El sistema inquisitivo, por años se ha caracterizado como un sistema totalmente arbitrario y secreto, en el cual predominaba el desconocimiento de los derechos y las garantías mínimas del imputado

INTRODUCCION

El sistema inquisitivo, por años se ha caracterizado como un sistema totalmente arbitrario y secreto, en el cual predominaba el desconocimiento de los derechos y las garantías mínimas del imputado, en donde el juez era el gran ausente en los procesos impartidos y en el cual los representantes en la mayoría de las veces interpretaban equivocadamente  la información transcrita durante el juicio y que posteriormente era leída por un juez, en base a estas malas decisiones de los representantes que eran los encargados de recolectar la información perjudicaba a un grupo innumerable de personas que pagaban penas equivocadamente.

En este sistema, la verdad podría ser un tanto vana y dudosa, pues la manera de obtenerla  era a base de procedimientos ilícitos tales como la tortura y los malos tratos que finalmente lo más importante era encontrar un culpable a como diera lugar.

Sin duda la principal características de este sistema era la escritura y el secreto, todas las declaraciones eran transcritas a papel, hojas interminables para su posterior lectura e interpretación, a sí mismo la administración era un tanto irrespetuosa de las garantías del imputado, y por el tan solo hecho de ser considerado objeto a proceso y no sujeto al mismo, es decir, que no importaba el por qué y cómo había sido señalado, este sería culpable del delito desde el momento de la acusación.

A raíz de la reforma constitucional del 2008 primordialmente se buscó evitar la corrupción usando como medio el cambio de dinámicas en los juicios, estas serían orales y en presencia de un  juez, el cual deberá ser imparcial en sus decisiones en base a un procedimiento escalonado y consecutivo, el cual no podría ser evadido.

El motivo de este ensayo es el entendimiento de la reforma constitucional y de las diferencias del antiguo sistema inquisitivo y del sistema acusatorio oral.

A partir de la reforma constitucional emitida en el 2008, el artículo 20. De nuestra carta magana señala que:

“El proceso penal será de corte acusatorio y oral”, esto nos indica que los alcances que determina el texto constitucional suele hacer  distinciones de los enfoques analíticos y expectativas del sistema penal de corte inquisitivo.

A grandes rasgos la diferencia icónica entre el sistema inquisitivo y del sistema acusatorio oral indica sobre las responsabilidades de la investigación, de acusación y de juzgar a una persona, la cual es presuntamente acusada de haber cometido un delito, residen en una misma autoridad que se encarga de la investigación y es la encargada de la acusación misma, así mismo emite un veredicto, una sentencia bajo la responsabilidad de la inocencia de una persona.

Sin embargo, en el sistema acusatorio, estas 3 funciones están divididas y esto es  lo que se observara en las prácticas de los juicios orales en México, en donde la investigación va a correr a cargo del ministerio público, auxiliada por la policía, la acusación va a estar construida también por parte del ministerio público y existirán 3 figuras distintas dentro del ámbito del poder judicial, las cuales desarrollaran diferentes tareas.

Por un lado los jueces de garantía que estarán atentos a las primeras diligencias, lo que el juez o tribunal de juicio oral, en donde se van a materializar precisamente las audiencias del juicio oral que es en ese mismo momento principal  aclarar dentro del mismo proceso penal acusatorio, y finalmente un juez encargado de la ejecución de las penas.

En esta diferencia de funciones se centra uno de los principales desacuerdos dentro del sistema penal inquisitivo y del sistema acusatorio.

El sistema inquisitivo está basado en un principio de desconfianza que implica que todo deba quedar por escrito, de tal manera, en un proceso inquisitivo se irán acumulando cantidades  enormes de papelería en diversos tomos con información de diversos temas para así llevar adelante un proceso penal, mientras que en el proceso penal de corte acusatorio, está basado en la confianza, en la publicidad y en la transparencia con el auxilio de la tecnología que permite grabar a través de medios electrónicos todo lo acontecido dentro de la sala de juicios.

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