El federalismo y el papel de las instituciones en México

Dr. Ricardo Vilchis – UEA: Restructuración política regional

El siguiente ensayo se desarrolla tomando en consideración los siguiente puntos para el caso mexicano: El federalismo y el sistema de partidista están muy relacionados entre sí, sin embargo, algunos autores argumentan que el federalismo es el que da forma al sistema de partidos, mientras otros  dan razones para señalar que el sistema de partidos influye en el tipo de federalismo que prevale en un gobierno. A partir de este debate se evalúa la relación entre el federalismo y el sistema de partidos, (1) con énfasis en la dirección de la causalidad  entre ambas instituciones políticas, (2) ¿de qué formas las instituciones afectan las políticas públicas? ¿en qué circunstancias estas instituciones políticas privilegian políticas públicas?

Durante casi todo el siglo XX, México atraviesa una etapa de reestructuración política tras los efectos de la revolución mexicana, con efectos importantes para la relación activa, determinante y cambiante del federalismo y el sistema de partidos en el país. Se debe hacer mención previamente del contexto histórico, puesto que  parte de los motivos detonadores de la revolución habían sido del ámbito político, donde predominaban con casi tres décadas de autoritarismo, el mandato del ex presidente Porfirio Díaz, por lo cual se buscaba reformar el sistema político mexicano.

Ante dichos cambios, México como una república federal, como lo conocemos hoy en día tenía marcadas diferencias en un principio, esto debido a una división entre dos formas federales de gobierno, según Chandler hay una división de la autoridad de dos maneras: a través de sub-unidades constituyentes y por medio de asignaciones jurisdiccionales / funcionales entre los niveles de gobierno, con esto se hace referencia al proceso histórico-temporal del contexto político mexicano, pues si bien es cierto el país ha interactuado con cada una que lo ha ido determinando. Si recordamos la historia desde los años en que concluye la revolución mexicana, es en 1917 cuando la promulgación de la constitución junto con los ideales revolucionarios que dieron vida al movimiento, generan una ambición nacional: consolidar la democracia en el país. Un criterio que hasta hoy en día se mantiene en constantes cambios, con coyunturas políticas que la van redefiniendo según su funcionamiento.      

En 1929 cuando Plutarco Elías Calles funda el PNR (partido nacional revolucionario)^[1] como un símbolo y resultado del triunfo revolucionario, el origen del este partido así como sus inicios se encuentran definidos por las necesidades de la ciudadanía en general y sobre todo los que apoyaban la revolución^[2] vieron esto como un camino al progreso, el nacimiento de este partido político que inicio aglutinando cambios que no existían en el porfiriato, en este caso un partido que pon fin llevara los intereses del pueblo campesino y obrero, así como garantizar la democracia en el proceso electoral, por lo que se dio pie a generar un sistema de partidos, que al principio como bien es mencionado, el actual PRI, es quien durante casi un siglo optimiza al máximo la oportunidades que le brindaría este sistema. Sin embargo al principio no se había tomado en cuenta un aspecto importante, que “la distribución de la autoridad federal permite la competencia entre los partidos en ambas unidades nacionales y regionales, pero también impone limitaciones, especialmente cuando la competencia en un nivel da forma a cuestiones partidistas y la organización en el otro” (Chandler, 1987, p. 150) siendo entonces México un país precario federalista al tener pocas consolidaciones políticas, en este caso al haber solo un partido al inicio del sistema partidista, le dio las pautas para que éste creara un gobierno que en cierta parte, de manera muy visible, fueron ajustando el sistema a su favor, consolidándolos como un partido hegemónico, que por ser un antecedente revolucionario tenía todas las facultades para triunfar sin importar el nivel nacional o regional.

Sin embargo este inicio se iría redefiniendo, así como el PNR después nombrado PRM (partido de la revolución mexicana) en 1938, pues no sólo era cuestión del nombre sino de las estrategias políticas y la creación de instituciones además del federalismo jurisdiccional que jugaba un papel preponderante en el camino que iba trazando la vida democrática de la nación, los cambios implementando dieron pauta a circunstancias que serían cuestionadas en el futuro, pues un problema persistente fue que no se reflexionaba políticamente ante los agigantados pasos que daban en el sistema partidista y federal, olvidando que de la interacción del vínculo entre “el federalismo y sistema partidista, se encuentran conflictos en los incentivos estructurales como arreglo institucional y crea para las élites en su búsqueda por el control político” (Chandler, 1987, p.151)  que fue parte de la estrategia del partido, ahora PRI,  se dio un desarrollo de elite con el partido, se crearon instituciones enmarañadas con el partido permitiéndole mantenerse en el poder.      

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