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Encuentro nacional por la paz de Colombia

Sebastián Contreras EcheniqueMonografía12 de Diciembre de 2025

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Encuentro nacional por la paz de Colombia

Los diálogos de paz con el ELN se encuentran en un momento incierto. Pocos días antes de que el nuevo gobierno de Iván Duque asumiera la presidencia, asistimos a un encuentro por la paz en el que el tema central giró en torno a los avances y a esa incertidumbre que se respira aún en estos días. Hacemos pues un recuento de lo que allí sucedió, porque consideramos que es importante que la sociedad en general trate de estar enterada de estos diálogos para que, por la paz de nuestra Colombia, presionemos para que no se levanten de la mesa de negociaciones.

Por: Sebastián Contreras Echenique

El día 3 de agosto nuestra Revista La13 asistió en la ciudad de Bogotá al Encuentro Nacional por la Paz de Colombia, evento convocado por múltiples organizaciones sociales, académicas, representantes de las víctimas, de las comunidades, así como figuras públicas y políticas quienes enviaron un mensaje conjunto de paz dirigido al Gobierno entrante. Dicho mensaje estuvo centrado en hacer un llamado para continuar el diálogo de paz entre el Ejército de Liberación Nacional y el Gobierno, al tiempo que instaron al presidente entrante a que tome en cuenta la participación ciudadana en la construcción de paz. En la carta, firmada por más de 1.200 organizaciones y personalidades de la academia y la sociedad civil colombiana, se afirma que la continuidad de las conversaciones de paz con el Ejército de Liberación Nacional “son fundamentales para cerrar el ciclo de la violencia política en el país y dar paso a una fase de transformaciones pacíficas” al mismo tiempo, señalan la importancia de “la protección del acuerdo de paz con las FARC” para la consecución de una paz estable y duradera. Finalmente, en vista de la evidente desidia con que la derecha ha tratado este proceso de paz y los diálogos con el ELN, se declaran los firmantes en “movilización permanente por la paz como derecho” afirmando que adelantaran una serie de acciones tendientes a la protección de la mesa de conversaciones entre el Gobierno y el ELN.

Cierre del sexto ciclo de conversaciones

Este encuentro se desarrolló luego de finalizado el sexto ciclo de conversaciones entre el Gobierno y la delegación de paz del ELN en la Habana, Cuba. Al cerrar dicho ciclo el comandante Aureliano Carbonell, miembro del equipo de trabajo en la mesa de conversaciones y quien está a cargo de la comisión “Participación de la sociedad en la construcción de la paz”, señaló que, justamente, este tema es el primero en la agenda de negociaciones dado que “es vital en el diseño del proceso entre el Gobierno y el ELN”, así mismo aseguró que es este punto, el de participación de la sociedad, el que más consenso tiene tanto por parte de la comunidad internacional como por parte de las organizaciones civiles y territoriales que más han sufrido el conflicto. Si bien reconoce este tema como complejo, es consiente que respecto al Gobierno “en la mesa estamos sentados desde dos orillas opuestas” por lo mismo, refiere el problema de la participación como un problema fundamental para entender el conflicto colombiano, pues es un problema que radica en cómo se entiende la democracia y cuál el nivel de participación de la ciudadanía en la democracia colombiana. A pesar de la complejidad que supone lograr un acuerdo total sobre este tema, se logró acordar ciertos anunciados generales o “fundamentos” sobre la participación de la sociedad civil en la construcción de paz, entendiendo que dicha participación tendrá un enfoque territorial, temático y sectorial, teniendo en cuenta tanto la opinión de las comunidades como la de los empresarios para, de esta manera, realizar una síntesis que recoja las ideas de la sociedad sobre los temas democracia para la paz, transformaciones para la paz y el tema de víctimas. Sobre este punto, que se avanzó mayoritariamente durante el quinto y el sexto ciclo de conversaciones, los negociadores de paz del ELN buscaron poder llegar a un acuerdo antes de que terminará el gobierno del presidente Santos con el fin de garantizar un “papel protagónico de la sociedad” para generar un “dialogo nacional” participativo en “búsqueda de una visión común de paz y unas perspectivas nuevas para el país”, pero lamentablemente no fue posible lograr dejar este tema zanjado con el Gobierno antes de finalizar este último ciclo.

Por otra parte, Bernardo Téllez, miembro de la comisión sobre “Asuntos humanitarios y cese al fuego bilateral”, dijo respecto a los avances en estos últimos ciclos de conversaciones con el Gobierno que para ellos “el primer tema, en el inicio de las conversaciones, fue acordar un marco de referencia común que incorporará el Derecho Internacional Humanitario como marco de referencia para hacer los acuerdos (...) en ese sentido se acordó, el 4 de septiembre de 2017, el primer cese al fuego bilateral, nacional y temporal que ha acordado el Ejército de Liberación Nacional en toda la historia de los diálogos con distintos gobiernos, por tanto, esto se convierte en un hito histórico. En segundo lugar, hemos avanzado en el sentido de que el criterio de construcción de acuerdos es a partir sobre lo que se ha avanzado, sobre lo ya acordado; en ese sentido, para avanzar en la construcción de un nuevo acuerdo de cese al fuego bilateral, temporal, nacional (que sea un poco mejor y más robusto) se parte del acuerdo de Quito del 4 de septiembre de 2017 y, a partir de eso, se construye la base de ese nuevo acuerdo de cese al fuego”.

También señaló que para el ELN los objetivos de un cese al fuego “debe ir más allá de la mera suspensión de las acciones armadas entre las partes, en la situación compleja que vive Colombia [el cese al fuego] debe proporcionar otros alivios humanitarios a la población” de manera que un eventual cese al fuego bilateral entre las partes propicie otras medidas humanitarias que beneficien a la población que ha sufrido de primera mano el conflicto. En este sentido, señala el comandante Téllez, se ha avanzado en la construcción de “un marco político general de lo que sería un acuerdo de desminado humanitario en algunas regiones del país, está avanzado que íbamos a comenzar en el departamento de Nariño”. Así mismo, se avanzó en temas relacionados a un posible acuerdo humanitario en el Chocó mediante la realización de diálogos sociales y humanitarios buscando “que el alivio humanitario llega a las regiones más allá del cese al fuego”, ya en el tema de cese al fuego señaló que “se avanzó en la construcción ya propiamente del cese al fuego en más de un 80% de sus bases”, así como señaló también que en el tema del mecanismo de veeduría y verificación ya hay acuerdo en los protocolos a utilizar.

Diálogo amenazado

Al finalizar la rueda de prensa, Pablo Beltrán, jefe de la delegación de paz del ELN, hizo un llamado “a no dar marcha atrás” señalando la firme voluntad de esta guerrilla por perseverar en lo ya avanzado para lograr firmar un acuerdo de paz con el Gobierno, en ese sentido, finalizó la conferencia de prensa declarando que “al nuevo gobierno le decimos: la delegación está acá, la mesa está acá; cerramos un sexto ciclo y esperamos abrir un séptimo con el gobierno que llega. Estamos esperando que una vez se posesione el 7 agosto, haya ese tipo de respuestas”. La respuesta no se hizo esperar, una vez asumido el gobierno de Iván Duque éste señaló que "Durante los primeros 30 días de nuestro Gobierno vamos a realizar una evaluación responsable, prudente y completa del proceso de conversaciones que durante 17 meses se ha adelantado con el ELN" pero a continuación y de manera a priori a dicha supuesta evaluación condiciona el diálogo con el grupo insurgente argumentando que "un proceso creíble debe cimentarse en el cese total de acciones criminales", lo cual resulta evidentemente utópico dado el carácter subversivo de dicha organización. Si bien el presidente Duque asegura que para llevar a cabo la mencionada evaluación tendrá en cuenta la opinión de la iglesia católica y "los países que han venido apoyando dicho proceso", es fácil darse cuenta del poco interés con que el Gobierno maneja este importantísimo tema. Al finalizar el plazo de 30 días autoimpuesto por el nuevo gobierno, el presidente Duque siguió explorando esta vía de negociación señalando que “es por eso que hasta que no se cumpla esa premisa, nosotros no vamos a designar a nadie para que se siente en esa mesa ni tener ningún tipo de aproximación (...) nosotros hemos dicho que como Gobierno tenemos toda la voluntad, pero sí y sólo sí hay un camino creíble y ese camino debe empezar por dar por terminadas todas las actividades criminales, empezando por la liberación de todos los secuestrados”.

Más tarde, el alto comisionado para la paz, Miguel Ceballos, insistió en que la práctica de presión política mediante la violencia debe olvidarse en Colombia agregando que “nosotros [el Gobierno] ya estamos en la implementación de un acuerdo con un grupo político, que se reincorporó a la sociedad, lo mínimo que debe hacer el ELN es respetar la ley y la Constitución”, al mismo tiempo el señor Ceballos de manera majadera, insiste en buscar aclarar la presencia guerrillera en Venezuela señalando que “ese es un punto que debe aclarar muy bien esa organización, porque es imposible llegar a considerar un cese al fuego, cuando parte de la tropa o de sus miembros está en un país ajeno”. Difícil resulta entender, a todos quienes buscan la paz de Colombia, la importancia que pueda tener la presencia guerrillera en el vecino país cuando se trata justamente de cesar sus actividades mediante un acuerdo de paz. Respecto a estas declaraciones del Gobierno, Pablo Beltrán señaló en entrevista para RPTV Noticias que “ese es otro mito que se han inventado en Washington, que es que la dirección del ELN está en Venezuela. No, la dirección del ELN está al frente de sus hombres y yo no encuentro ninguna asociación entre un cese al fuego y dónde estén los jefes del ELN". Recientemente, el presidente Duque viajó a Estados Unidos para asistir a la Asamblea General de las Naciones Unidas, a su llegada a Nueva York insistió en que el Gobierno tiene “toda la voluntad de diálogo siempre y cuando entreguen los secuestrados y pongan fin a las actividades criminales", sin dar ninguna señal real de buscar un diálogo con la organización insurgente en armas más antigua del planeta, sentenciando que sería “inviable” establecer conversaciones con este grupo subversivo sin que éstos entreguen a los más de diez retenidos que la organización aún mantienen en su poder.

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