El botellón como fenómeno social

Educar para la Salud- Botellón

El botellón, un pequeño gran fenómeno social entre litronas.

Bares, discotecas, pubs… han perdido la guerra contra los parques municipales y los aparcamientos de grandes espacios comerciales. Nadie hace 20 años hubiera creído esta frase (y sin mencionar que hay alcohol de por medio, muchos ni siquiera la entenderían) y es que el botellón es un fenómeno sorprendentemente reciente pero que parece haberse asentado en la (¿sub?)cultura de los jóvenes españoles. Y digo españoles porque junto con la fregona, el Chupa Chups y el submarino, el botellón es uno de los inventos patrios más extendidos. ¿Pero cómo ha llegado el botellón a convertirse en ese fenómeno de masas del ocio nocturno? Antes de entrar más en materia he de aclarar que con este texto no pretendo hacer apología o reivindicar el botellón (cuyos riesgos son sobradamente conocidos por todos) pero sí considero que es un interesante fenómeno que merece ser analizado en mayor profundidad.

Es obvio que uno de los factores más destacados del éxito del botellón radica en el consumo, muchas veces desenfrenado, de alcohol. Pero ¿Puede condenar una sociedad cuyos actos sociales rara vez están exentos de esta sustancia? Por supuesto que es inaceptable y peligroso que menores de edad consuman alcohol, pero esta conducta surge en muchas ocasiones de la imitación (inconsciente) de los jóvenes de un anhelado mundo adulto. Y aquí está una de las claves, el ejemplo que los adultos transmiten (hipócrita en numerosas ocasiones a lo que se predica) del alcohol y de sus efectos o incluso del propio hecho de salir de fiesta omite todo aspecto negativo.

El botellón no deja de ser un acto social pero se diferencia de muchos otros en una de las otras claves de su éxito: está abierto a todo el mundo. Que el botellón se lleve a cabo en lugares públicos no es casualidad, esto implica que nadie puede ser vetado:no existen porteros que puedan juzgar tu aspecto o códigos de aspecto estrictos.Me atrevería incluso a calificarlo como actividad interclasista, el bajo precio del alcohol permite a cualquier chaval participa. Esta fácil accesibilidad lo ha convertido en casi un rito de iniciación de la vida adolescente.

Contra el botellón se lleva luchando desde que apareció en escena, sin embargo, la injerencia adulta, incluso de la propia policía no ha hecho que deje de celebrarse. ¿Por qué? Para esto hay que profundizar en lo que antes indiqué. El botellón no sólo es un acto social,sino que es un acto social creado por y para los jóvenes.Es decir, es una costumbre propia y la cual los adultos, por no haber vivido este fenómeno, pierden autoridad. Si a todo esto le sumamos esa pizca de rebeldía propia de la adolescencia, tenemos la receta perfecta para un pilar de la cultura de la nueva juventud.

Al botellón

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