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El discurso oral. Resumen


Enviado por   •  29 de Junio de 2019  •  Resúmenes  •  3.039 Palabras (13 Páginas)  •  738 Visitas

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El discurso oral

Datos estudiantes:

Nombres: Fernando Delgado, Camila Martínez, Gonzalo Morales, Hansel Schmidt.

Grupo: 1        Fecha: 23 de diciembre

Referencia bibliográfica del capítulo leído:

Calsamiglia, H.; Tusón, A. 2002. El discurso oral. In Las cosas del decir. Ariel: 15-58. Barcelona.

La oralidad es natural, consustancial al ser humano y constitutiva de la persona como miembro de una especie. Se produce en el cuerpo, aprovechando órganos del sistema respiratorio, labios, lengua, fosas nasales, movimiento de ojos, expresiones faciales y otros movimientos corporales. Sin embargo, no todas las manifestaciones comunicativas orales son naturales. Una conferencia, un sermón, un discurso inaugural, por ejemplo, requieren un alto grado de preparación, elaboración y, muchas veces, de escritura. La función social básica y fundamental de la oralidad consiste en permitir las relaciones sociales.

2.1. SITUACIÓN DE ENUNCIACIÓN

La situación de enunciación oral prototípica se caracteriza por la participación y presencia simultánea de las personas que intervienen en ella (interlocutores), y porque estos activan, construyen y negocian en la interacción una relación interpersonal basada en sus características psicosociales: el estatus, los papeles o la imagen. La ductilidad de la modalidad oral también se puede apreciar en el hecho de que, aunque siempre hay interacción, permite formas dialogadas (las más típicas) y formas monologadas (las más formales).

2.2. LA CONVERSACIÓN ESPONTÁNEA

Se entiende la conversación espontánea como la forma universal de realización de la oralidad (Tusón, 1995); como una forma de acción social; como protogénero o prototipo del que derivan todas las demás formas de realización discursiva. Según Kerbrat-Orrecchioni (1996), lo característico de la conversación es el hecho de implicar un número relativamente restringido de participantes, cuyos papeles no están determinados en un principio, gozando así los mismos derechos y deberes, y que tienen como finalidad el placer de conversar.

Las conversaciones espontáneas suelen tener un alto grado de improvisación por parte de los interlocutores y ello no obsta para que se pugne por el control del espacio discursivo. Así, los participantes deben ponerse de acuerdo en lo que se refiere a parámetros conversacionales, iniciando la interacción con un tema de común acuerdo, luego, se negocia el mantenimiento o cambio de tema, de tono y de papeles, es decir, deben ir construyendo el desarrollo del cuerpo del diálogo, y finalmente, deben ponerse de acuerdo en terminar la conversación. Grice (1975), compara la conversación con “cualquier otra actividad humana que requiere el esfuerzo cooperativo de dos o más personas”, por ejemplo, cuando dos personas quieren cambiar una rueda de un coche deben cooperar haciendo lo que sea oportuno en cada paso hasta dar por finalizada la acción.

Es muy común que existan momentos de confusión, ya que, en la mayoría de los casos las decisiones se toman de manera implícita, a través de la producción e interpretación de indicios contextualizadores que orientan a los participantes sobre lo que está pasando y sobre la dirección que toman los acontecimientos conversacionales. Para organizar la conversación existe la alternancia de turnos, que se rige por dos mecanismos: la heteroselección, que consiste en que quien se encuentra hablando selecciona al siguiente hablante, y la autoselección, que consiste en que una de las personas presentes comienza a hablar sin que haya sido seleccionado previamente.

2.3. OTRAS PRÁCTICAS DISCURSIVAS ORALES

Se presenta un listado de otros métodos de comunicación oral y sus respectivos contextos. El diario vivir no sólo está compuesto de conversaciones espontáneas. Todo lo contrario. Como menciona Calsamiglia y Tusón (2002), a través de todos estos distintos tipos del habla se generan distintas relaciones entre el emisor y el o los receptores. Ejemplo de estos tipos de relaciones son, como menciona el texto, simétricas y asimétricas, formales e informales, distantes o íntimas, improvisadas o elaboradas, entre otras.

También en este punto se analiza el debate político y todas las reglas que se imponen antes de llevarlo a cabo (reguladas por el moderador). Sin embargo, aunque sea una conversación “elaborada”, ocurren cosas que, a veces, van más allá de lo que se ha planeado anteriormente, como muecas, risas, faltas de respeto, etc. En resumen, se puede inferir que el habla, ya sea una conversación o un soliloquio, evoluciona, y puede llegar a convertirse en, por ejemplo, una interacción más dinámica, incómoda, divertida, entre otras muchas características.

2.4. LA ADQUISICIÓN DE LA COMPETENCIA ORAL

El habla, a diferencia de lo que ocurre con el código escrito, se aprende como un complemento del proceso de socialización. Además, este aprendizaje está expuesto a situaciones especiales de comunicación como, por ejemplo, modismos usados en una familia. Sin embargo, a medida que se entra a un mundo más “formal (como, por ejemplo, el mundo laboral)”, surgen tipos de habla que no se aprenden naturalmente en la infancia.

La competencia oral está definida por distintos autores. Sin embargo, éstas convergen en una misma idea. Por ejemplo, según Saville-Troike (1989, cit. en Calsamiglia y Tusón, 2002), la competencia oral “implica conocer no sólo el código lingüístico, si no también qué decir a quién y cómo decirlo de manera apropiada en cualquier situación dada”. Calsamiglia y Tusón destacan la importancia del entorno sociocultural, ya que el hecho de que existan diferencias en las distintas sociedades permite el acceso a los “bienes” lingüísticos a sólo una parte de la población. También se señala la influencia de los medios de comunicación audiovisuales en la formación de, sea para bien o para mal, distintos comportamientos comunicativos en la población más joven de la sociedad.

2.5. ASPECTOS PSICOSOCIALES DE LA ACTIVIDAD ORAL

Según dicen Calsamiglia y Tusón (2002), el buen o mal intercambio oral puede ser influenciado muchas veces por varios elementos de carácter diverso que confluyen en la interacción. Éstos elementos corresponden a características psicosociales de quienes participan en la interacción: la manera en la que las personas se “ponen” a interactuar, los roles que eligen tomar de entre sus posibilidades, la posición que adoptan respecto a la situación en la que se encuentran, la manera en la que van manifestando sus cualidades y cómo interpretan las posiciones de los demás. Todos estos aspectos psicosociales pueden ser muchas veces cruciales para el inicio y desarrollo de las interacciones cara a cara.

Goffman propone conceptos como los de «imagen», «territorio» o «posicionamiento». De acuerdo al contexto o entorno en el que el individuo se encuentra, éste podrá elegir su imagen, los límites de distancia o intimidad que se permiten y la posición que se adopta respecto a los demás. El entorno determinará la importancia que tenga el compartir mucho conocimiento de fondo como una situación familiar, o si adquiere más importancia la apariencia como sucede en espacios públicos, también se determinará si corresponde a un ambiente amistoso o si es más bien de carácter jerárquico como una entrevista de trabajo.

En cuanto al contenido informativo entregado en las interacciones cara a cara, es preciso tener en cuenta que el proceso y el producto se dan a la vez, los errores cometidos en el habla no podrán ser “borrados”, solamente se puede seguir hablando para tratar de “reparar” el error; muchas veces se debe pensar sobre la marcha y organizar la contribución a partir de elementos entregados por los demás, y también se producen una serie de gestos y ruidos para avisar que se sigue utilizando el “turno” de habla.

 En síntesis, el individuo evaluará la situación, estableciendo el rol que tomará, desarrollando una adecuada estrategia comunicativa para evitar los errores de la inmediatez, los cuales son especialmente peligrosos en una situación comunicativa jerárquica, en donde éste será juzgado por lo que dice, por el contrario, si se encuentra en la posición alta, tendrá la responsabilidad de crear una atmósfera propicia o más agradable.

2.6. ELEMENTOS NO VERBALES DE LA ORALIDAD

Si bien es importante en el discurso oral lo que se dice, es igual de importante el cómo se dice y cómo se mueve. Elementos constitucionales del discurso oral como los gestos, la postura, la distancia entre las personas que participan y la calidad de la voz o las vocalizaciones han sido descuidados casi por completo. Knapp (1980, cit. en Calsamiglia y Tusón 2002) agrupa bajo siete títulos todo lo que se ha considerado factores no verbales de interés para el estudio de la comunicación humana: Movimiento del cuerpo o comportamiento cinésico, Características físicas, Conducta táctil, Paralenguaje, Proxémica, Artefactos, Factores del entorno.

2.6.1. Los elementos proxémicos

“La proxemia se refiere, básicamente, a la manera en que el espacio se concibe individual y socialmente, a cómo los participantes se apropian del lugar en que se desarrolla un intercambio comunicativo y a cómo se lo distribuyen. […] También tiene que ver con la distancia que mantienen entre sí los participantes en un intercambio comunicativo” (Calsamiglia y Tusón, 2002, pp. 37-38). La distancia puede variar durante el intercambio, y ésta depende mucho del tipo de evento de que se trate. La distancia tomada puede no ser interpretada como “normal” por todos, más bien puede tener otras interpretaciones dependiendo de cada individuo. Según Knapp (1980, cit. en Calsamiglia y Tusón 2002) hay cuatro posibles categorías en que puede entenderse el espacio informal: Íntimo, casual-personal, social-consultivo y público.

2.6.2. Los elementos cinésicos

La cinesia se refiere al estudio de los movimientos corporales comunicativamente significativos. Según Poyatos (1994, cit. en Calsamiglia y Tusón, 2002) podríamos distinguir entre gestos, maneras y posturas, la clasificación más sencilla de los elementos cinésicos los divide en emblemas, reguladores, ilustradores, expresivo-afectivos y adaptadores. Los gestos pueden sustituir a la palabra, repetir o concretar su significado, matizarla, contradecirla o, sencillamente, servirá para acompañarla y hacernos sentir más a gusto o manifestar nuestra incomodidad. Hay conductas consideradas como cálidas o frías, como también hay gestos que pueden representar un estatus y poder determinados.

2.7. ELEMENTOS PARAVERBALES DE LA ORALIDAD

Según lo establecido por Calsamiglia y Tusón (2002), existen ciertos elementos vocales que, aunque son emitidos por el aparato de fonación humano, no se consideran parte de la “lengua”: calidad de la voz y vocalizaciones.

2.7.1. La voz

La calidad de una voz se relaciona con la intensidad y timbre de ésta misma; estos elementos entregan información acerca de las características del emisor y su estado, tanto físico como anímico. Ciertos aspectos de la calidad de la voz están estrechamente relacionados con la fisiología y características del aparato de fonación; esto hace que cada voz sea única. La calidad de la voz puede modificarse para conseguir variados efectos adaptables a diferentes situaciones (Graddol y Swann, 1989 cit. en Calsamiglia y Tusón, 2002).

Como explican Calsamiglia y Tusón (2002), la relación entre la calidad de la voz y su uso en la vinculación con la sociedad puede apreciarse, por ejemplo, en la preferencia de la ejecución de una voz grave, ya que generalmente ésta se relaciona con la seguridad y capacidad de tomar decisiones; esto aplicado a la voz masculina. En el discurso académico de tipo oral esto es de carácter decisivo, ya que se necesita un nivel de seriedad adecuado para la ejecución de presentaciones orales, en donde el emisor se note seguro de la información que entrega.

2.7.2. Las vocalizaciones

Las vocalizaciones corresponden a sonidos emitidos por la boca del emisor; si bien no transmiten un mensaje, cumplen funciones importantes dentro del discurso hablado. Generalmente, suelen ir complementadas con lenguaje no verbal. Su uso en el discurso oral puede ser decisivo con respecto al sentido que se le da al mensaje; no poner atención en ellas puede desencadenar malentendidos. Algunos ejemplos de vocalizaciones son: inhalaciones, exhalaciones, carraspeo, silbidos, chasquidos, tos, eructos, alargamientos, sonidos de relleno, risas, llantos y onomatopeyas.

2.8. CARACTERÍSTICAS LINGÜÍSTICO-TEXTUALES DEL DISCURSO ORAL

2.8.1. El nivel fónico

Cada lengua posee un sistema fonológico y variantes fonéticas que son el resultado de unión entre sonidos en una misma tira fónica. Las relaciones fonéticas guardan estrecha relación con variables sociales y las diferencias en la pronunciación. Principalmente se estipulan cuatro tipos de variedades: variedad dialectal, variedad social, variedad situacional (registros de habla) y la variedad individual o estilo.

Cada variedad es caracterizada por rasgos fonéticos, léxicos y morfosintácticos; lo que nos informa sobre características psicosociales y culturales. Cuando una persona se dispone a hablar debe elegir su repertorio fonético, se tiende a neutralizar la pronunciación, pero siempre se mantiene una carga de significado sociocultural. Por otra parte, definir en la dialéctica lo correcto e incorrecto es siempre un tema de debate. Para el discurso académico, es muy importante esta neutralidad dialéctica, para que la información que se entrega sea clara y seria a la vez.

La prosodia (entonación, intensidad, ritmo) es un importante aspecto de la oralidad debido a su productividad en la comunicación. Según Hidalgo (1997 cit. en Calsamiglia y Tusón, 2002) la entonación se utiliza para organizar información y señalar la modalidad oracional (enunciativa, interrogativa o exclamativa). La intensidad sirve para distinguir significados entre palabras homógrafas, y para marcar énfasis.

2.8.2. El nivel morfosintáctico

En el discurso oral la complejidad sintáctica depende del tipo de evento en el que se desarrolla; por ejemplo, la diferencias entre una pieza oratoria y una conversación espontánea serán notables, ya que primera está preparada con antelación, mientras que la segunda mantendrá expresiones de duda, repeticiones, titubeos, discordancias, muletillas, coletillas y piezas de relleno (Cortés, 1991 cit. en Calsamiglia y Tusón, 2002).

En general, para facilitar la comprensión por parte de la audiencia se tiende al uso abundante de la yuxtaposición y la coordinación en las oraciones, y a un menor uso de nexos de subordinación. Por otro lado, la tematización consiste precisamente en la alteración del orden canónico de Sujeto-Verbo-Objeto, colocando al inicio el elemento a resaltar, pronunciándose con mayor intensidad y separándose del resto por una pequeña pausa.

2.8.3 El nivel léxico

El léxico ha sido el plano lingüístico que más se ha relacionado con factores culturales, debido al nombramiento de valores, creencias, objetos y actividades que configuran la cultura. Para el discurso oral, la variación léxica sirve para marcar el registro, el tono de interacción, finalidades; los cuales pueden ser reveladores de las características socioculturales de los participantes. Así, se puede delimitar los léxicos en registros, como por ejemplo el culto o, por otro lado, el informal. También se puede identificar al léxico como el marcador de la pertenencia a un grupo social que lo manifieste.

2.8.4 La organización textual y discursiva

Todo lo que se ha mencionado hasta el momento es reflejado en la organización textual y discursiva de la comunicación oral. Se debe tener en cuenta que es multicanal, considerando lo paraverbal, lo cinésico y lo proxémico. La manifestación más común de la oralidad son los diálogos, por supuesto, con dos o más interlocutores; aunque puede haber secuencias de monólogo, siempre se encontrarán marcas verbales o no verbales e interactivas. Por esto, en el caso de los discursos monologales habrá que atender varios aspectos. Por una parte, los que estructuran el texto (presentación-progresión informativa-finalización). Debe prestarse atención a cómo las formas lingüísticas y textuales sirven para la coherencia del discurso.

En el caso del discurso dialogal es importante saber que se estructura por turnos de palabra y que según Tusón (1995a, cit. en Calsamiglia y Tusón, 2002) puede organizarse en tres secuencias básicas: inicio, desarrollo y final. En relación al cuerpo central de la interacción, puede estar sujeto a mayor flexibilidad y atiende a la co-construcción y negociación en diferentes planos: interlocutivo, temático, de la posición de los hablantes, del tono, de las finalidades, etc. Para denotar la complejidad de los diálogos, sobre todo cuando se dan en 3 o más participantes, es referirnos a la consideración de tres dimensiones de análisis: La dimensión interlocutiva, que construye una identidad a partir de los papeles comunicativos y entrega valiosa información respecto a las posiciones que adoptan los interlocutores; la dimensión temática, que atiende a la actuación que los interlocutores tienen con respecto a la construcción temática y a qué papel desempeñan; dimensión enunciativa, que es la posición de los sujetos respecto a su decir y al resto de interlocutores.

CARACTERIZACIÓN DE CONFERENCIA DE ACUERDO A CARACTERÍSTICAS LINGÜÍSTICO-TEXTUALES DEL DISCURSO ORAL.

"Encuentros ConCiencia, tardes de cultura, cerveza y conversación": "Terremotos, tsunamis y erupciones volcánicas - efectos en los ecosistemas acuáticos", Eduardo Jaramillo Inst. Cs. de la Tierra, Facultad de Ciencias UACh. En http://videoteca.uach.cl/videos/video/1794/.

Respecto al nivel fónico: se utiliza un ritmo más bien lento pero constante, demostrando confianza en una situación de discurso expositivo. La entonación es utilizada a modo de organizar la información y se marca el foco temático, se utiliza énfasis, es decir, un aumento de intensidad para marcar el foco informativo, utiliza pausas que demuestran poder y control sobre el discurso como por ejemplo en el minuto 35:22 Eduardo Jaramillo dice: “hay otra persona que está midiendo con GPS a modo de comparar nuestras mediciones… ahora, ¿dónde lo estamos haciendo?” en ese momento se toma un tiempo para cambiar la diapositiva y separar el siguiente tema en la progresión temática.

Respecto al nivel morfosintáctico: No es una situación de conversación espontánea, no hay duda ni repeticiones, ni titubeo ni discordancias, es decir, es un discurso bien preparado. Se refiere a parámetros contextuales referentes al marco de la exposición. Hay tematización en el discurso, resaltando palabras importantes en las expresiones. Se utiliza una buena complejidad sintáctica, respetando el ambiente formal en el que se encuentra. Existe uso de expresiones con función interactiva y expresiva hacia el público.

Respecto al nivel léxico: presenta un léxico técnico, formal y relajado común en integrantes del área científica y docente. Utiliza palabras propias del lenguaje de las ciencias de la tierra, sin embargo, también se utilizan expresiones más bien de carácter coloquial, quizá como recursos para acercarse al público. Se utilizan aclaraciones y redundancias para mantener al público atento y al corriente del discurso como por ejemplo en el minuto 55:16 se observa como Eduardo Jaramillo aclara las dudas de una integrante del público que pregunta si la aparición de una playa está en directa relación con un tsunami o solo se debe al levantamiento del terreno por efecto del terremoto, Jaramillo responde: “acuérdate que el tsunami no fue homogéneo a lo largo de toda la costa, por ejemplo Lavapié no tuvo tsunami, Lenga no tuvo tsunami […]”.

Respecto a la organización textual y discursiva: Eduardo Jaramillo realiza un monólogo, presentando información con una progresión coherente y estructurada, existen también marcas de interacción como formas verbales de apelación. El escenario permite la interacción directa con el público en un ambiente de encuentro científico, donde Eduardo Jaramillo toma un papel comunicativo significativo preocupándose de tener la palabra hasta que sea propicio el aclarar dudas en un segmento apartado al final de la exposición.

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