EL ORIGEN DEL FIN DE LA SOCIEDAD

EL ORIGEN DEL FIN DE LA SOCIEDAD.

MARIA CAMILA LONDOÑO LÓPEZ.

Competencia lectora.

Maria Elsy Iglesias Rendón.

Undécimo dos.

COLEGIOS NUESTRA SEÑORA DEL ROSARIO

Manizales, Marzo 2017

EL ORIGEN DEL FIN DE LA SOCIEDAD.

Hablar de matrimonio igualitario exige como primera medida,  hablar de homosexualismo, el cual es tan antiguo como la misma humanidad.

Anteriormente se pensaba que la sexualidad era una enfermedad psicológica, pero, a lo largo del tiempo, con ayuda de muchas personas a favor de la comunidad gay, se dio una lucha para desligar el paradigma de esta comunidad, viéndolo ahora como un estilo de vida.

No obstante lo anterior, existen comunidades que se oponen al matrimonio entre homosexuales,  argumentando que  es una relación inestable entre dos hombres o entre dos mujeres, que al no tener la complementariedad del sexo  opuesto, pierden estabilidad, además de considerarse que al haber nacido o  formado homosexuales tienen muchas más dificultades para relacionarse con las demás personas.  Teoría que resulta siendo falsa, porque no depende del sexo con que se nace, sino de los aspectos infundados en la crianza.

Otro argumento que se ha convertido en caballito de batalla para los opositores del matrimonio igualitario, es que  el artículo 42 del Código Civil establece que el matrimonio es la unión entre hombre y mujer, y que por esa razón el matrimonio homosexual es ilegal e inconstitucional; pensamiento este que es violatorio de los derechos fundamentales de las personas que establecen la diversidad étnica y cultural y el tan renombrado derecho a la igualdad.

No se puede ver el matrimonio como un acto religioso, sino como un acto jurídico es decir un contrato, que permite que nazcan derechos y deberes para las partes en él involucradas.

Más allá de simples batallas jurídicas o discusiones psicológicas, deberíamos ponernos en los zapatos de los homosexuales para entender como nos sentiríamos si nos estuviera vedado un derecho por no tener tal o cual requisito de la naturaleza humana, porque la homosexualidad es tan natural como haber nacido con 6 dedos o sin un brazo o una pierna, depende de la  información genética  que nos fue suministrada por nuestros progenitores y no mandamos en ella.

Ahora bien, si es tan importante la opinión de la iglesia, como podemos dejar de lado el amor de Dios por nosotros, ya que él no tiene distinción  con nosotros  sus hijos, todos somos iguales  a los ojos de él.

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