capital se hallaba ya en manos de los bolcheviques, presidido por Trotski.
Lev
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