Discurso de graduacion
R5ytbg2Tutorial18 de Febrero de 2020
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Discurso de la graduación
Feliz tarde tengan las autoridades presentes, profesores, padres, madres, familiares y muy especialmente a los integrantes de esta XII promoción de grado, de la unidad educativa Rafael Antonio Mujica año escolar 2018-2019.
Le doy las gracias a Dios que fue el que hizo posible que hoy estemos aquí, le agradezco a mis padres que fueron los que orientaron y animaron para que diera lo mejor de mí, le agradezco también a los profesores que de una u otra manera me ayudaron en el camino que recorrí, y agradezco muy especialmente a mis compañeros de clase que fueron los que estuvieron conmigo y con los que me divertí en todo este tiempo.
Hoy recibimos con orgullo nuestros títulos de bachiller de la república bolivariana de Venezuela una meta lograda con dificultades, quizás unos más que otros, pero fueron años de compartir experiencias que marcaron nuestras vidas una etapa de risas travesura aprendizajes y locuras.
Este puede ser considerado una despedida pero más que eso también el inicio de una nueva etapa
Sigamos el ejemplo que nos deja nuestro libertador Simón Bolívar y el Generalísimo Francisco de Miranda, en ese majestuoso texto del Congreso de Angostura en el cual Simón bolívar plasma líneas de un plan de país con grandes objetivos históricos dentro de las luchas del pueblo.
Para su reflexión les dejo esta historia la cual se titula:
La zanahoria, el huevo y el café
Érase una vez la hija de un viejo agricultor que se quejaba constantemente sobre su vida y sobre lo difícil que le resultaba ir avanzando. Estaba cansada de luchar y no tenía ganas de nada; cuando un problema se solucionaba otro nuevo aparecía y eso le hacía resignarse y sentirse vencida.
El agricultor le pidió a su hija que se acercara a la cocina de su cabaña y que tomara asiento. Después, llenó tres recipientes con agua y los colocó sobre el fuego. Cuando el agua comenzó a hervir colocó en un recipiente varias zanahoria, en otro unos huevos y en el último vertió unos granos de café. Los dejó hervir sin decir palabra mientras su hija esperaba impacientemente sin comprender qué era lo que su padre hacía. A los veinte minutos el padre apagó el fuego. Sacó las zanahorias y las colocó en un tazón. Sacó los huevos y los colocó en otro plato. Finalmente, coló el café.
Miró a su hija y le dijo: "¿Qué ves?”. "Zanahorias, huevos y café", fue su respuesta. La hizo acercarse y le pidió que tocara las zanahorias. Ella lo hizo y notó que estaban blandas. Luego le pidió que tomara un huevo y lo rompiera. Le quitó la cáscara y observó el huevo duro. Luego le pidió que probara el café. Ella sonrió mientras disfrutaba de su dulce aroma. Humildemente la hija preguntó: "¿Qué significa esto, papá?"
Él le explicó que los tres elementos habían enfrentado la misma adversidad: agua hirviendo. Pero habían reaccionado en forma muy diferente. La zanahoria llegó al agua fuerte, dura; pero después de pasar por el agua hirviendo se había vuelto débil, fácil de deshacer. El huevo había llegado al agua frágil, su cáscara fina protegía su interior líquido; pero después de estar en agua hirviendo, su interior se había endurecido. El café sin embargo era único; después de estar en agua hirviendo, había cambiado el agua.
¿Eres tú?", le preguntó a su hija. "Cuando la adversidad llama a tu puerta, ¿Cómo respondes? ¿Eres una zanahoria que parece fuerte pero que cuando la adversidad y el dolor te tocan, te vuelves débil y pierdes tu fortaleza? ¿Eres un huevo, que comienza con un corazón maleable? ¿Poseías un espíritu fluido, pero después de una muerte, una separación, o un despido, te has vuelto dura y rígida? Por fuera eres igual pero, ¿cómo te has transformado por dentro? O ¿eres como el café? El café cambia el agua, el elemento que le causa dolor. Cuando el agua llega al punto de ebullición el café alcanza su mejor sabor. Si eres como el grano de café, cuando las cosas se ponen peor tú reaccionas mejor y haces que las cosas a tu alrededor mejoren.
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