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Corrupcion


Enviado por   •  19 de Octubre de 2012  •  1.456 Palabras (6 Páginas)  •  256 Visitas

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De los numerosos males que pueden afectar a una sociedad, ninguno más pernicioso y fácil de extender que el de la corrupción, flagelo antiguo como la humanidad, y a cuya sombra se van distorsionando las costumbres, se desmoronan las instituciones más respetables y se generaliza, poco a poco, una tolerancia – como consecuencia de la impotencia para actuar – que altera la normalidad de las relaciones sociales basadas en el respeto mutuo, con grave detrimento de los valores y la honorabilidad de la convivencia ciudadana.

Es sabido que el vocablo español "corrupción", y su equivalente en otras lenguas, sirve para describir situaciones y procesos muy diferentes, aunque todos con el mismo significado de destrucción, putrefacción, disolución, etc. (se habla, por ejemplo, de corrupción administración, social, religiosa, cultural, del idioma, de los alimentos, de las costumbres, etc.).

En este trazado me interesa la palabra en su vertiente social, tanto en actitud intrasubjetiva (mente corrupta), como cuando tal actitud se resuelve en la conducta externa de ciertas personas con poder sea social, político y/o económico, que usan dicho poder para conseguir ventajas, con menoscabo de los derechos de los demás, y, lo que es más grave, con un efecto desmoralizador. En consecuencia, el concepto de corrupción que usaré en este escrito alude, sí, insoslayablemente, a una actitud moral, esa actitud me interesa en el tanto en que se manifiesta en las figuras de muchos delitos "de funcionario" y delitos diversos económicos y contemplados en casi todos los códigos penales, y también en otros comportamientos indeseables de reciente penalización en algunos ordenamientos, como el tráfico de influencias, la manipulación del mercado, el abuso de información, etc., como, por último, en antiguas figuras de ilícito ahora impunes como tales: la simonía, el nepotismo.

Así pues, desde un punto de vista subjetivo, la corrupción es sinónimo de degradación moral, generalmente originada en la soberbia y la codicia que con frecuencia se despiertan en quien detenta poder, de cualquier clase que sea (y lo corrompen, es decir, destruyen sus escrúpulos o reservas morales); y en la actitud supina, obsecuente, de los destinatarios de su arbitrariedad. Así pues, se trata de una degradación moral corruptora en cuanto destruye primero los escrúpulos o reservas morales de los implicados, pero luego, al trascender, lleva su efecto disolvente a círculos cada vez más amplios. Si usted necesita un permiso para construir una fábrica y la única manera de conseguirlo es pagándole a un funcionario, ¿es incorrecto hacerlo? Si necesita urgentemente unas medicinas que importó, pero que están atascadas en la aduana, ¿es inmoral sobornar al encargado? Si la única manera de conseguir la aprobación de la construcción de un hospital es sobornando a los funcionarios de las instancias que convergen en esto, ¿sirve un propósito la corrupción? ¿No estaría usted dispuesto a dar unas monedas para conseguir su pasaporte en vez de poner en peligro el puesto que le ofrecieron en el extranjero? Sería magnífico si las campañas gubernamentales contra la corrupción lograran que los funcionarios hagan su trabajo sin exigir coimas. Pero lo más probable es que funcionarios descontentos simplemente se crucen de brazos, con lo cual la pérdida para el país excedería los beneficios del intento de acabar con la corrupción.

Es prácticamente imposible actuar en contra de la indolencia e incompetencia de los funcionarios gubernamentales. A menudo, sin el incentivo de la coima, no harán nada y ¿quién cree que pagará por la paralización? todos pagaremos. A medida que se acumula el papeleo y la gente no consigue los permisos y las licencias, el estado entero sufre.

Las leyes y regulaciones tienden a ser tan complejas y onerosas que a menudo es imposible sobrevivir sin incumplirlas. En el país, a los vendedores ambulantes y los hombres que tiran de los triciclos que sirven como taxis no se les permite ganarse la vida sin una licencia del gobierno. Sólo en las comunidades pequeñas, hay cientos o millares de personas que sobreviven sin licencias pagando un tercio de sus ingresos a la policía y autoridades municipales. Si los funcionarios no aceptaran ser sobornados e hicieran cumplir la ley, más del 90% de esas personas se morirían de hambre.

La ilegalidad y la corrupción van de la mano. Las regulaciones y permisos que no invitan la corrupción son muy raros. ¿Sirve la corrupción un propósito? Lamentablemente, sí. Permite que los más pobres puedan

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