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DISCURSO GRADUACION


Enviado por   •  10 de Octubre de 2011  •  1.371 Palabras (6 Páginas)  •  4.333 Visitas

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Ceremonia de graduación 2003-2

Discurso a cargo del graduando Eduardo Romero Indacochea

Antes que todo, quisiera agradecerles, en representación de la promoción que se gradúa, la presencia de todos y cada uno de ustedes en esta ceremonia; es un honor para nosotros contar con la misma.

Asimismo, es tanto un honor como una gran responsabilidad poder dirigirme a ustedes en representación de los miembros de la VII (sétima) promoción en esta noche tan especial.

Es todo un reto describir lo que ha sido estudiar en la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas y más aún, describir lo que cada uno de nosotros, los graduandos, experimentó. La tarea es grande y las expectativas también.

Hace cinco años, quizás seis, tuvimos que tomar la decisión de escoger la profesión que tendríamos por el resto de nuestra vida. Sin embargo, esta decisión no sólo suponía escoger la universidad que nos formaría; también suponía adoptar los valores que serían parte inherente de nosotros y que regirían nuestras decisiones en nuestra vida personal y profesional.

Es así como escoger a la UPC significaba una apuesta por una universidad con una propuesta innovadora y fresca, por una formación sólida e íntegra y por un conjunto de principios y competencias que luego se constituirían en los pilares de nuestra formación. Así, podemos decir que el pensamiento crítico, la creatividad, el sentido ético, la ciudadanía, la comunicación, la orientación al logro y la competencia profesional y empresarial son más que un conjunto de habilidades, son una sensación que sólo aquellos que vestimos estos colores podemos definir como un sentimiento de hermandad y pertenencia.

Cuando ingresamos a la Universidad – a la UPC, nuestra alma máter – nunca pensamos que el tiempo transcurriría tan rápido, nunca pensamos que en ella pasaríamos los mejores años de nuestras vidas. La ilusión de empezar una nueva experiencia al salir del colegio, los nuevos amigos, los nuevos retos, todo ello ayudó a que el tiempo literalmente volara, a que preocupados por el examen del día o la clase importante a veces no nos diéramos cuenta de que avanzábamos inexorablemente al final de una etapa importante de nuestras vidas y que de ella dependía nuestro futuro, el cual hemos venido forjando día a día en estas aulas, en estos jardines. Sin embargo, a medida que transcurrían los ciclos, soñábamos con este momento, con el momento en que empezaría la vida de verdad, en donde las aulas dejarían de ser nuestro hábitat para cambiarlo por el mundo real. Soñábamos con ser ex alumnos.

Es así que hoy, llegamos al final de un largo camino el cual, si bien es cierto no ha sido fácil, ha sido hermoso y productivo. Las experiencias recogidas a lo largo del mismo han sido más que satisfactorias. Nuestro paso por esta casa de estudios no sólo nos ha dejado las lecciones aprendidas en las aulas, nos llevamos mucho más que eso: los amigos, los profesores, las decepciones, las tristezas, las alegrías, los éxitos, los fracasos, los recuerdos de horas interminables de estudio junto a un café bien cargado que sin duda ayudaba a seguir en la lucha. Han sido años maravillosos en los cuales hemos aprendido más que Derecho, Ingeniería, Periodismo, Publicidad, Administración o Arquitectura, hemos aprendido a ser personas, a valorar las cosas, a que éstas tengan real sentido. Tal como decía un gran amigo y compañero de estudios, el cual también será ex alumno esta noche: “antes de ser profesional se es persona”. Creo que esa frase resume perfectamente lo aprendido en esta universidad y el norte que debemos seguir de ahora en adelante.

Al mirar atrás, cuando salimos del Colegio, sentimos que el ingreso a la universidad nos abría toda una vida nueva y distinta, todo un abanico de experiencias diferentes las cuales debíamos aprovechar al máximo para poder sentirnos satisfechos y poder encarar el futuro con entereza, certeza y seguridad de que no íbamos a fallar. Es cierto, hemos cometido errores, pero son gracias a ellos que hemos aprendido a no volver a cometerlos y, sobre todo, son gracias a ellos que hemos demostrado que podemos levantarnos después de una caída, la prueba fehaciente es que estamos acá, a punto de ser ex alumnos de la UPC.

Creo que en efecto debemos sentirnos

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