Crecimiento económico, pobreza y desigualdad

Crecimiento económico, pobreza y desigualdad

Para comenzar hablaremos sobre la Política Económica que se ha relacionado con el aséptico de cambio ganga y engendramiento de fortuna, independientemente de la nómina de la misma y centrándose en su volumen más puramente económica. Sucesivamente, la Política Social se centra en el volumen del proceso de origen de fortuna, convirtiéndose en el medio que posee el existido para redistribuir las ganancias derivadas de la transformación asequible obtenido.

Partiendo de estas ideas, esta observación pretende analizar la capacidad de los modelos económicos para ocasionar un “efectivo” progreso moderado que reduzca los niveles de necesidad y mejore la estructuración de la riqueza generada como resultado de ese crecimiento nos centraremos en la región latinoamericana, las políticas ejercidas por sus gobiernos y los modelos económicos implantados.

Con esta metodología aplicada al contexto moderado de América Latina se pretende dar respuesta a las siguientes cuestiones:

¿Qué modelos económicos han resultado ser más eficientes en el origen del desarrollo de la ganga despabilado de reducir los niveles de pobreza y/o desproporcionalidad?; ¿Se han curiosidad aumentos de productividad del sistema derivados de políticas/medidas que han subido la eficiencia del sistema en la usura de estos objetivos?; y ¿Han sido estos especialmente significativos en determinados países?

Para ello, el coetáneo trabajo se ha orgánico de la subsiguiente forma. En el subsiguiente pedazo se repasa la evolución económica y social de la Latinoamérica durante el decenio 2000-2014, poniendo énfasis en los índices de cambio, carestía y asimetría.

Crecimiento económico, pobreza y desigualdad en América Latina en el cambio de siglo.

Partiendo de la década de los 80 del pasado siglo XX se origina un cambio en las políticas de Latinoamérica con la renovación del paradigma keynesiano con inspiración estructuralista por el monetarismo como doctrina dominante las ideas del “Consenso de Washington” llegarían a convertirse en el marco de referencia de las nuevas políticas en la región, poniendo el énfasis en el mercado y en el crecimiento económico relegando a un segundo plano las políticas sociales de reducción de la pobreza y la desigualdad, así mismo, estos objetivos complejos de las políticas desarrollistas que desde la disminución de la mortalidad infantil hasta el aumento de la tasa de matriculación en educación primaria y la construcción de infraestructuras. Por lo tanto, desde el inicio del siglo XXI, la región experimenta el periodo de expansión económica más importante de los últimos 50 años apoyándose en altos precios de materias primas y un importante proceso de capitalización. Puesto que comienza a evidenciarse la necesidad de los países de América Latina, la cual los mayores niveles de democratización alcanzados han permitido el desarrollo de procesos de empoderamiento de los más pobres desde Brasil a Venezuela pasando por la región andina llevando a partidos y movimientos progresistas al gobierno con agendas de política social, aunque no siempre han logrado los objetivos perseguidos. De esta forma, el inicio del siglo XXI se caracterizó por un nuevo cambio de paradigma en América Latina en relación al modelo económico a seguir y a las políticas sociales encaminadas a la lucha contra la pobreza y la desigualdad. Según López-Calva y Lustig la lucha contra la desigualdad y los niveles de pobreza extrema al menos en las economías más grandes de la región, como Brasil, México, Argentina y Perú experimenta en este período un positivo punto de inflexión con la implementación de las transferencias sociales por ejemplo la iniciativa “Jefes y Jefas de Hogar” en Argentina, la “Bolsa Escolar” y “Bolsa Familiar” en Brasil o “Progresa-Oportunidades” en México, ya que se consiguió en este período reducir notablemente los niveles de pobreza en todos los países analizados destacando Chile, Ecuador y Argentina, mientras que la desigualdad medida a través del Índice de Gini se ha reducido, aunque con una menor intensidad, destacando el avance realizado por Bolivia, Ecuador y Argentina.

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