El Discurso Culturalista
estudiojuridico9 de Octubre de 2011
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Introducción
Los estudios acerca del proceso de la globalización han sido un tema recurrente durante la década del 80' y aparecen como aspecto central en la agenda de los 90'. Este tema ha sido discutido desde diferentes perspectivas marcadas por consensos, pero también por profundas discrepancias en torno a la búsqueda de alternativas de desarrollo para enfrentar el fenómeno, debido a la existencia de diversas experiencias en distintas regiones y países.
En unos países las estrategias de desarrollo para enfrentar el proceso de globalización generaron expectativas frustradas, en cambio, otras regiones experimentaron un desarrollo exitoso mostrando la posibilidad de combinar lo nacional con lo internacional preservando un desarrollo autóctono. Estas han sido las causas por las cuales el proceso de globalización se tiende a identificar con múltiples significados.
Uno de los grandes problemas que ha atravesado este variado debate de significados de la globalización, es que en la mayoría de los estudios se ha presentado con un carácter predominante su dimensión económica, relegándose a un segundo plano su aspecto cultural y social, no siendo tomados adecuadamente por quienes asumen y ejecutan las decisiones políticas y económicas en el plano nacional e internacional.
Tal concepción al prestar escasa atención a la importancia de la dimensión cultural de la globalización y del desarrollo en sí mismo, ha conducido a una notoria simplificación del proceso. Esto ha traído como consecuencia una reducción de las posibilidades de actuar con éxito en el contexto de la globalización a través de la elaboración de políticas de desarrollo sostenible que integren los diversos aspectos de la sociedad. Esta apreciación conduce a plantear un importante tema a tratar, referido a la manera en que la globalización cultural y el desarrollo sostenible interactúan y se determinan mutuamente. A partir de aquí, el objetivo que persigue este artículo es observar la naturaleza de la globalización cultural como concreción conceptual.
Discurso Culturalista:
Es la instancia fundamental de la relación del hombre con la naturaleza. El discurso y la práctica cultural han dado un giro de ciento ochenta grados, para poder responder a las demandas y a los desafíos de una realidad nacional cualitativamente distinta.
Hemos salido de la vieja matriz del discurso culturalista, autista, que se justifica a sí mismo, por su incapacidad para traducir la diversidad de opciones de una comunidad que se está haciendo y reinventando todos los días. Si queríamos ser intérpretes cabales y activos del inmenso sacudimiento que atraviesa el país en todos los órdenes, teníamos que cambiar las reglas de juego.
La nueva energía y el nuevo dinamismo que le estamos imprimiendo al discurso cultural, para garantizar su eficacia objetiva a través de una praxis múltiple y compleja, tienen su fundamento en un compromiso político, sí, político, altamente elaborado y maduro, que podemos definir de esta forma: contribuir a garantizar, efectivamente, la reproducción social de las condiciones reales para que los individuos y las comunidades puedan comunicarse, expresarse y desplegar todo su potencial creativo, productivo y alcanzar las mejores formas de vida, de asociación y de trabajo.
Características:
afirma que la crisis ambiental es debido a la objetivación de la naturaleza, y a su explotación como recurso por las economías de mercado, instigado por el postulado de la escasez, y la explotación de los no occidentales por los occidentales son la causa mayor de los estragos al medio ambiente.
Desde su marco teórico prueba que desarrollo y sustentabilidad ambiental son irreconciliables, incompatibles y definitivamente imposibles de armonizar.
Se oponen al desarrollo, tal y como lo define el discurso liberal y se resisten rotundamente a que la naturaleza sea tratada como una mercancía.
Finalidad:
La legislación cultural.
La reestructuración de la institucionalidad cultural pública.
La descentralización y autonomía de la administración cultural.
La organización sociocultural comunitaria.
El patrimonio cultural.
Las industrias culturales.
Las artesanías.
Las manifestaciones comunitarias y tradicionales de la cultura
La diversidad cultural.
Las infraestructuras y edificaciones culturales.
El fomento a la creación y la producción.
El financiamiento y distribución de recursos para la cultura.
La seguridad social del trabajador cultural, los artistas, artesanos e intelectuales.
Los que sostienen esta tesis están convencidos de que:
Es imposible racionalizar la naturaleza en términos económicos. Y en una crítica, desde el humanismo, afirman que la economía termina tendiendo una sombra sobre la vida y sobre la historia de la humanidad. Una y otra vez dicen que no es posible reconciliar el crecimiento económico y el ambiente; que es imposible esa armonía porque el individualismo y cortoplacismo no permiten acomodar las demandas ambientalistas sin modificar sustancialmente su cultura. En cuanto al círculo vicioso de la pobreza causa efecto de los deterioros ambientales, lo consideran una falacia es de verdad un sofisma para respaldar el crecimiento económico y considerarlo la solución a los problemas generados por la pobreza. Tan difícil son de encubrir los daños ambientales que causa el crecimiento económico, que el discurso liberal se ve abocado a profetizar soluciones siempre por venir a cargo del crecimiento económico.
La confusión de la noción de pobreza con formas de vida en comunión con la naturaleza, como la indígena y la campesina, es aprovechada para construir el sofisma. Pero, en definitiva, el simplismo del argumento liberal no soporta ningún juicio y se cae por su propio peso. La posición de los culturalistas es radical frente a la noción de crecimiento. El crecimiento económico no es bueno para el desarrollo, por el contrario, lo degrada y agrava la situación. El crecimiento económico lleva al agotamiento de recursos y termina advirtiendo sus propios límites. Para ellos la naturaleza es un ente autónomo, fuente de vida, no sólo material sino espiritual.
Y el hombre, refiriéndose a las poblaciones indígenas y campesinas del tercer mundo, no es un ser aparte ni algo externo a la naturaleza, sino que son una y la misma cosa natural y espiritual. Critican duramente las diferencias que han ido ganando las nociones de naturaleza y ambiente. Para el discurso liberal el ambiente es una visión de la naturaleza de acuerdo con el sistema urbano -industrial. La noción de la naturaleza ha ido languideciendo y su muerte simbólica marcha paralela con su degradación física. Protegida por el discurso y por el poder, en el saber occidental está la idea fija de que la solución es el desarrollo sostenible, cuya significación compleja se le debe al entramado de la concepción liberal del mundo y de que la implantación del desarrollo sostenible en las políticas de Estado que imitan a los padres de occidente, es el único camino que le queda a los dos mundos (el desarrollado y el tercero) para salir de la crisis ambiental.
El Discurso Cultural a Nivel Regional:
A partir de los años 60, la política regional se orientó bajo la estrategia de desconcentración concentrada’ basada en el desarrollo de polos en las regiones periféricas, que pretendía integrar las ventajas económicas de la concentración con las ventajas sociales de la desconcentración.
En términos generales, perseguía los siguientes objetivos fundamentales:
a. Contrarrestar los efectos negativos asociados a las tendencias concentradoras de las actividades y de la población, buscando una mayor eficiencia económica en el uso de los recursos nacionales.
b. Desconcentrar y descentralizar las actividades económicas desestimulando las acciones concentradoras y estimulando las acciones de dispersión y fomento del desarrollo regional.
c. Crear condiciones económicas y sociales favorables en las regiones para fomentar la iniciativa local y atraer inversiones desde las zonas prósperas concentradoras.
d. Promover sistemáticamente la descentralización y desconcentración del poder de decisión político-institucional, regionalizando los organismos de carácter nacional y creando organismos regionales capaces de dirigir el desarrollo de las respectivas regiones.
Dentro del programa del actual gobierno se presento el Plan Nacional de Desarrollo Regional 2001 – 2007, donde se consideró el territorio como elemento fundamental para articular el modelo de desarrollo sustentable, a través de la ‘estrategia de descentralización desconcentrada’. Esta estrategia busco la construcción de una sociedad, cuyas orientaciones fundamentales sean la democracia participativa, la transformación productiva y la equidad en la búsqueda de un desarrollo más armónico y sostenido.
Para mejorar la equidad social y lograr la inclusión de los grupos sociales tradicionalmente más excluidos se han diseñado diversos programas sociales y económicos. Entre éstos es importante destacar los siguientes:
Creación de los Consejos Locales de Planificación Pública (CLPP), instancia de participación ciudadana, encargada del proceso de formulación, seguimiento, control y evaluación de los planes de desarrollo municipales, garantizando así,
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