El campesino se libera

Capítulo V El campesino se libera

Uno de los cambios de mayor importancia tuvo relación con la situación del campesino. El desarrollo del comercio, la aparición de la economía del dinero, y el florecimiento de las ciudades le proporcionaron los medios para deshacerse de tan estrechas ataduras con la sociedad feudal.

Se vieron en la necesidad de abastecerse de vituallas procedentes del campo. Que dieron lugar a la división del trabajo urbano y el trabajo rural. El primero se centró en la producción de artículos industriales y el comercio, el segundo se centró en la producción de artículos agrícolas destinados a abastecer el creciente mercado conformado por quienes ya no producían sus propios alimentos. Existen dos maneras del desarrollo de la agricultura; una por medio del desarrollo intensivo y el segundo consiste en cultivar áreas que no estaban dedicadas a la agricultura.

Con el paso de los años se les fue dando la oportunidad a los campesinos de tener un pedazo de tierra. Para los pioneros del siglo XII, la lucha fue larga y dura, pero la victoria significaba la independencia y una oportunidad para poseer, al menos un pedazo de tierra para sí mismos. No es extraño que muchos campesinos aprovechasen la oportunidad.

El obispo de Hamburgo, los señores de la tierra, eclesiásticos y seglares, comprendieron que era beneficioso que sus tierras improductivas fuesen convertidas en productivas por los pioneros, quienes en ese entonces pagaban una renta anual por cultivarlas. Este creciente movimiento de colonización trajo miles de acres de terrenos, sin empleo, bajo cultivo. El hecho de que los siervos podían encontrar ahora tierra que era libre que no implicaba el servicio de trabajo, sino sólo una renta monetaria.

El campesino había aceptado su infeliz destino, el cumplir de buena voluntad la misión que tenía asignada en una sociedad formada por clérigos, guerreros y trabajadores; pero todo eso había cambiado, el mercado había aumentado de modo que toda cosecha más allá de lo que él necesitaba para subsistir y de lo que el señor tomaba, podía ser vendida y así recibiría dinero. El campesino no estaba familiarizado con el dinero, pero pronto lo estaría, sabía que había surgido una nueva clase de gente: el comerciante, que no se adaptaba al viejo sistema de cosas.

Era preferible que el siervo pagara una renta, en lugar de aceptar sus servicios de trabajo como antaño. Hacía tiempo que el señor había comprendido que el trabajo libre era más productivo que el trabajo esclavo. Hubo documentos que muestran que los siervos, que además de comprar la libertad de su tierra, también compraban su libertad personal. El principal oponente de la emancipación, en la ciudad y en el campo, fue la Iglesia. La mayoría de los señores se dieron cuenta que era mejor dar libertad para los siervos, pero la Iglesia todavía se oponía a la emancipación,

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