EDUCACIÓN Y EQUIDAD DE OPORTUNIDADES

“Equidad de oportunidades de desarrollo: un desafío clave para la educación de hoy”

Hoy en día, al hablar de la educación en Chile, resulta inevitable pensar en las problemáticas que subyacen a este sistema, pues durante los últimos años, el tema de la nivelación de oportunidades en educación se ha encontrado en el centro del debate. Los cuestionamientos y demandas, provienen tanto de los involucrados, como lo son los alumnos/as, docentes y familiares, así como también de diversos actores sociales y políticos, ya que es un problema que afecta a nivel país. En este sentido, el sistema educacional chileno ha profundizado la inequidad de oportunidades de desarrollo en sus estudiantes.

En primer lugar, esta inequidad de oportunidades, se manifiesta debido a la persistente segmentación y desigualdad imperante en el sistema escolar chileno, pues existen diversas brechas educativas entre los establecimientos municipales, particulares- subvencionados y particulares. Entre éstas destaca, la desigualdad en términos de recursos y docentes cualificados por cada tipo de establecimiento, lo cual repercute directamente en una diferencia de aprendizajes y resultados educativos, medidos en base a pruebas estandarizadas de rendimiento, de modo que las dificultades, las oportunidades y los éxitos de los alumnos se estratifican. Lo anterior se profundiza, si se tiene en cuenta la diferencia de origen socioeconómico en el tipo de población que atiende cada establecimiento, pues los establecimientos municipales albergan a la población más vulnerable del país, y por el contrario los establecimientos particulares, albergan a la población de más recursos.

En segundo lugar, el sistema educacional está basado en un dispositivo estructural de selección del alumnado, que es altamente discriminatorio, y que consiste en la combinación de un doble proceso de selección, donde por una parte hay un sistema de libre elección de escuelas por parte de los padres, y por otra la selección de los alumnos por parte de las establecimientos, ya sea por rendimiento de los alumnos, identidad de la escuela (es el caso de establecimientos religiosos), o por falta de vacantes. Este alto grado de diferenciación en la calidad de la oferta educativa, supone aceptar que existirán colegios de excelencia, y otros marcados por la inferioridad, pues los primeros só lo buscan atender a los mejores, procurando en un futuro tener los mejores resultados académicos. En este sentido, resulta más improcedente aún, el hecho de querer seleccionar a los niños en edad infantil, cuyos desempeños están marcados por la experiencia de vida y el entorno social en el que se desenvuelven a diario. Se demanda entonces, una diversificación de la oferta educativa, que asegure que todos logren las competencias básicas en un clima escolar en el que se acoja y valore a todos por igual.

Cabe mencionar, que

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