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LA GLOBALIZACION EN TIEMPOS DE LA PANDEMIA DEL COVID-19


Enviado por   •  9 de Septiembre de 2021  •  Informes  •  2.916 Palabras (12 Páginas)  •  72 Visitas

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LA GLOBALIZACION EN TIEMPOS DE LA PANDEMIA DEL COVID-19

GLOBALIZACION: Fenómeno basado en el aumento continuo de la interconexión entre las diferentes naciones del mundo en el plano económico, político, social y tecnológico.

El uso de este término se utiliza desde los años ochenta. Es decir, desde que los adelantos tecnológicos han facilitado y acelerado las transacciones internacionales comerciales y financieras. Y por esta razón, el fenómeno tiene tantos defensores, como el Fondo Monetario Internacional (FMI) o el Banco Mundial , ejerciendo la función detractores. 

Este es un proceso especialmente económico, donde se va produciendo una integración de las economías nacionales, provocando un incremento en el volumen y complejidad de los intercambios de bienes y servicios en la economía mundial.

FACTORES SOCIALES:

La crisis provocada por la pandemia del COVID-19 ha demostrado los grandes desafíos que tenemos como sociedades, haciendo más evidentes las desigualdades de género: las mujeres son las más afectadas por el aumento de desempleo, la pobreza y la sobrecarga de cuidados no remunerados. . 

Se calcula que pandemia dejará en la región a 118 millones mujeres y niñas en la pobreza. La reducción de la actividad económica afecta en primera instancia a las trabajadoras informales que pierden su sustento de vida de forma casi inmediata, sin ninguna red o posibilidad de sustituir el ingreso diario en general.
Más de la mitad de las mujeres trabaja en sectores de alto riesgo de ser afectados por la contracción económica: comercio, trabajo doméstico, manufacturas, turismo, servicios administrativos, actividad inmobiliaria y el sector salud; donde las mujeres se encuentran sobrerrepresentadas en la primera línea de respuesta, pero con una participación minoritaria en la toma de decisiones frente a la pandemia.
Las mujeres están perdiendo sus empleos a un ritmo mucho mayor que los hombres. La tasa de desocupación de las mujeres en la región será de 15.2%, casi 6 puntos porcentuales que en 2019 (CEPAL/OIT, 2020 y proyecciones de desocupación).

El trabajo doméstico supone entre el 14,3% y el 10,5% del empleo de las mujeres en la región y más del 77,5% operan en la informalidad. Esto significa que una parte importante de ellas trabaja en condiciones precarias y sin acceso a la protección social.
Durante la crisis, las mujeres trabajadoras remuneradas del hogar ocupan un lugar crucial dentro de la respuesta por el papel central que desempeñan en el cuidado de niñas y niños, personas enfermas y dependientes y el mantenimiento de los hogares. Sin embargo, y a pesar de la enorme contribución que su trabajo significa en la vida de muchas personas, también son las más afectadas por la crisis. Según estimaciones de la OIT,
 el 70,4% de las trabajadoras domésticas están afectadas por las medidas de la cuarentena, por disminución de la actividad económica, desempleo, reducción de las horas o pérdidas de salarios.
Esto se debe, entre otras razones, a la situación de precariedad en el empleo que presenta este sector, caracterizado por bajos salarios y falta de prestaciones sociales para su supervivencia y el sostenimiento de sus familias ante situaciones de despidos o frente a la reducción de sus ingresos.

No solo se han visto implicaciones mujeres que desarrollan el trabajo de mujer del hogar, podemos encontrar otros claros ejemplos como:

  • Para la madre soltera de Sudán del Sur, las medidas de confinamiento impuestas por la COVID-19 han provocado el cierre de su pequeña empresa que le permite alimentar a su familia.
  • Para la empleada del hogar en Guatemala, la pandemia significó dejar de trabajar y no recibir prestaciones por desempleo u otra protección.
  • Para innumerables mujeres en países con economías de todos los tamaños, además de perder los ingresos, aumentó de manera desmedida la carga de trabajo doméstico y de cuidado no remunerado.

Si bien todas las personas están enfrentando dificultades sin precedentes, las mujeres están soportando el peso de los efectos socioeconómicos de la COVID-19.

Las mujeres pobres y marginadas corren, incluso, un mayor riesgo de contraer la COVID-19 y morir a causa de la enfermedad, perder los medios de subsistencia y estar expuestas a más situaciones de violencia. A nivel mundial, el 70 % del equipo de respuesta inicial y profesionales de la salud está integrado por mujeres, y aun así, no están en pie de igualdad con sus colegas masculinos. En el 28 % de los casos, la diferencia salarial entre hombres y mujeres en el sector de la salud es mayor que la diferencia salarial general por razón de género (16 %).

En resumen

Las crisis económicas afectan más duramente a las mujeres. Esto se debe a lo siguiente:

  • Las mujeres suelen ganar salarios más bajos.
  • Las mujeres tienen menos ahorros.
  • La economía informal concentra un número muchísimo más alto de mujeres.
  • Las mujeres tienen menos acceso a la protección social.
  • Es más probable que las mujeres sean quienes deban ocuparse del trabajo doméstico y de cuidado no remunerado y, por lo tanto, deban abandonar el mercado laboral.
  • La mayoría de las familias monoparentales son encabezadas por mujeres.

FACTORES ECONOMICOS:

  1. Impacto directo en la producción. La producción china ya se ha visto sustancialmente afectada por el cierre de la provincia de Hubei y otras zonas. Algunos otros países también están empezando a sentir un impacto directo a medida que sus autoridades ponen en práctica medidas similares. La desaceleración de China tiene efectos en los exportadores a ese país. Según el Banco Mundial, las mayores fuentes de importaciones de China son Corea, el Japón y otros países asiáticos.
  2. Interrupción de la cadena de suministro y del mercado. Muchas empresas manufactureras dependen de los insumos intermedios importados de China y otros países afectados por la enfermedad. Muchas empresas también dependen de las ventas en China para alcanzar sus objetivos financieros. La desaceleración de la actividad económica -y las restricciones de transporte- en los países afectados probablemente repercutirá en la producción y la rentabilidad de determinadas empresas mundiales, en particular en el sector manufacturero y en las materias primas utilizadas en la fabricación. En el caso de las empresas que dependen de los bienes intermedios de las regiones afectadas y que no pueden cambiar fácilmente de fuente de abastecimiento, la magnitud del impacto puede depender de la rapidez con que se desvanezca el brote. Las empresas pequeñas y medianas pueden tener mayores dificultades para sobrevivir a la perturbación. Las empresas vinculadas a los viajes y el turismo se enfrentan a pérdidas que probablemente no sean recuperables.
  3. Repercusiones financieras en las empresas y los mercados financieros. Las perturbaciones temporales de los insumos y/o la producción podrían poner en tensión a algunas empresas, en particular las que tienen una liquidez insuficiente. Los comerciantes de los mercados financieros pueden o no prever o comprender correctamente qué empresas pueden ser vulnerables. El consiguiente aumento del riesgo podría revelar que uno o más agentes clave del mercado financiero han adoptado posiciones de inversión que no son rentables en las condiciones actuales, lo que debilita aún más la confianza en los instrumentos y mercados financieros. Un posible acontecimiento (probablemente de baja probabilidad) sería una importante perturbación de los mercados financieros a medida que los participantes se preocupan por el riesgo de contraparte. Una posibilidad algo más probable es una disminución significativa de los mercados de valores y de bonos corporativos, ya que los inversores prefieren mantener los valores gubernamentales (en particular los del tesoro de los Estados Unidos) debido a la incertidumbre creada por la pandemia.

Escenarios

Estos posibles escenarios son ideas puramente descriptivas sobre los posibles caminos que el brote de la enfermedad, y la economía mundial, podrían tomar.

  1. Lo peor ya ha pasado. La transmisión en China ya ha disminuido. Aunque algunos brotes aislados se producen en otros lugares, éstos no crean una propagación masiva de la enfermedad. A medida que se estabiliza el número de casos a nivel mundial, la economía de China vuelve a la normalidad, y hay poco impacto fuera de algunas áreas como Irán que no son importantes para la economía mundial. El PIB de China se ve muy afectado en el primer trimestre de 2020, pero se recupera en el segundo y tercer trimestre, aunque parte de la producción perdida nunca se reemplaza. Algunas empresas específicas fuera de China experimentan interrupciones de suministro a corto plazo, pero el impacto en la economía mundial es pequeño y temporal.
  2. El año del virus. Aunque la propagación de la enfermedad en China se ralentiza, los brotes se producen de forma continua en todo el mundo. Cada brote requiere una desaceleración de la producción en esa zona, y en un mundo globalizado, eso significa que se producen interrupciones continuas en diferentes regiones e industrias a medida que se producen y controlan los brotes. El efecto general es perturbar la actividad económica lo suficiente como para desacelerar considerablemente el crecimiento mundial. Las empresas que sean lo suficientemente ágiles para gestionar el cambio de proveedores y que tengan suficiente liquidez para sobrevivir a períodos de bajas ventas e ingresos tendrán una ventaja competitiva.
  3.  Respuesta a la pandemia mundial. Los centros económicos de todo el mundo están sujetos a cierres al estilo de Wuhan mientras la gente entra en pánico por la propagación del virus. Decisiones descoordinadas país por país interrumpen el movimiento de personas y bienes. La manufactura global declina, ya que los negocios con cadenas de suministro internacional pueden operar sólo de manera intermitente. El turismo y las empresas conexas disminuyen drásticamente, y las empresas y regiones basadas en el turismo se ven afectadas. Se necesita más de un año para que la Organización Mundial de la Salud y las Naciones Unidas elaboren una respuesta mundial aceptada que dé prioridad a las medidas sanitarias basadas en la eficacia y el costo para la economía en general, y para que esa respuesta sea aceptada en las principales economías mundiales. El PIB mundial se estanca, el comercio internacional cae, y una recesión mundial es una posibilidad evidente.
  4. Crisis financiera. Los retrasos en los envíos y en los calendarios de producción crean problemas financieros a las empresas con grandes deudas, especialmente en los Estados Unidos. El declive de los mercados de valores mundiales y la huida de los inversores de riesgo que venden activos como bonos de alto rendimiento y acciones volátiles exponen a los inversores que han subvalorado el riesgo. La preocupación por el riesgo de contrapartida acelera la disminución y seca la liquidez en los mercados financieros. Los bancos centrales se apresuran a gestionar el problema. Los mercados financieros -y la economía mundial- se recuperan después de una recesión en forma de V.

FACTORES TECNOLOGICOS:

Nuestra manera de vivir y trabajar ha cambiado de la noche a la mañana. Con la mayor parte del mundo confinado, consumidores, trabajadores y empresas usan la tecnología para mantenerse activos: aumento del video chat, consultas médicas basadas en aplicaciones o el creciente interés de pedidos online de alimentación para entrega a domicilio.

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