Cómo me inserto en la idea “Felicidad Hedonista - Consumista” y qué pretendo hacer al respecto?

¿Cómo me inserto en la idea “Felicidad Hedonista-Consumista” y qué pretendo hacer al respecto?

Según Fernández, Macuer y Descouvieres (1998: 113-114) el periodo posmoderno se caracteriza por la desmasificación, la individualización, la fragmentación y una creciente velocidad de cambio. En el posmodernismo se carece de una ideología dominante, lo cual es liberador en un sentido, pero en otro crea inseguridad y confusión. Ante esto, el valor de la realización personal derivada del consumo puede ser práctico y utilitario, pero también puede perder su carácter instrumental y cobrar sentido en sí mismo, volverse hedónico y momentáneo, y de esta forma, superficial y egocéntrico. Esta idea hedonista que se nos en los últimos años se nos ha insertado va muy de la mano con los modelos económicos de consumo moderno; ya no se busca algo profundo, se busca los rápido y práctico, que se acomode a las comodidades del ser humano moderno, donde ya no importa que tan bien este lo que se venda, si no que tan bien se venda el producto en cuestión.

Esto ha traído consigo un sinfín de polémicas y discusiones, donde se argumenta si verdaderamente es el camino correcto que está tomando la humanidad. Existen las vertientes que aseguran que esto no es más que las consecuencias que trajo consigo la época de paz que vino después de un siglo lleno de conflictos, y que hoy en día estamos viviendo la época más prospera que se ha presentado a la largo de la historia de la humanidad. Los defensores del consumo posmoderno sostienen que estimula el trabajo, promueve una actitud estética, facilita la expresión social, es agradable y placentero, nutre el individualismo competitivo, apoya prácticas socialmente significativas, provee estimulación intelectual, proporciona refrescante entretenimiento, estimula el confort, y permite obtener a cada quien lo que desea (Páramo, 2004: 229-232). Y por otro lado, se argumenta que esta ola de desarrollo imparable que ha surgido en los últimas años ha traído más problemas que beneficios para humanidad; que lejos de ser un beneficio para los seres humanos, toda esta tecnología y avance científico nos esta llevando a frenesí de consumo llevada por la idea de bienestar momentánea, el placer y la comodidad, y en sí mismo, un encuentro con idea falsa de felicidad rodeada de productos que realmente no necesitamos, llevados de la mano por las grandes corporaciones hacía únicamente el placer. Una sociedad Hedonista consumista. Es un debate muy encarnizado, donde se cuestiona el camino que esta tomando la humanidad, el correcto o el incorrecto.

En los años recientes, se ha estado señalando a las instituciones y corporaciones como corruptoras de la sociedad, debido a la postura mencionada anteriormente; se ha rechazado ese modo de vida consumista imponiendo un modo de vida más encaminado por lo natural y lo saludable, dejando a un lado al consumismo encaminado únicamente al placer que hace tanto daño a nuestra sociedad. Sin embargo, cuestiono esa satanización, no estando a favor, ni en contra, solamente pensando: ¿No es después de todo el placer lo que nos encamina la felicidad? Finalmente, la felicidad es lo que busca el ser humano, la mejor forma de vivir, cuestión que se ha debatido a lo largo de los años, y que para eso existen varios caminos en donde se ha concluido que la felicidad posiblemente sea a donde lleven todos los caminos del buen vivir, e individualmente hablando, cada uno puede encontrar la felicidad en distintas cosas, ¿pero no es acaso el hedonismo el camino universal hacia ser felices?, y al final de todo, porque estaría mal llevar un estilo de vida así si al final del día esto nos hace feliz, quien puede cuestionar eso.  

Como hemos visto, en la sociedad posmoderna el consumo se ha vuelto un fin en sí mismo al identificarlo directamente con la felicidad. La publicidad de las empresas transmitida en los medios de comunicación masiva, especialmente en la televisión, se ha encargado de establecer una correlación simplista y fácil entre el consumo y la felicidad. Quizás en cierto punto se nos ha hecho pensar eso, que la felicidad se encuentra en las posesiones materiales, lo hemos visto en niños y adolescentes, que son grupos de población que son muy vulnerables ante estas campañas de marketing, donde se nos presenta que algún artículo o producto al adquirirlo no solo podemos encontrar el placer, si no también estatus o comodidad. Actualmente somos grupos de mercado, en donde se nos generaliza y cataloga para así podernos vender algo, pueden encontrar en nosotros, aptitudes y características muy específicas, así mismo fallas en nosotros mismo, defectos que pueden ser corregidos con eso que nos están vendiendo, dándonos, como ya se dijo, más estatus, el placer de ser mejor que el de a lado, e inclusive darnos un sentimiento de pertenencia, no vendiendo productos, si no, marcas. Sentirme mejor a cambio de un valor monetario.

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