EL HOMBRE Y SU PASO POR ESTE MUNDO.

Cada generación o cada época tiene un estilo de vida, de interpretar su existencia y el por qué están ahí. Así como el estilo, también poseen cierta forma de pensar con respecto al pasado, presente y futuro; un criterio de lo que es modernidad o ser moderno. ¿Y si solo se trata de un pequeño cambio, de un fenómeno que va y viene dejando cierta esencia o huella?

Es claro que sin pasado no hay futuro, así como, sin antiguo no es posible hablar de algo moderno; se necesita pues de una base de la que podamos partir. Para empezar es importante aclarar la diferencia que existe entre “moderno” y “moda”. Con respecto al primero nos referimos a ideas, eventos o una pausa de innovación en un tiempo determinado, algo que provoca un cambio en una sociedad pero ese mismo cambio es duradero, permanece, es cuestionable e involucra a las necesidades del hombre. Cuando hablamos de moda podemos usar efímero, fugaz o pasajero como palabras de referencia; es solo una breve exaltación.

Villoro hace mención de modernidad (utilizado como característica) y moderna (refiriéndose a una época). A partir de un tiempo lleno de completas transformaciones es donde se da paso a una época moderna donde nacen creencias, ideas, actitudes, formas de vida distintas a las que se estaba acostumbrado ver o vivir. Todas estas nuevas variables tienen una base que es de ayuda para el surgimiento de otras ideas y a pesar de las diferencias que se puedan presentar, la relación del hombre con el entorno donde se desarrolla, es algo en común que comparten.

Lo antiguo es lo que forma a una sociedad; las ideas frescas surgen en unos cuantos de esa misma, formando pues un grupo que da una visión hacia una nueva época. Para que se obtenga algo de fuerza que acompañe a esas ideas es necesario una representación de estas, algo significativo que se dé a notar, pero esto no asegura una permanencia total. Las dudas y contradicciones empiezan a surgir en otros cuantos, que cuestionan esas ideas por dos razones: una insistencia de regresar al pasado o la necesidad de avanzar o evolucionar. Para comprender mejor el futuro y poder innovar en el presente, necesitamos entendernos a nosotros mismos, así como estudiar nuestros orígenes y comprender nuestra propia época o etapa para poder avanzar si es que lo queremos.

Para que el hombre pasara a ser moderno tuvo que dejar de lado algunas de sus ideas habituales y si no dejarlas del todo, por lo menos cuestionarlas. En la lectura se hace un análisis de la estancia de los seres humanos en la Tierra así como la función de sus papeles en ella, donde en tiempos antiguos se creía que Dios (como señor supremo) era el responsable de asignar y de igual manera era el mismo también el encargado de aplicar castigos a los que quisieron salir de su papel para poder realizar el de alguien más y recompensas a los que siguieron su misión como se tenía planeado; teniendo como centro a un Dios y como pequeñas ramificaciones a los hombres habitantes en este mundo. Alejándonos un poco de las creencias empiezan a surgir ideas de hombres que cuestionan estos rangos asignados por derecho de nacimiento, preguntándose quizá ¿Quiénes somos?, ¿Por qué estamos aquí? Se consideraba que no necesariamente un punto en especial tenía que ser el centro de todo; cualquiera podía ser el centro: el hombre, una estrella, un sol… pero en cuanto surgen estas conclusiones se cree en un mundo infinito, y en lugar de seguir cuestionándose si un ser supremo es el dueño o nosotros mismos por el simple hecho de existir, otros hombres utilizan eso para actuar y crecer por su propia cuenta, imponiendo sus reglas. Surge pues el poder.

Mientras unos siguen en un mundo lleno de preguntas, otros van, vienen, crecen y rompen ese esquema social, de maneras que quizá nunca imaginaron que tendría ese impacto. Se dan cuenta que no solo se puede tener un lugar en este mundo por el hecho de nacer, sino que también se alcanzan otros niveles por las acciones que se realicen saliendo de esa burbuja o etiqueta a las que se estaba predestinado, ya no es un solo autor, una sola persona. Los hechos y funciones son totalmente diferentes a las misiones. Salir de ese centro dejando atrás esas creencias puestas, para hacernos de un criterio propio; sin embargo el hecho de decir que las dejemos no significa que tengamos que oponernos a otras distintas a las nuestras, porque entonces donde queda la esencia de modernidad y el enriquecimiento

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