Covid-19, Pandemia pos-pandemia
Deysy AyosoApuntes27 de Abril de 2023
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COVID-19, PANDEMIA POS-PANDEMIA
La pandemia del nuevo coronavirus (COVID-19) está cambiando el mundo. Ha provocado elevados costos humanos y económicos, los primeros expresados en la muerte de millones de personas, el cambio en el nivel y forma de vida de los infectados y sus familias, y en la modificación de la dinámica de las actividades colectivas e individuales de todos los habitantes del planeta. Los segundos se hacen evidentes en la reducción del ritmo de crecimiento económico de los países, en la paralización de las actividades productivas y en la sociedad, donde trajo consigo la vulnerabilidad de los derechos.
La pandemia de la Covid – 19, que llegó al Perú en marzo del 2020, tuvo una repercusión en la salud pública, esto se debe a un deficiente, precario sistema de salud que tenemos, ocasionado por la mala gestión de las autoridades correspondientes de nuestro país, esto hace que se evidencie la carencia que tiene nuestro sistema de salud pública, ya que no podía hacerle frente a la pandemia de la covid – 19, dejando sin atención a un gran número de personas contagiadas, las cuales necesitaban una atención médica de calidad, de primer nivel, como es de público conocimiento, el sistemas de salud en el Perú tiene grandes carencias en cuanto a fortalezas y extensión. La Organización Panamericana de la Salud refiere que esto se debe a la desorganización, falta de políticas de incentivos, financiamiento, costos elevados, distribución desigual de servicios y fundamentalmente la carencia de recursos humanos capacitados y dedicados a la atención primaria. En muchos casos, la organización misma (Ministerio de Salud como ente rector del sistema) en muchos sentidos se convierte en un obstáculo para el logro de un estilo de gestión orientado al progreso. Con el primer nivel de atención, el cual se caracteriza por contar con establecimientos de baja complejidad como consultorios, policlínicos, centros de salud, se resuelven aproximadamente el 85 % de los problemas prevalentes, estas carencias podemos identificarlas, por un lado: la falta de organización en los hospitales, el contralor general de la República, Nelson Shack, (2020), afirmó que el problema de la mala atención en los hospitales, que generan largas colas de pacientes a la espera de atención, “es un tema de gestión” y que “no se necesita plata” para solucionarlos. Shack comentó que en estos nosocomios no se ha detectado una correcta organización con roles de atención donde se muestre la programación de los doctores disponibles, lo que ocasiona que las personas formen fila desde temprano para conseguir atención. Por otro lado: la ausencia de UCI y personal médico, de acuerdo a la información brindada por la Superintendencia Nacional de salud (SuSalud), de abril del 2020 a febrero del 2022, en el Perú las camas de cuidados intensivos (UCI) se triplicaron, pasando de 1249 a 3771 en un lapso de 22 meses, como dijo; Gabriel Llanos, (2022): “¿Qué hubiera pasado si en marzo del 2020 hubiéramos tenido la cantidad de camas UCI que tenemos ahora? sencillamente, habríamos ganado un poquito más de tiempo, nada más. Lamentablemente, seguimos teniendo un sistema de salud caracterizado por la carencia”. En cambio, el personal médico no aumentó significativamente ya que, en abril del 2020, había un total de 27961 médicos y a diciembre del 2021, que son las cifras más recientes, se registraron 35168, es decir ahora hay 7207 médicos más que al inicio de la pandemia.
En los últimos dos años donde se presentaron los casos de covid 19,se ha examinado el rápido monopolio de las empresas privadas de atención médica y cómo los monopolios están dañando el sector. Uno de los problemas que nos ha revelado la pandemia es la crisis del oxígeno en un país donde dos empresas (Linde y Air Products) controlan los suministros y las cadenas de droguerías especulan con los precios de las materias primas. Posición dominante de Intercorp.
La atención de emergencia generalmente se reserva para casos específicos que requieren derivación y cuidados intensivos, pero debido a la pandemia fue complicado, los medicamentos importantes para el COVID-19, como el oxígeno, Entonces, se hizo necesario escuchar que el abastecimiento de oxígeno es una ocurrencia en la cual se puede y debe hacer uso del Artículo 82 de la Ley General de Salud, par que los derechos privados disponibles recursos se usan al máximo para Salvar vidas. También es interesante ver cómo esta situación nos recuerda que cuando hablamos del sistema de salud, no solo estamos hablando de instalaciones médicas, estamos hablando de todos los medicamentos y equipos esenciales. La misma lógica se aplica al tema de necesitar un ventilador para una cama de UCI. Sin embargo, en este caso, otra limitación importante es la dotación de intensivistas y enfermeras especializadas en el manejo de estas situaciones y estos colectivos.
Cuando llegó la pandemia, quedó claro que el sistema de salud de Perú era extremadamente vulnerable y se pudo ver la aceleración de la concentración del poder económico de Credicorp y del grupo Brecca en el sector privado de la salud, con permiso estatal. Esto es parte de una política que cree que el poder del mercado puede brindar servicios esenciales de manera altamente eficiente y competitiva. Pero la verdad es que no han demostrado ser más eficientes y son cada vez menos competitivos en la medida que toda la propiedad se concentra a gran velocidad: los bancos son propietarios de las Empresas Prestadoras de Salud (EPS), que compran clínicas, que luego controlan todo el sistema, que mantienen la política de las cadenas de farmacias y de todos los precios deshonestos e irreales de medicinas. El monopolio de la cadena de farmacias y su abuso para dirigir la compra de medicamentos de marca es el caso más destacado.
Grupo Intercorp, propiedad de Rodríguez Pastor, domina el sistema de distribución de medicamentos a través de cadenas de farmacias que venden la mayor cantidad de medicamentos. Hay miles de farmacias en el Perú, pero las farmacias que más clientes captan son las que pertenecen al mismo grupo empresarial y por lo tanto tienen una baja rotación. Está surgiendo esta tendencia pre pandemia, cómo las clínicas obligan a los médicos a controlar su tiempo aunque eso signifique no escuchar mucho a sus pacientes, cómo los alientan a comprar y enviar ciertos medicamentos y otros temas. Las clínicas y farmacias de la calle se convierten en cadenas. Digo cadena porque es como una telaraña que tienta a los consumidores pobres o inseguros a comprar productos de marca en lugar de productos de marca genéricos.
El sector de la salud privada está asociado principalmente con grandes clínicas, compañías de seguros, compañías farmacéuticas y cadenas de farmacias. Bajo este concepto suelen ser médicos y profesionales de la salud en ejercicio independiente más que farmacéuticos de barrio o ciudadanos. Según la teoría internacional, la participación del sector privado en la atención de la salud implica tres aspectos: financiación, organización/gestión y prestación de la atención de la salud. En este contexto, incluye: empresas privadas, grandes y pequeñas, cadenas de farmacias y farmacéuticos de barrio, profesionales independientes e incluso los propios ciudadanos. De esta manera, se crean diferentes niveles de participación del sector privado en el sistema de salud del país.
En marzo de 2022, la Superintendencia Nacional de Salud (Susalud), informó haber recibido un total de 11.771 denuncias de infracciones a la fecha señalada desde el inicio de la pandemia. Atención médica por COVID-19, los pacientes tienen que pagar algunas tarifas adicionales. De estas denuncias, 9.422 se relacionaron con la falta de cobertura, 1.068 con tarifas excesivas y 770 con la falta de acceso a los beneficios de intercambio equivalentes a la afiliación. Susalud informa que el 95,7% de estas denuncias se resuelven a través de la mediación con los agentes, lo que ayuda a satisfacer las necesidades de los usuarios. Otros casos fueron investigados y presuntamente violados derechos valorados. Si se determina que está en violación, puede ser multado con hasta 100 Unidades Financieras (UIT) equivalentes a S/. 460,000 soles. Un ejemplo de ello son las sanciones impuestas por el Instituto Nacional para la Defensa de la Competencia y la Propiedad Intelectual (Indecopi) a la aseguradora Mapfre por negar cobertura sin justa causa. La causa fue la muerte, y la enfermedad fue declarada "contagiosa" y no cubierta por el seguro. En cuanto a problemas con pruebas para detectar COVID-19, en marzo del 2020, el entonces presidente de Susalud, Carlos Acosta Saal, dijo al portal Ojo Público que investigaban a 123 clínicas por cobrar por dichas pruebas, pese a que los resultados enviados por el Instituto Nacional de Salud (INS) eran gratuitos.
Todas estas situaciones han resultado en una gran frustración para quienes reciben atención en el sistema privado, el sector privado de la salud “ha hecho lo que ha querido”. El problema es que no puede manejarse solo, el problema no es el sector privado, sino "las carencias del sector público que permiten que surja el sector privado, incluidos los establecimientos de salud, así como las grandes clínicas y las compañías de seguros". Por esa parte, se afirma que ha habido un juego en el que los particulares donde ellos han cooperado con la sociedad durante la pandemia pero al mismo tiempo lo aprovechaban para lucrar.
Durante tres décadas, la idea de que el sector privado es superior al sector público ha dominado el imaginario colectivo de los peruanos. La experiencia del primer gobierno de Alan García (1985-1990), en el que el Estado colapsó y sus servicios fueron
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