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El Periodismo En América Latina

cr9221 de Mayo de 2014

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Melania Monzón, Gabriel Cao, Helena Romero, Victoria Rodríguez y Cristina Rocha

Trabajo empírico: entrevistas

1/ Entrevista a Jon Lee Anderson, reportero en Centroamérica. Batería de preguntas elaboradas por nosotros.

Entrevistar a Jon Lee Anderson acompleja. No en vano este californiano de 54 años es considerado uno de los maestros del periodismo actual. Ha sobrevivido a la muerte en un sinfín de conflictos internacionales. Ha escrito el perfil de personajes como che Guevara o Pinochet. Actualmente trabaja para “New Yorker”, la revista de vanguardia del periodismo de investigación mundial.

Usted ha cubierto una gran cantidad de conflictos bélicos en el mundo ¿cómo ha evolucionado la situación del reportero en este tiempo?

¿Tendrán entonces los periodistas que quedarse empotrados en los hoteles como única solución para cubrir guerras?

Fuera del periodismo de guerra, también se critica al periodista ¿Cree que los periodistas se han subordinado a los poderes fácticos, y más en el caso de Latinoamérica?

¿Se hacen cómplices?

¿Es usted optimista con respecto al futuro del periodismo de investigación?

¿Qué opina de la situación de los periodistas en Hispano-América, que pese a no estar en guerras son perseguidos y asesinados?

¿Cómo valora la situación de la libertad de prensa a nivel mundial?

Han dicho de usted que nadie le supera en el arte de dar bien malas noticias, ¿pero puede haber un periodismo de buenas noticias?

2/ Entrevista a FERNANDO RUIZ: "Cuba es un problema local", 11/07/2003

Fernando Ruiz, el periodista argentino que fue a investigar sobre libertad de prensa en Cuba y que terminó preso y deportado, brindó una entrevista a WebPilar.com en la Universidad del Salvador. Destaca que "en los últimos 10 años, hubo dos noticias importantes sobre la isla: la primera es que a pesar del avance de la pobreza, el régimen sigue en pie y la segunda es la aparición de sociedades civiles al margen (y en oposición) al gobierno. Esto último duplicó la sociedad en cada uno de sus estratos (periodismo y periodismo independiente, trabajadores y trabajadores independientes, etc)".

Era muy importante para el gobierno cubano eliminar el periodismo puesto que era "el lazo invisible que unía comunidades, compartía experiencias y daba fuerzas para evitar el aislamiento de los disidentes".

El acto representó el mayor ataque en décadas a las libertades del pueblo cubano que fue rubricado en sendos juicios sumarios que no resisten el menor análisis. Fernando Ruiz indica que le indignó sobremanera que alguien como Aníbal Ibarra haya condecorado a Castro, "...era ver al fiscal de los derechos humanos premiando al dictador...". Al preguntarle qué siente cuando en la conferencia el único medio presente éramos nosotros habiendo tantos medios "independientes" en la ciudad nos respondió simplemente: "bronca, mucha bronca".

3/ Conversación telefónica con Alma Guillermoprieto, breve pero intensa, en la que nos ha respondido a algunas cuestiones relacionadas con la investigación y con el reporterismo. Se ha producido vía móvil desde México por lo que no ha podido ser todo lo extensa que nos gustaría. Debido a que ha sido más bien una conversación coloquial, resumo las ideas principales, con citas, más abajo en el análisis de contenido.

Trabajo de campo análisis de contenido

Comencemos con nuestra investigación…

Hubo un tiempo en que nada de lo que existe existía. Un tiempo —1996, 1997— en el que no existían los llamados “cronistas latinoamericanos” (ni revistas que los publicaran, ni antologías) y en el que la palabra “crónica” se usaba, en los países de América Latina, para mentar las más diversas cosas, pero en pocos o en ninguno designaba lo que hoy se conoce como tal: historias de no ficción que requieren largos trabajos de campo y que se narran utilizando recursos formales de la literatura de ficción. Hubo un tiempo, en el que no había cronistas ni crónicas sino periodistas dispersos que escribían artículos que se parecían más a una pieza de nuevo periodismo norteamericano que a una noticia de periódico inspirada en formas gringas y en algunos referentes latinoamericanos como Juan Villoro, Tomás Eloy Martínez o Martín Caparrós. A mediados de los noventa, en Cartagena de Indias, bajo la tutela de Gabriel García Márquez, apareció la Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano (FNPI), que propició talleres dirigidos por autores como la mexicana Alma Guillermoprieto o el argentino Tomás Eloy Martínez. A lo que siguió el surgimiento de revistas —las colombianas Gatopardo, El Malpensante, SoHo, y la peruana Etiqueta Negra—, que comenzaron a publicar a aquellos periodistas dispersos y dibujaron el mapa todavía borroso de un futuro que nadie veía venir. En 1999 surgió en Colombia, con alcance continental, la revista “Gatopardo”, fundada por Miguel Silva y Rafael Molano, que mezcló firmas conocidas con las de quienes formarían la nueva generación de cronistas latinoamericanos. Molano argumentó: “Nuestra obsesión por crear una revista dedicada a la crónica nació al ver el desolador panorama que existía en nuestra región, con grandes excepciones personales. Ante la ausencia, que yo sepa, de otros medios interesados en el asunto, fuimos pioneros en emocionar a lectores y periodistas ante la idea de leer y escribir buenas historias”. En contraste, los grandes medios han dado la espalda a la crónica, lo que revela hasta qué punto ha llegado la desconexión de las majors con el rumbo de su oficio. En España no parece haber muchas iniciativas de este tipo, más allá de excepciones como las redes “Periodismo Humano” y “FronteraD” y algunos medios tradicionales que siguen haciendo lugar al género.

En 2001, la FNPI lanzó la primera edición del Premio Cemex-FNPI para trabajos periodísticos de este tipo. En 2010, la Universidad de Guadalajara y la Escuela de Periodismo Portátil, del chileno Juan Pablo Meneses, lanzaron el Premio Las Nuevas Plumas, destinado a periodistas jóvenes. Por lo que podemos deducir que empieza a reconocerse mundialmente el prestigio del también periodismo latinoamericano.

Gabriela Wiener es una periodista peruana, cuya escuela fue la revista “Etiqueta Negra”, que ha declarado que el hecho de que en dicha revista pusieran tu nombre junto al de Villoro y Jon Lee Anderson en la portada te hacía intuir que eso tendría consecuencias.

Hay un caso de un periódico digital de El salvador, Elfaro.net, donde trabaja el periodista Óscar Martínez, y que ha reconocido abiertamente la labor del diario. “Allí, los medios pagan tarde, y suelen creer que te hacen un favor publicando tu sueño de escribir mucho. Pero en Elfaro encontré un medio al que solo le interesa la calidad del periodismo y pedimos dinero a organismos que empiezan a creer que la información vale tanto como la alimentación de campos de refugiados”.

Nos quedamos con la reflexión de Titinger, un periodista peruano, que aunque no nos compete su país de origen en nuestro campo de estudio, Chile, sí que nos interesa su siguiente reflexión: “No hay nuevos autores y los más jóvenes creen que se trata de conseguir al tipo más loco del mundo y escribir sobre él de forma parecida a un poema. Y si hablamos de lo económico, bueno… Pero lo extraño es que queremos seguir haciéndolo. Yo tengo un trabajo que implica 12 horas al día, y aun así quiero seguir contando historias. Escribir una crónica te provoca estrés, no duermes, te obsesionas, pero es lo que te hace feliz. Y no escribes por dinero ni por fama. Escribes para no estar triste”.

Puede que la sobreabundancia de conflicto incida en la que muchos señalan como una de las mayores debilidades del periodismo latinoamericano. "Puede que el nuevo 'boom' latinoamericano se esté dando en forma de periodismo", dice el director de 'El Malpensante'.

Lo que hace a un buen reportero, decía Ben Bradlee, es la energía. Alma Guillermoprieto (reportera, mexicana, de 59 años) trabajó con él, y responde perfectamente a estas exigencias. Escribe para The New Yorker, para National Geographic, para The New York Review of Books, estuvo en la plantilla del Washington Post, y ahora forma parte de la Fundación Nuevo Periodismo que fundó García Márquez. Es una joya donde se ve a la perfección el drama de América Latina, su país.

El consejo que nos ha hecho llegar a través de una conversación telefónica esta misma tarde es que reporteemos. Que en América Latina tienen el gran lastre del narcotráfico, del que viven muchas personas. Pero lo más destacable de la conversación ha sido su respuesta a la pregunta de ¿cómo un oficio que consiguió acabar con el presidente de los EEUU no puede con el narcotráfico? A lo que ella nos respondió lo siguiente: “El presidente era uno solo, era muy poco popular y no tenía dinero”. Y continúa: “Hay una imagen que se utiliza mucho para demostrar la inutilidad de la guerra contra las drogas. La usan, por ejemplo, los agentes de la DEA [el departamento anti estupefacientes de Estados Unidos] que después de veinte años en la lucha acaban decepcionados y dicen que combatir el narcotráfico es como pellizcar un globo de helio por un lado. En seguida acaba el chipote por otro: acabas con el narcotráfico en Bolivia y aparece en Perú. Lo persigues en Perú y aparece en Colombia, y así sucesivamente”. “Pero aparte de que no es fácil, si te vas por ahí persiguiendo hilitos como hicieron Bob Woodward y Carl Bernstein... Persiguiendo un solo hilito fueron a dar con una persona,

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