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Corrupcion


Enviado por   •  27 de Mayo de 2012  •  4.920 Palabras (20 Páginas)  •  395 Visitas

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Introducción

La corrupción es uno de los factores más elocuentes de la realidad Argentina y de buena parte de los países latinoamericanos. Sin embargo de insuficiente reconocimiento como parte de una cadena causal de efectos nocivos para las instituciones y para una calidad de vida ciudadana.

En este trabajo fundamentaremos desde una perspectiva sicológica y epistemológica, el concepto de corrupción y por qué debe distinguirse dos grandes tipos:

- Uno, derivado del valor mercantil; valor[3] que es resultante de una interiorización del papel del dinero como estructurante de los intercambios sociales.

- Otro, históricamente más primitivo, que se deriva de una forma de Poder precapitalista, aunque en rigor debería decirse premercantil.

Aún cuando representan en momentos históricos diferentes, ambos tipos coexisten en la sociedad contemporánea. Afirmamos que la vigencia de la corrupción que denominamos de tipo premercantil es la predominante en países como Argentina y que condiciona la generalización de la derivada del valor mercantil.

1. El concepto de corrupción

Definimos corrupción como el uso de lo público para fines privados. Pero enseguida cabe precisar que no se trata de lo privado utilizado como propiedad privada mercantil esto es de quien se halla como actor de la dinámica del Mercado. El Mercado, en rigor, es el ámbito público de los intercambios privados. Precisando entonces, corrupción es el uso de lo público - esto es uso de los bienes o posiciones del Estado- para fines particularistas. Entendido lo particularista como la instancia que niega lo universal.

Las condiciones de lo simbólico es lo universal - lo más uni-versal- de la especie humana, en tanto es constituyente de lo que se denomina psiquismo. Hasta cierto punto[4], en este momento histórico, la realización las posibilidades simbólicas de la humanidad se concretan en la realización de los intercambios mercantiles.

Lo público es el nombre de las condiciones sociales para la concreción del mundo simbólico, lo que, en la sociedad de Mercado -que Marx (1946) denominara capitalismo-, incluye al derecho privado.

Podemos denominar valor de lo público a la realización de las condiciones para que cada uno, en sus intercambios en el espacio público, se experimente reconocido como sujeto capaz de simbolizar. Lo que desde la perspectiva de una ciencia social implica que considerar el grado y modo que ello se verifica en la sociedad de Mercado.

El valor de lo público, operacionalizando, se verifica en tanto en el espacio público se comprueban relaciones de conocimiento válido entre los sujetos -específicamente, que cada individuo conozca pertinentemente sobre el desarrollo histórico y sus implicancias[5]. En esa medida cada uno, entonces, puede percibir al otro como sujeto valorizado, que decide sobre lo importante -que, dicho sea de paso, es lo que amortigua la agresividad en la vida pública.

Se deriva de lo anterior que es aceptable entender el valor de lo público como el interés general sólo si considera que ese interés es el de cada uno por ser reconocido como sujeto simbolizante respecto al desarrollo y a sus implicancias.

Consiguientemente, el sentido del Estado, en este momento histórico, no es el de anti Mercado[6], sino por una parte garantizar la existencia de los que no ingresan o no pueden sostenerse en la competencia de la dinámica mercantil y, por otra, generar medidas para que todos tengan la oportunidad de desarrollarse como sujetos del conocimiento válido y con base en ello puedan decidir sobre el desarrollo y sus implicancias[7] - lo que hace a una calidad de vida democrática.

Por el contrario, hay corrupción, cuando, desde lo que se sitúa en la sociedad como lugar para administrar o desarrollar lo público, esto es la Política y el Estado, aparecen formas directas o indirectas que degradan las posibilidades o condiciones que hacen a la calidad simbólica de los intercambios en el espacio público.

2. El Poder, la corrupción

El Poder en el sentido político, tiene su génesis en un tipo de vínculo condicionado por la indefensión del nacimiento. Dado esa situación del nacimiento, común a todas las épocas y cualesquiera sea la cultura, el recién nacido tiene una absoluta dependencia respeto al que lo cuida. En ese sentido el adulto, decimos, ocupa el papel de estructurante y el bebé de lo estructurable. Visto desde la posición del neonato, ese vínculo dable por su indefensión, puede describirse como:

 dualista -el otro lo es todo-,

 asimétrico -el neonato depende absolutamente del adulto, lo que no recíproco-,

 inmediatista -el recién nacido no posee, prácticamente, poder, esto es capacidad para simbolizar; el adulto es el que simboliza por el bebé-[8].

Este tipo de vínculo es normal en la primera infancia, pero con la capacidad de simbolizar creciente del desarrollo ontogenético normal, tiende a amortiguarse.

Descubrimos que lo que se denomina Poder en la acepción sociopolítica es, con relación a las mediaciones históricamente desarrolladas, una reproducción en el espacio público entre adultos del vínculo dualista, asimétrico e inmediatista, normal en los comienzos de la ontogénesis.

El Poder, desde este análisis, es una categoría antropológica, pues es una de las características de nuestra especie común a todas las épocas. Ello no obsta para que según el momento histórico y tipo de sociedad -o según las situaciones eventuales- se relativice o no. En la medida que entre quienes ocupen la posición de estructurante y quienes lo hacen en la de estructurable se establecen mediaciones simbólicas el vínculo Poder se relativiza[9]. Hay pues una relación inversamente proporcional entre poder y el vínculo Poder[10]. Consiguientemente cuando no aparecen las mediaciones, históricamente posibles, entre estructurante y estructurable, el vínculo es autoritarista; mientras que en la medida que esas mediaciones simbólicas se producen se trata del vínculo autoridad[11].

La corrupción tiene su génesis o es tributaria del Poder, por ende es un aspecto posible de la condición humana; el nivel de su generalización y sus formas sí, en cambio, varía en función de las condiciones sociales de un momento histórico.

La vigencia del vínculo Poder tiene lugar en cualquier ámbito de la vida humana[12], pero, tratada de un modo sistemático, hace a la cuestión de la política o, para su consideración

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