El despegue cafetero. (1900-1928) La economía entre 1900 y 1920.
ROCIOREY94Apuntes3 de Mayo de 2020
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Capitulo V.
El despegue cafetero.
(1900-1928)
La economía entre 1900 y 1920.
- La guerra y la reconstrucción del orden económico.
La guerra de los mil días, fue con el cual Colombia se abrió en el siglo XX. Don Jorge Holguín, seguramente exagerando dice que estimaba en 180.000 de muertos y 25 millones de pesos oro los costos ocasionados por la contienda.
La economía cafetera, que desde 1870 empezó a prosperar, en Cundinamarca y los Santanderes fue en donde más prosperó, que a fines del siglo XIX producían poco más del 80% del café colombiano, estas regiones justamente fueron las que se convirtieron en el principal escenario de las actividades bélicas, por eso se vio particularmente afectada. A ello se sumó la depresión del sector externo que fue ocasionada por el deterioro en el precio de las exportaciones, lo que arrastro las finanzas del estado.
El gobierno emitió un decreto que autorizaba a la junta de emisión “para que emita y ponga a disposición del gobierno las cantidades que el gobierno necesite para atender el restablecimiento del orden público”. Un poco más de dos años se emitieron más de mil millones de pesos, lo que llevo el cambio extranjero a proporciones descomunales: desde el 412% a comienzos de la guerra al 18.900% en octubre de 1902. Los precios de los víveres y artículos de primera necesidad se desbordaron, al punto que en 1901 el gobierno decreto la importación de víveres durante la contienda, hasta 60 días después en su terminación. Las haciendas cafeteras que constituyeron el núcleo más dinámico del desarrollo del país durante los últimos treinta años del siglo XIX, entre 1896 y 1899 tuvieron que soportar el descenso de precios del café a la mitad de lo que habían sido durante los primeros cinco años de la década, se vieron agobiadas aún más por el conflicto: la interrupción de los transportes, el encarecimiento de los fletes, el reclutamiento forzoso de trabajadores para formar los ejércitos o el abandono de los campos para eludir aquel reclutamiento, acabaron afectando las cosechas y la organización misma de las haciendas, apoyadas sustantivamente sobre la fuerza de trabajo. Al término de la guerra, el país quedo en ruinas con la economía cafetera agobiada tanto por la crisis externa como por el propio conflicto, con un sistema de transporte.
Las fábricas de manufacturas, que habían logrado prosperar en Bogotá y en Tunja, también en las industrias textiles de Santander, se puede decir que desaparecieron, o quedaron semiparalizadas.
La reconstrucciones economía y política del país no era fácil. El congreso de 1903, comenzó para reformar el sistema monetario, adoptando el patrón oro, reordeno el presupuesto público, la dispersa y confusa legislación aduanera y arancelaria e inicio algunos intentos proteccionistas que insinuaban las nuevas orientaciones del país para los años siguientes. Pero la meta de la reconstrucción estuvo a cargo Rafael Reyes, quien adoptó una nueva política económica sustentada sobre la centralización fiscal.
Imbuido de un espíritu pragmático y apoyado por sectores sociales que comenzaban a consolidarse alrededor del comercio exterior y con un espacio de acción más amplio, fruto del cambio en las relaciones de los partidos y de la “paz negociada”, con eso concluye la guerra, Reyes opero un cambio marcado en la atmosfera del país, en otros términos se trataba de un proyecto político en el que se esperaba que el desarrollo económico fuera lo suficientemente sólido para que modificara las instituciones políticas que más de medio siglo de guerras civiles no habían sido capaces de modificar. La ley 33 de 1903, que había establecido el peso oro como unidad monetaria, fue complementada con la ley 59 de 1905, que fijo el tipo de cambio del papel moneda 10.000%, estabilizando así su valor. Sin embargo fue lenta y solo vino a conseguirse cabalmente en 1923 con la creación del banco de la república.
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