ENSAYOS DE CONVIVENCIA

ENSAYO DEL TEMA: EDUCACION PARA LA CONVIVENCIA ESCOLAR.

INTRODUCCION:

La sociedad actual vive una constante crisis de valores, en la medida que la quiebra de los modos de vida tradicionales no ha sido reemplazada satisfactoriamente por unos valores sólidos que sirvan de punto de referencia a las nuevas generaciones. Esta es una de las causas del aumento de la conflictividad y la violencia entre los jóvenes, tanto a nivel social como escolar, donde los niveles de convivencia se van deteriorando progresivamente en los últimos tiempos. En muchos centros el comportamiento de los alumnos se está convirtiendo en el principal problema educativo que debemos afrontar.

En el presente ensayo abordaré los temas de la educación para la convivencia como proceso de alfabetización en el conflicto del autor Jares r. Xesús y las relaciones de convivencia entre profesores y alumnos de autores diversos con la finalidad de promover la reflexión sobre la importancia que tiene la escuela en la formación de ciudadanos y comprender los problemas de comunicación en el ámbito educativo en las prácticas de convivencia escolar.

El tema de la educación para la convivencia en los centros escolares, entiendo que se debe enfocar desde un punto de vista curricular, puesto que constituye un contenido, o un grupo de contenidos de tipo actitudinal, y como tal debe de estar incluido en el currículo escolar.

La nueva concepción de la educación que se ha ido abriendo paso en las últimas décadas, pone el acento en otro tipo de contenidos de carácter más formativo, como el aprendizaje de pautas de convivencia, normas, valores, actitudes, creencias, el desarrollo de la capacidad de juicio, desarrollo de la capacidad crítica, mejora del autocontrol, etc. Este tipo de contenidos se consideran básicos para la formación integral de la persona.

DESARROLLO:

Educar es una tarea noble, tan compleja como difícil, pero tan atractiva como necesaria y aprender a convivir es una necesidad urgente y necesaria para facilitar los procesos enseñanza-aprendizaje; es por eso que la educación para el futuro debería abordar en cualquier sociedad y en cualquier cultura la educación para la paz a la que estamos ligados por esencia y vocación.

Convivir significa vivir unos con otros en un determinado contexto por eso el punto de partida de los programas de formación debe ser la realidad del conflicto. El propio currículum debería ponerse en práctica según esta noción. La perspectiva creativa del conflicto nos lleva a un aspecto central de la convivencia: la forma de relacionarnos con el conflicto.

El aprendizaje de la convivencia necesita una planificación tanto en el espacio de aula como del centro y tomando en cuenta los tres protagonistas principales de la comunidad educativa. Jares R. Xesús propone construir una nueva cultura y relaciones sociales donde la violencia no tenga cabida. Una cultura de la paz tiene que recuperar para muchos ciudadanos, desarrollar para otros y cultivar para todos los valores del compromiso y la solidaridad que posibilite a cada ciudadano el aprendizaje del placer de compartir, de cooperar, de ayudar y ser felices.

Carlos Gómez Bahillo entre otros autores señala que cuando el alumno acude al centro escolar y tiene el primer contacto con el profesorado, se inicia una relación que va a influir de manera importante en el desarrollo de su educación y formación; por tal motivo la escuela y concretamente el aula como lugar de convivencia requiere de normas por las que se rigen las relaciones de los integrantes, normas explícitas, claras, sencillas, transparentes, elaboradas y aceptadas por todos y con un estímulo amplio que abran un camino positivo de acercamiento de todos en una tarea que debe ser común. El aula debe ser el lugar idóneo para el aprendizaje de normas de relación y convivencia basadas en el respeto y para ello es necesario generar un ambiente adecuado en el que sea posible la participación, la organización y sobre todo el diálogo.

Las normas sociales aparecen como deseables y convenientes para la sociedad o para un grupo determinado y abarcan al conjunto de reglas y modos de conducta compartidos y su incumplimiento es objeto de sanción o reprobación, son determinantes del conocimiento y la interacción social y se plasman en costumbres, normas y leyes y constituyen la base de la socialización; pero esta no se produce solo en la escuela pues el educando está sometido a múltiples influencias del entorno en que vive, tales como; la familia, grupos de iguales, la televisión, el internet, el correo electrónico, el chat, etc.

La conducta social se encuentra determinada por diversos factores tanto personales como cognitivos y contextuales, nuestras respuestas sociales están relacionadas con la atracción interpersonal, la predisposición a la cooperación, la sensación de frustración y el recurso de la agresividad.

La tarea educativa se da en escenarios y situaciones interpersonales. La interacción entre maestro-alumno es por lo tanto, inevitable y hace imposible la ausencia de relación entre ellos o la conformación de las relaciones neutras. Los cambios que ha sufrido la familia y la sociedad exigen cambios en el rol del profesorado y en su estilo de enseñanza, en las metodologías y la forma en que se relaciona con el alumnado, en la estructura y modelos organizativos del centro; por tal motivo, la escuela debe sustituir la función de instrucción e información por la de crear conocimientos, enseñando a procesar la información y comprender el significado de las cosas, atender las necesidades específicas de los alumnos y asumir la labor de socialización primaria. La tarea del maestro no solo es formar sino educar; es decir, procurar una formación compleja atendiendo su desarrollo de aptitudes,

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