El Modelo Neoliberal de Desarrollo en México
yerryko234Ensayo12 de Febrero de 2022
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El Modelo Neoliberal de Desarrollo en México
INTRODUCCION.
En el presente trabajo se pretende hacer un análisis del Modelo Neoliberal de Desarrollo en México, a partir de la ruptura del modelo de sustitución de importaciones en 1982, que prevaleció más de tres décadas y que se caracterizaba principalmente por la protección al mercado interno, el control de importaciones y exportaciones, el otorgamiento de subsidios a las empresas, la regulación de precios, entre otros, además el Estado desempeñaba un papel muy importante, al asumir un alto grado de intervencionismo y regulación de la actividad económica.
Sin embargo, el conjunto de políticas económicas que conformaban el modelo de Sustitución de Importaciones se colapsó, esto aunado a que durante el sexenio de José López Portillo (1976-1982), el gobierno mexicano habría apostado por el petróleo para impulsar el crecimiento económico del país y superar un grave problema de endeudamiento gubernamental. Pero hubo un elemento que jugó en contra: la caída de los precios del petróleo. Para el sexenio de Miguel de la Madrid (1982-1988), México ya no pudo hacer frente a la deuda y estuvo a punto de declararse en moratoria de pagos, lo que dio pauta a un llamado urgente en materia de Política Económica, abriendo paso al inicio del Modelo Neoliberal en 1983, caracterizado principalmente por ser de economía abierta, es decir, un modelo en donde se privilegiaba la apertura comercial para la incorporación plenamente de México hacia la economía Mundial, así mismo, este modelo se tradujo en el abandono del Estado como interventor en la actividad económica y el olvido de su responsabilidad ante la sociedad como el encargado de generar bienestar y procurar un ambiente de prosperidad y progreso.
El Modelo Neoliberal (M.N.) toma la globalización económica como salida para las empresas trasnacionales internacionalizadas, representando para los grupos privados internos de poder económico y los gobiernos de los países endeudados, una alternativa para la reconversión de empresas y orientarlas hacia el sector externo, su base teórica se encuentra en este Modelo y toma como lineamientos de conducta y orientación el Consenso de Washington[1]
El Neoliberalismo en México es la corriente que predomina en los círculos gubernamentales y que se ha aplicado en forma puntual y rigurosa en el país[2]. Según Silvestre Méndez, el neoliberalismo económico que se aplica en México tiene varias características entre las que destacan 3:
- Es un neoliberalismo autoritario porque lo aplica el Estado sin consultar a los principales grupos económicos del país.
- Es centralizado porque el gobierno no toma en cuenta las necesidades y características económicas de las distintas regiones del país.
- Favorece en primera instancia a los grandes capitales externos y en segundo lugar a los grandes inversionistas nacionales, especialmente del área financiera.
Estas características han prevalecido en el Modelo Neoliberal Mexicano como eje principal aplicado por los diferentes gobiernos a partir de Miguel de la Madrid hasta nuestros días, sin embargo, para tener una idea más clara de las diversas acciones en materia de Política Económica que las diferentes administraciones han llevado a acabo, es preciso analizar el paso de este modelo a través del tiempo para poder visualizar el trayecto y desarrollo del mismo.
El M.N. en nuestro país, tiene como punto de partida la aplicación de la estrategia neoliberal en el sexenio de Miguel de la Madrid, quien para resolver los grandes problemas existentes, emprendió la Renovación Moral de la sociedad, elaborando un Plan Global de Desarrollo, estableció a nivel de la constitución un sistema de planificación democrática y más importante, inició con la apertura económica, la desregulación y descentralización así como la privatización de empresas paraestatales, ya que para 1982 había 1155 empresas públicas en diferentes industrias: petróleo, petroquímica, minería, electricidad, telefonía, comunicaciones, ferrocarriles, química, acero, bienes de consumo duradero, banca, comercio, entre otros. En conjunto estas empresas aportaban el 18.5% del PIB y daban casi un millón de empleos (10% del empleo total del país)[3]. Al terminar el sexenio de Miguel de la Madrid ya solo quedaban 412 empresas.
El gobierno de Miguel de la Madrid tenía la idea de que a partir de su gobierno se podría iniciar una mejor etapa de la historia del país, que las bases sólidas se estaban fincando a partir de una readecuación presupuestal y disciplina estricta del gasto público. Los principales lineamientos de su política económica fueron el saneamiento de las finanzas públicas, el redimensionamiento del sector público; la apertura económica; la reconversión industrial y la contención salarial.
Además, casi al finalizar su gestión, en diciembre de 1987, propuso a los sectores productivos del país el inicio de un Pacto para la Estabilidad y el Crecimiento Económico, que obligaba al gobierno a no incrementar los precios de los bienes y servicios que proporcionaba a través de sus empresas; establecía, violando los derechos de los trabajadores, el tope a los incrementos salariales y solamente recomendaba al sector privado el no incremento de sus precios por encima de los costos reales. Con ello, según se expresaba él, se estabilizaría la economía, esta empezaría a crecer y los trabajadores irían recuperando, poco a poco, el poder adquisitivo de sus salarios.
Sin embargo, los resultados de esa política económica no pudieron ser más desastrosos, se continuó incrementando la deuda externa pública, la inflación creció a tasas muy elevadas, 86.7 por ciento de promedio anual; el Producto Interno Bruto tuvo saldo negativo en el sexenio y el salario mínimo real perdió, durante esos seis años, el 41 por ciento de su poder adquisitivo[4].
Durante el sexenio de Carlos Salinas de Gortari (1988-1994), el proyecto neoliberal se fue profundizando y se plantearon ya con más claridad los principales postulados de la política económica gubernamental y se fue definiendo con mayor descaro el rumbo antinacional y antipopular de las políticas Neoliberales.
Carlos Salinas continuo vendiendo más empresas del Estado, justificándolo al decir que había que vender bienes para remediar males, que con los ingresos provenientes de esa venta, se resolverían problemas fundamentales para el pueblo, llámese agua potable, drenaje, alcantarillado, vivienda, etc. Sin embargo, es muy significativo que el monto obtenido por el gobierno de Salinas de Gortari por la venta de empresas, que fue de 64 mil millones 894 mil 306 pesos, o lo que es lo mismo, un poco más de 20 mil millones de dólares, era una cifra equiparable a lo que México había pagado por intereses de la deuda externa[5].
Lo anterior refleja que el Programa Nacional de Solidaridad (Pronasol), creado durante ese sexenio y que supuestamente tenía el propósito de resolver los problemas más rezagados de los sectores más desprotegidos de la sociedad, como decía la propaganda oficial, fue solamente una nueva forma para engañar a los mexicanos. El propósito de esa política publicitaria era el de evitar que el pueblo protestara por la política privatizadora de los bienes de la nación.
Así mismo, Salinas impulsó modificaciones a la constitución para suprimir el derecho del Estado y de algunos sectores como el de las cooperativas, para actuar en forma exclusiva en ciertas actividades económicas; para abrir las puertas a fin de que el capital extranjero pudiera participar en esas áreas y, en general, para desregular la actividad económica en favor de los intereses del gran capital. También realizó modificaciones en materia de inversiones extranjeras, primero al reglamento y después a la Ley correspondiente, con la finalidad de suprimir la prohibición para que los extranjeros puedan participar con un capital mayor al 49 por ciento en las empresas.
Durante este sexenio y para poner aún más en evidencia el M.N, se suscribió al Tratado de Libre Comercio con Canadá y los Estados Unidos lo que representa no sólo un acuerdo comercial para suprimir barreras arancelarias, sino el inicio de una política de integración subordinada al imperialismo yankee. Dicho tratado no es algo que surja plenamente de la necesidad de crecimiento económico o del desarrollo de nuestra economía, sino que nos fue impuesta desde el exterior debido a que en ella se encuentra inmersos intereses particulares, y ello fue posible porque se contó con la complicidad de los funcionarios que comparten las ideas de pensamiento económico Neoliberal y que ocupan los principales cargos gubernamentales desde 1982.
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