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Delitos de cuellos blancos

46449518Trabajo20 de Septiembre de 2021

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INFORME DE SÍNTESIS DE LA LECTURA DELITOS ECONÓMICOS EN UNA PRESPECTIVA CRIMINOLÓGICA.

ALUMNOS:

  • SÁNCHEZ SALAZAR, ALEJANDRO AUSBERTO.
  • TELLO PONCE, BRANIF FRANCISCO.
  • TREJO CLOUD, ASTRID ATINA.
  • URETA CHÁVEZ, YANCA ITALA.
  • VIDAL VALERO, MISHELL PAOLA.

DOCENTE:

Dra. NATHALI JANETH VILLASANTE ARROYO.

  1. INTRODUCCIÓN. -

El delito económico, ha estado bajo análisis de la criminología desde los años cuarenta del siglo pasado, periodo en que la referida ciencia debió deslingarse de lo tradicional del delito y el delincuente para así comprender y enfrentar esta nueva forma de criminalidad.

Asimismo, la delincuencia económica emerge del propio sistema, que se ve insostenible, e intratable con la misma pena a comparación de las otras, y que en la sociedad democrática de actualidad se tendrá que proponer alternativas de política penal a efectos de salvaguardar aunque sea las mínimas garantías de un estado social democráticos.

Ahora bien, es necesario realizar cualquier tipo de estudio sobre este tipo de delito, utilizando los conocimientos alcanzados por la criminología a fin de que contribuir a la configuración de un propio derecho penal que haga frente a las conductas nocivas delictivas, esto en base a la formulación de políticas criminales para su enfrentamiento.

  1. DISCUSIÓN SOBRE LA DEFINICIÓN DE CRIMINALIDAD ECONOMICA. -

El objetivo de este artículo es analizar el aporte de Edwin Sutherland para la comprensión de la naturaleza y el tratamiento del delito económico global en el contexto actual. El crimen organizado, la corrupción, la evasión fiscal, los delitos corporativos e incluso la informalidad económica son fenómenos problemáticos, pero consustanciales a la globalización económica. Por lo tanto, se establece un puente entre el saber criminológico y los estudios internacionales. Se realiza un barrido analítico y crítico de la teoría del delito de cuello blanco y los vínculos relevantes con otras dos teorías del mismo autor: la de la asociación diferencial y la del ladrón profesional. Mediante estas teorías, Sutherland muestra con gran agudeza analítica la naturaleza del delito de las clases altas, sus lógicas corporativas y sus estrategias. Más allá de los límites conceptuales y contextuales comprensibles para la época, el trabajo de Sutherland es relevante en la actualidad por el hecho de poner en el centro del debate las contracciones o conflictos inherentes al triunfo del liberalismo económico en la escena global. Ese conflicto debe ser analizado en el alto espectro de la cultura económica de la sociedad contemporánea.

Se realizó una revisión documental de tres de las obras más importantes de Sutherland. Principalmente, se analiza The White Collar Criminal (El delito de cuello blanco), considerado el libro más representativo para el abordaje del delito económico y la obra que dio fama a Sutherland. Se consideran los elementos más relevantes de este texto y se establecen puentes analíticos con The Profesional Thief (El ladrón profesional), que arroja una serie de categorías analíticas clave para el abordaje de las organizaciones criminales. Después se hace una conexión con la teoría criminológica de gran alcance de Sutherland, denominada teoría de la asociación diferencial. Cabe destacar que esa vinculación analítica no es lineal en el tiempo, pues las obras fueron escritas en momentos distintos. La teoría de la asociación diferencial data de principios de los años 30 del siglo anterior y The White Collar Criminal de la década de los 40. Sin embargo, esta última obratiene un valor central en la problemática del delito económico.

A partir de lo anterior, se intentan establecer diálogos teóricos con otras líneas del pensamiento criminológico. En un primer momento, dentro del espacio de la denominada tradición criminológica estadounidense, se expondrán algunos cabos sueltos o límites de la teoría de Sutherland. En un segundo momento, se analizarán su pertinencia y vigencia en el advenimiento de la criminología crítica y, posteriormente, en la economía política del crimen. Ese enlace es clave para comprender la pertinencia actual del trabajo de Sutherland bajo la expansión del capitalismo global y el problema del delito económico.

  1. EL BINOMIO DELINCUENTE DE CUELLO BLANCO – DELINCUENTE ECONÓMICO. -

La criminalidad de cuello blanco se presentaba en estrecha relación con un grupo de personas que poseen una posición social elevada, lo cual permite explicar no sólo las formas de aparición de esta forma de criminalidad, sino también una reacción social más benigna. El hecho de que se trate de personas sin carencias materiales hace comprensible también que la investigación criminológica se incline hacia la psicología para precisar el perfil psicológico de este tipo de delincuente.

El comportamiento criminal se aprende, 1) no se hereda ni se inventa. 2) Se aprende en contacto con otras personas por un proceso de comunicación. 3) Se aprende, sobre todo, en el interior de un grupo reducido de relaciones personales y no por medios impersonales, como la televisión. 4) El aprendizaje comprende: a) enseñanza de técnicas de comisión de la infracción, y b) la orientación de los móviles, impulsos, razones y actitudes. 5) La orientación de los móviles está en función de la interpretación favorable o desfavorable de las disposiciones legales. 6) Un individuo se convierte en criminal cuando las interpretaciones desfavorables de la ley preponderan sobre las favorables, siendo esto lo que constituye el principio de la asociación diferencial. 7) La asociación diferencial puede variar según la frecuencia, duración, prioridad e intensidad. 8) La formación criminal por asociación con modelos criminales o anticriminales es idéntica a cualquier otro proceso de formación, no adquiriéndose, por tanto, por simple imitación. 9) Aunque el comportamiento criminal es la expresión de un conjunto de necesidades y valores, no se explica por tales necesidades y valores, puesto que el comportamiento no criminal es también expresión de las mismas necesidades y valores. Vid. Sutherland, Edwin H. Principles of Criminology, Philadelphia-Lippincott, 1939, pp. 4 y ss.

Por otro lado, el delincuente económico, dígase quien comete un acto contra la economía, no tiene por qué pertenecer necesariamente a una clase social alta, y sin embargo con su actuar provoca un detrimento a la economía como bien jurídico protegido por el derecho penal. Para estos casos puede utilizarse el término “delincuencia profesional”, pero este último resulta limitado respecto al delito económico, mucho más amplio dado que no todo el que atenta contra la economía lo hace desde una profesión u ocupación concreta.

Para entender esta línea de análisis, vemos que el delito económico es más extenso. Existen, de hecho, delitos económicos que no dependen de que el infractor lo cometa desde su propia actividad profesional.

En estos elementos es que sustanciamos nuestra crítica al ambivalente uso de los términos “delincuente de cuello blanco” y “delincuente económico”, así como en cualquier punto de vista criminológico para un correcto abordaje de esta problemática actual, ya sea desde la propia criminología o desde el derecho penal.

La idea anterior puede sustentarse en el hecho de que, claramente, lo novedoso y requerido del análisis no es el ciudadano común que asume una conducta contraria. Por tanto, en lo sucesivo, cuando hagamos referencia al delincuente económico, será respecto a este último, el que, también es cierto, si bien no siempre pertenece a una clase social alta, muchas veces posee caracteres relativos al “cuello blanco”.

  1. LA ETIOLOGIA DE LA DELINCUENCIA ECONÓMICA.-

Si bien es cierto estas constituyen   una de las argumentaciones esgrimidas sobre la etiología de la delincuencia de cuello blanco, es imprescindible advertir que éstas han sido fuertemente criticadas y prácticamente descartadas como justificativas.

Su base teórica es desarrollada a partir de las características psíquicas de quien es considerado delincuente. En este orden de ideas se destaca el “Psicodrama de Mergen” que describe la estructura psíquica del delincuente de cuello blanco, destacando dentro de sus características las siguientes:

  • Materialismo: Este tipo de delincuente sólo le da valor a los bienes materiales, constituyendo un auténtico maníaco cuya tensión patológica se libera con la ganancia, siendo su psicología similar a la del jugador.
  • Egocentrismo: (propio del estado primario). Como no logran alcanzar la efectividad que pretenden, esta soledad la compensan mostrándose caritativos y generosos.
  • Narcisismo: De conformidad con el cual este tipo especial de delincuente es soberbio, insensible, sumamente inteligente, audaz y dinámico.
  • Alta peligrosidad. Por encontrarse exentos de límites éticos.
  • Hipocresía: Mediante esta pese a ser sumamente fríos y calculadores se muestran generosos.
  • Neurosis: Este especial tipo de delincuente posee una falta de conciencia de culpabilidad, debido a la ausencia de reacción social que los actos llevados a cabo por ellos producen.

V.-  FACTORES CRIMINÓGENEOS DE LA DELINCUENCIA  ECONÓMICA.-

El actual redescubrimiento de la víctima y los estudios sobre el control social del crimen representan una positiva extensión del análisis científico hacia ámbitos otrora desconocidos. Ahora bien, dicha ampliación tiene, sobre todo, una lectura "cualitativa": pone de manifiesto un significativo desplazamiento de los centros de interés criminológicos (de la persona del delincuente y del delito a la víctima, a la prevención y al control social) e incluso una nueva autocomprensión de la criminología, que asume un enfoque más dinámico, pluridimensional e interaccionista. Por su parte, la problematización del objeto de la criminología (y del propio "saber" criminológico) refleja un profundo cambio o crisis del modelo de ciencia (paradigma) y de los postulados hasta entonces vigentes sobre el fenómeno criminal. La criminología tradicional descansaba sobre un sólido y pacífico consenso: el concepto legal de delito, no cuestionado; las teorías (etiológicas) de la criminalidad, que tomaban de aquél su auténtico soporte "ontológico"; el principio de la diversidad (patológica) del hombre delincuente (y de la disfuncionalidad del comportamiento criminal), y los fines asignados a la pena, como respuesta justa y útil al delito, constituían sus cuatro pilares más llamativos. Vid. García-Pablos de Molina, Antonio. Criminología, una introducción a sus fundamentos teóricos, 6a. ed., Tirant lo Blanch, Valencia, 2007, pp. 79 y 80.

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