ENSAYO DEL CONSUMISMO-MICROECONOMIA

Consumismo y el óptimo del consumidor: un enfoque crítico 

Estudiante: Vasquez Cajahuanca, Ariana Lilian.

El trabajador industrial vivía esclavizado por otros. Hoy, sin embargo, elegimos esa esclavitud, también ideada por otros. En la actualidad nuestra sociedad se ha convertido en una "sociedad consumista". La felicidad y el bienestar en el mundo se mide por el consumo. Es cierto que el ser humano necesita consumir recursos para sobrevivir, pero en nuestra época moderna, son bienes no necesarios y no pueden satisfacer necesidades básicas, sino más bien son deseos infinitos e innecesarios que le dan estatus social. Sin embargo, no podemos decir que el bienestar incrementa cuando hay mayor producción, ya que el deseo también incrementara excesivamente.  

Actualmente, los productos no están diseñados para satisfacer a los consumidores, sino para aumentar las ganancias de los fabricantes y comercializadores al posicionar marcas y productos en el mercado, de modo que el público eventualmente se convierta en consumidor. Esto se debe a que la publicidad es un gran aliado del consumismo, y esto es resaltante, puesto que son parte de nuestro día a día, por ejemplo, al ir hacia nuestro trabajo, podemos ver pantallas gigantes en cada esquina, ofreciéndonos grandes ofertas y productos de moda. En sociedades más "desarrolladas", esto nunca es suficiente, porque los productores siempre intentan crear deseos insaciables. De lo que resulta que en el mundo hay países en desarrollo con poblaciones insatisfechas porque no tienen suficientes bienes de consumo y otros países desarrollados también insatisfechos porque el marketing les está creando ‘necesidades’ permanentemente y nunca es suficiente.

El pensamiento sobre el bienestar y la felicidad se sustentan en dos enfoques filosóficos amplios, el hedonismo que se enfoca en sentirse bien y lograr la máxima cantidad de placer, y  la eudaimonia se remonta a los escritos de Aristóteles y se centra en llevar una vida buena y significativa. El ser humano por naturaleza va en búsqueda de felicidad ,sin embargo tiene un concepto equivocado de ella ,ya que la asocia a la felicidad subjetiva y momentánea ,una felicidad hedónica ,pero esto se debe a que va escapando de la infelicidad de sus vidas y a una sociedad consumista.

La clave para poder comprender la evolución de una sociedad consumista, es que quienes controlan las grandes economías ,no están interesados en la realización humana de los ciudadanos y muchos menos en su bienestar psicológico .Su objetivo es mantener al mercado en expansión ,para que las ventas de las grandes empresas se maximicen y por lo tanto ,también sus beneficios. Un paso de la “economía de producción” a la “economía consumista” en la que el reto del mundo empresarial no es producir ,sino vender sus productos. Pero esto no lo lograrían sin la publicidad ,ya que ella se encarga de implantarnos el pensamiento de que la compra es el medio para encontrar la anhelada felicidad.

El sistema económico necesita ciudadanos adictos al consumo ,de la misma forma que se esfuerzan por crearlos y sustentarlos de esta manera, aunque a costa de destruir la esperanza de una sociedad más humana y un desarrollo personal más pleno para todos. Por tanto, la adicción a las compras no es un problema para algunas personas, sino un problema para nuestra sociedad en su conjunto. Smith dijo: "La recompensa para los seres humanos es el dolor, y no podemos disfrutar del entorno al aire libre de libertad, independencia, seguridad, paz mental y felicidad”, frase dicha con mucha veracidad para nuestra época.

Hace algunos años era anormal no tener trabajo , pero en nuestra época se puede decir que es anormal no consumir. Bauman señaló muy pronto que los patrones sociales, económicos y de coexistencia del orden mundial están experimentando cambios importantes. Hemos pasado de un código ético de asignar el mayor valor al trabajo a asignar valor a modas culturales explosivas que aparecen y desaparecen en un tiempo menor al que reciben la atención pública. Cuando una persona está "a la moda", significa que es competente: consume cada cambio estacional. Lo que sí podemos lamentar es que nuestra sociedad está llena de valor económico y se ha olvidado del valor espiritual, pero si el consumo sigue siendo el motor de la producción, el sistema no tiene solución.

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