Devastación Ambiental Proceso Histórico
artz18 de Mayo de 2013
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Factores y formas de devastación ambiental
Marco histórico
En el contexto histórico sobre la historia ambiental, James O’Connor expresa de manera cronológica una sistematización sobre las percepciones acerca de la historia, las apreciaciones en las que ha caído y los enfoques a través de los siglos en el conocimiento occidental, es por ello que resulta importante para este apartado teórico las observaciones pertinentes de James O’Connor.
Dentro del pensamiento occidental de la época moderna, existe una línea definida respecto a la historia, y ésta se marca primeramente por una historia política, jurídica y constitucional, y continua con la historia económica para la segunda parte del siglo XIX, un siglo más tarde, es una historia social y cultural, siendo hasta el final del siglo XX cuando inicia la historia ambiental.
Esta ilación propuesta por O’Connor tiene su consecución en el desarrollo capitalista, mediante las reformas y revoluciones de orden político, jurídico-legales, y de constitucionales, estas formas, todas en su conjunto aglutinaron el marco formal para asentar a la propiedad privada, mientras que con los avances tecnológicos, en plena revolución industrial en el final del siglo XVIII e inicios del XIX la historia económica surge, al crecer la sociedad y la cultura (que es un aglomerado artificial de los seres humanos, esa parte que debiera ser libre) y ésta a su vez transformada o distorsionada, al modificar el trabajo y la tierra en mercancías ficticias, surge esta tercer historia, la cuarta se refiere a la capitalización de la naturaleza, al medio ambiente, en donde se intenta desarrollar un sistema legal capitalista, para la “libre” explotación de estos recursos naturales.
A su vez también se menciona que no es un tránsito lineal y continúo, existen conflictos entre el capital y el trabajo; conflictos sociales y culturales por la propia naturaleza, siendo diferentes en el propio espacio y tiempo para cada sociedad dentro de su desigual contexto.
Donald Worster señala en este mismo texto de O’Connor, que una meta principal de la historia ambiental es la de enclavar la comprensión de la forma en que los seres humanos nos hemos afectado por el ambiente natural a través del tiempo, y de manera opuesta, la forma en que se ha afecta al ambiente y sus resultados. Se desarrollan tres puntos importantes; el entender a la misma naturaleza, en su organización y funcionamiento (con la inclusión del humano), el poder socio-económico y su interacción con el ambiente, que se refiere a las herramientas y trabajo de las relaciones sociales causadas por ese trabajo, y de los modos en que la sociedad produce bienes mediante los recursos naturales, y el tercero que se refiere al nivel mental, donde las percepciones éticas, de leyes y estructuras de la sociedad se transforman en el diálogo de la sociedad con la naturaleza. Es decir la apreciación de cada sociedad en un tiempo y espacio determinado respecto a la naturaleza, éstas se tienen que tomar como categorías.
A partir de este enfoque a la historia ambiental se le puede denominar como el estudio de la intervención humana, su configuración y cómo se modifica a la naturaleza, las formas en que los ambientes naturales y –culturales- se van modificando, restringiendo a la actividad material, a su vez también un enfoque opuesto, en el sentido de cómo la actividad humana, hace posible e impide, simultáneamente, el desarrollo y la economía de la naturaleza.
El método marxista transforma a la historia ambiental, de un impacto humano sobre la naturaleza a un “impacto material humano”, en este sentido el trabajo es la parte que vincula a la cultura con la naturaleza, bajo esta lógica, la historia de la naturaleza es parte de la historia del trabajo.
La historiografía capitalista como bien se mencionó al inicio denota tres tipos de historias, previo a la historia ambiental; historia política, económica, y social-cultural.
Los historiadores políticos, además de describir, existía una explicación y justificación de los Estado-Nación, sobre los conflictos político legales y las instituciones, la teoría no se separaba del objeto histórico, mientras que se iban insertando las relaciones de producción y las fuerzas productivas capitalistas, la historia económica se enfocó a la revolución sobre la producción de mercancías y el avance de la tecnología, las esferas de la economía como la distribución y el intercambio, así mismo de la magnitud de las fuerzas productivas y de las relaciones entabladas en la producción capitalista, la historia social-cultural entabla una directriz encaminada bajo una lógica de la mercantilización de las necesidades, y de una concentración en el consumismo, en este sentido existe una dinámica sobre el trabajo asalariado y el consumismo, una migración y urbanización, una proletarización en este mismo proceso migratorio.
La historia ambiental y la crisis del ambiente inician una lucha por la naturaleza, en donde se sitúa una causa estructural; los sistemas políticos y legales del capitalismo, una acumulación del capital, y el convertir la vida social y cultural en meras mercancías son las que han ocasionado lo que denomina O’Connor como una segunda naturaleza, y que es exclusiva al sistema capitalista. La naturaleza ahora encuentra cabida en los medios y objetos de producción y de consumo, se ha capitalizado a la naturaleza real, métodos de bioingeniería, bosques para fábricas, una reconstrucción de la naturaleza, que pareciera descontextualizada para una vida social y cultural, donde todo es convertido en mercancía, todo se precia de tener un valor monetario.
La reflexión dividió a la economía de la ecología en los denominados fisiócratas, éstos se ocuparon sólo de la producción, el consumo y el crecimiento , como el sostenimiento de un sistema económico, es aquí donde se da la separación con la naturaleza, donde se da teóricamente está concepción que atravesaría la cultura y artificialidad en las sociedades.
El capital se adentra en lo más profundo para las sociedades; la artificialidad, todo aquello que se aleja del instinto, de lo natural, de los reflejos, es decir la cultura, y la cultura de la naturaleza se ha distorsionado, ya O’Connor lo señala: “el consumismo y el discurso de utilidades y pérdidas sobre los recursos tierra, espacio y capital cultural, y el discurso paralelo sobre el preservacionismo de naturaleza/cultura.” asimismo se establece que existe una brecha entre los factores culturales por encima de los ambientales.
Introducción
Este trabajo tiene como objeto la apreciación sobre los impactos directos al entorno natural a causa de los asentamientos humanos, particularizando en dos sociedades; un recuento en el que se establecen primeramente las condiciones naturales antes del asentamiento humano, posteriormente las prácticas y costumbres una vez establecidas estas sociedades, para destacar las decisiones que fueron dañando al entorno, para señalar la influencia y el impacto del ser humano y su relación con el medio ambiente, es una comparación también, de dos sociedades la primera ajena totalmente al sistema y al contexto capitalista, y que mostrará también que el daño ambiental no es exclusivo del sistema actual, ni a la visión occidental a la cual pertenecemos, donde existe una escisión entre la naturaleza y el humano, también a su vez con la descripción de la sociedad actual; aceptando y asumiendo las diferencias entre los contextos de ambas sociedades, ayudara al entendimiento actual del problema sobre el medio ambiente, el impacto actual, y la vulnerabilidad -ciega- en la que nos encontramos.
La perspectiva actual del sistema capitalista ha eximido la responsabilidad sobre el ambiente y sus recursos, al grado de mercantilizar todo, de esta forma el costo es altísimo sobre las grandes urbes y en sí, sobre gran parte de las sociedades, que forman una larga cadena de interdependencias, “la comodidad” en beneficio de las grandes urbes ha delineado un gran costo ambiental, tan solo en el uso de energéticos, esta dinámica conjunta entre las formas de producir y la desproporción del consumo, son las grandes objeciones y que se contraponen en una compatibilidad entre el humano con la naturaleza. La cuestión también está en el sentido de que si sociedades en su respectiva escala y contexto, como la de Pascua, le bastaron cerca de 500 años para afrontar las consecuencias del impacto ambiental sobre su territorio, ahora en nuestras sociedades actuales, que tanto vislumbraríamos un desenlace similar, una cuestión de dos lados; el agotamiento de los recursos y las consecuencias de los desequilibrios ambientales.
También bajo está lógica se hace claro que las decisiones están enfrascadas sobre visiones a corto plazo, el sistema capitalista se ha encargado de maximizar a costa de daños ulteriores, como en el caso de la agricultura en Australia, donde ésta fue impuesta y establecida, a pesar de que la región es/era una de las peores para cultivar, por lo que tuvo y ha tenido un impacto peor sobre las especies autóctonas de esta región.
Parte I
Escisión hombre naturaleza
La división del hombre con la naturaleza inicia sin duda en una disciplina como la filosofía desde Platón, la herencia platónica ha establecido distintas formas entre los dualismos y dialécticas sobre el materialismo, la naturaleza, la cultura, así como entre el espíritu y la naturaleza, denotando una perspectiva entre lo instintivo y lo adquirido en el ser humano, pone de manifiesto
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