El Techo De La Ballena
kororomani15 de Octubre de 2012
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El Techo de la Ballena: terrorismo de lo grotesco (arte en rebelión)
[ Ernesto Pineda Díaz ]
Motivaciones.
Unas horas después, nos enteramos de que el pequeño déspota ya no estaba.
Salvador Garmendia
Los sesenta: la disolución del compromiso
A inicios de 1958 en Venezuela fue derrocada la dictadura de Marcos Pérez Jiménez. Al mismo tiempo, el mundo comenzaba a rebelarse en vísperas, y con un posterior desarrollo, de los convulsos años 60, se iniciaba un desafío de impulsos acelerados, fábrica de milagros en movimiento: drogas, sexo libre, imaginación y creación, existencialismo, Los Beatles, estridencia, guerra fría, marxismo, Vietnam, insurrección, Lacan, feminismo, hedonismo, radicalización, violencia, excesos, consecuencias del movimiento Beatnik, hippies, Woodstock, Mayo francés, controversia, contracultura.
En Latinoamérica las convulsiones no eran menores: triunfaba la Revolución Cubana y el mundo giraba su mirada hacia nuestro continente. A partir de allí comenzaban a generarse contundentes repercusiones políticas, sociales y culturales, en una región abundante en asimetrías y desigualdades. Crecían los movimientos de izquierda e insurgía la lucha armada, en alzamientos civiles o guerrillas, al mismo tiempo en las ciudades recrudecía la represión y las persecuciones. En Venezuela, luego de la dictadura, comenzaba a formarse un modelo democrático de tendencia liberal que permitía la consolidación de las concepciones y estructuras burguesas de la sociedad, aunque con ciertas tensiones entre las clases sociales. En este contexto, las expresiones artísticas no permanecieron indiferentes y se manifestaron con fuerza inusitada.
Consecuencias.
La disidencia se hizo presente en la obra de un buen número de escritores. La situación
del país y la de América Latina en general se prestaba para orientar el campo intelectual hacia la literatura comprometida.
Carmen Virginia Carrillo
De la belleza y el furor
Al igual que en el resto del mundo, los años 60 latinoamericanos fueron fecundos en movimientos artísticos con una nueva visión que cuestionaba las estructuras culturales establecidas, surgieron los nadaístas colombianos, los concretistas brasileños, los mafiosos mexicanos, y muchos otros grupos nacidos de la inconformidad frente al orden establecido, con una mirada distinta respecto de la cultura y el arte, alejada de los convencionalismos morales, sociales y estéticos de entonces, con el afán de lograr una anhelada transformación de la sociedad. Puede considerarse una sincera rebelión de las formas estéticas, una resemantización de la relación entre el arte y la vida. Jóvenes artistas intentaban crear nuevas tendencias.
La realidad venezolana no se diferenciaba de todo esto. El arte y la literatura asumían posiciones de combate, artistas, escritores y poetas declaraban su rebeldía y se convertían en activistas. Se comenzaba a hacer una literatura más vinculada con la historia no oficial y con la realidad cotidiana del país. La palabra y las formas se renovaban y comenzaban a subvertir valores. Rupturas éticas generan a su vez rupturas estéticas. Al igual que durante el dadaísmo y el surrealismo varias décadas antes, la
confrontación trae como consecuencia novedosas y originales representaciones simbólicas, con una mirada en la que predominan la protesta, la irreverencia y la provocación, transgresora de los límites, muy crítica de todo cuanto acontece en la sociedad, en especial de las instituciones.
Movimientos.
Sus métodos de acción (Dadá y Surrealismo) resultan predeterminados por esa
minoridad que por definición caracteriza a las vanguardias, lo que las lleva a
eludir las formas reconocidas del combate (…) buscando descubrir otras que, por
lo apuntado, habrán de ser ilegales, y que además deberán ser eficaces, tanto vale
decir, imprevistas, desconcertantes, incontenibles, capaces de tocar puntos
vulnerables de la estructura de dominación.
Ángel Rama
Antología de El Techo de la Ballena
Desde 1958 comenzaron a aparecer nuevos e importantes grupos literarios y artísticos venezolanos. Ese año se forma SARDIO; al año siguiente TABLA REDONDA, integrada por militantes del partido comunista que se manifestaron contra SARDIO por considerarlos derechistas, y que no pretendían romper tajantemente con la tradición del arte venezolano ni con nuestra herencia cultural; en 1961, a partir de la disolución de SARDIO, surge EL TECHO DE LA BALLENA. Todas estos grupos se configuran en Caracas. En el año 64 nace TROPICO UNO, en la ciudad de Puerto La Cruz, que sigue una línea radical parecida a la adoptada por los balleneros; y el mismo año, en Maracaibo, aparece 40 GRADOS A LA SOMBRA, igualmente rebelde. Todos ellos orientados políticamente hacia la izquierda, o al menos hacia una perspectiva social demócrata, aunque algunos se proyectaron con un carácter declaradamente subversivo.
SARDIO tuvo el perfil de un grupo humanista y contestatario, comprometido con la cultura y la sociedad, seguidores de las doctrinas existencialistas de Sartre, con un
espíritu libertario y renovador. Rechazaban la visión tradicionalista de la literatura que presentaba la realidad como algo pintoresco, provinciano o anecdótico, proponía el abordaje de los problemas urbanos y sus consecuencias individuales interiores, sicológicas y morales, en el hombre citadino. Publicaron ocho entregas de una revista
homónima en las cuales se encuentran sus conocidos “Testimonios”, suerte de manifiestos programáticos en los que expresaron su esencia como agrupación, su posición política y su visión social, su concepción del arte y la literatura comprometidos, y a través de los cuales ejercieron la defensas de sus posturas frente a la crítica condenatoria.
Sin embargo, SARDIO fue vista por algunos como un grupo aburguesado y elitesco. Debido a esto algunos de sus miembros, los más radicales, identificados con la Revolución Cubana, decidieron iniciar otro camino formando su propio grupo. En el último número de SARDIO publicaron una especie de pre-manifiesto en el que expresaban las intenciones del grupo, establecían su postura radical, su independencia y originalidad frente a otros movimientos de vanguardia. Nacía así EL TECHO DE LA BALLENA, agrupación de artistas plásticos, escritores y poetas que marcó hito en la cultura venezolana, por sus innovadoras proposiciones y por su carácter polémico y controversial, tanto a lo interno del grupo, en tanto productores de obras irreverentes y transgresoras, como en la proyección hacia los espacios de recepción, por los notables impactos generados entre los espectadores de tales productos. Su propuesta se apoyaba en diversos elementos de algunas vanguardias europeas, pero lograron conseguir su sello particular.
EL TECHO DE LA BALLENA.
Se trata de una nueva mirada del mundo que pone en tela de juicio todo lo que el
arte había significado hasta ese momento. Su negación actúa no sólo contra la
sociedad, sino contra todo lo que de alguna manera se relaciona con las
tradiciones y las costumbres de esa sociedad: la Ballena está contra la belleza
eterna, contra la inmutabilidad de los principios, contra la pureza de los
conceptos abstractos. Una sola cosa importa: que el gesto sea siempre una
provocación, una arremetida contra el buen sentido, las reglas y la ley; en
consecuencia, el escándalo es el instrumento preferido por los balleneros para
expresarse.
Carmen Díaz Orozco
El
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