Ensayo LA INTERCULTURALIDAD Y LA CONVIVENCIA

LA INTERCULTURALIDAD Y LA CONVIVENCIA:

UNA MIRADA DESDE LA ESCUELA

Como docentes siempre nos preguntamos hasta donde debe llegar nuestra responsabilidad para con nuestros estudiantes, en ese sentido son múltiples las opiniones; sin embargo, quienes realmente asumen su labor como tal, no se centran en filosofar sobre sus funciones, sino sobre las acciones que debemos realizar y las hacemos.

Es una verdad que la escuela es el centro del saber y la encargada de la formación holística de nuestros estudiantes, es por ello que el proceso de enseñanza – aprendizaje debe estar ligada a propiciar espacios en donde el estudiante al relacionarse con sus pares, lo haga practicando valores democráticos para lograr una convivencia más justa en su entorno y donde este se desenvuelva.

Es por ello que en el presente ensayo, se abordaran temas ligados a: La convivencia democrática e intercultural en la escuela y estrategias para trabajar la interculturalidad con enfoque democrático desde las aulas.

Según el MINEDU. Rutas de aprendizaje (2013:16)” La escuela es un lugar privilegiado para fortalecer la formación ciudadana de los y las estudiantes, porque es allí donde en el día a día, se convive, se participa y se delibera sobre los problemas cercanos a todos y todas”.

Es una verdad, es en la escuela en donde los estudiantes conviven, ¿De qué manera? Allí radica la importancia de formar en ellos una cultura democrática e intercultural.

IBID (2013: 17) “concebir una escuela capaz de propiciar, desde su organización, experiencias reales y significativas de vivir la democracia; e implica la vigencia de una institucionalidad legítima que dé soporte a los aprendizajes ciudadanos.”

La escuela es el ente rector, a través de la contribución de sus directivos, plana docente, estudiantes, padres de familia, es decir la comunidad educativa en general. Todos ellos están en la responsabilidad de materializar la formación de estudiantes como ciudadanos responsables, con conciencia de cambio y trasformación de la sociedad en que vive a través de prácticas de convivencia, en donde se evidencie, la tolerancia, el respeto, el compromiso social y la búsqueda de soluciones a problemas afines de manera pacífica.

Según Walsh (2005:15) “El sistema educativo es uno de los contextos más importantes para desarrollar y promover la interculturalidad, ya que es la base de la formación humana y un instrumento no sólo de mantenimiento de una sociedad, sino de desarrollo.”

El sistema educativo encarna a la escuela, por tanto es ésta la encargada de la promoción y desarrollo de la interculturalidad, a través de las actividades que el docente realiza en aula, orientando en sus estudiantes actitudes y prácticas de respeto, tolerancia y empatía, que si bien es cierto no es tarea fácil lograr en nuestros estudiantes, pero es un trabajo arduo el alcanzarlo.

IBID “La meta de la interculturalidad es ésa: construir procesos que contribuyan a formar sociedades plurales, justas y verdaderamente democráticas…”

Esta afirmación confirma una vez más la importancia de la aplicación práctica de la interculturalidad desde el punto de vista democrático. ¿Cómo lograr en nuestros estudiantes una convivencia democrática sin interculturalidad? Definitivamente es imposible. El estudiante debe en primera instancia reconocerse como persona individual, para luego comprender que es parte a su vez de una colectivo de personas, con las cuales debe aprender a convivir, para solucionar problemas cotidianos comunes, para el logro de una sociedad más democrática y justa. Y es la escuela el lugar idóneo en donde debe forjarse esto.

Así también podemos preguntarnos ¿Es la escuela un lugar donde se propicia oportunamente la convivencia democrática e intercultural?, esta interrogante debe llevarnos a hacer un análisis de nuestra propia labor. Así como las ruedas de un coche echa a andar al carrito con pasajeros. Así las maestras y maestros, son los que encaminan al estudiante en la escuela, es fundamental que el docente reoriente su labor, desde las actitudes que muestra, dado que somos ejemplo, entonces si nuestras actitudes son autoritarias, demagógicas y tradicionales, así enseñemos contenidos teóricos de qué es convivencia democrática e intercultural, no tendrá la misma significancia en nuestros estudiantes, porque nuestras enseñanzas dicen una cosa, y nuestra actitud y ejemplo otra. El estudiante se desmotiva

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