Ensayo Pedro Paramo

LA ESPERANZA

Este ensayo trata acerca de la esperanza. La razón de haber elegido este tema es que me hizo ver la esperanza como algo especial en esta novela, algo que no veía en muchas otras. En particular, el objetivo es hacer ver la esperanza que tuvo un hijo sobre encontrar a su padre.

En el ensayo que estoy por escribir incluiré el libro “Pedro Paramo” el cual nos habla de un joven que va a un pueblo “fantasma” a buscar a su padre, dicha obra fue escrita por Juan Rulfo en 1955; sin duda este libro nos plasma a la perfección el tema a tratar.

Anteriormente mencione que el escritor fue Juan Rulfo; Juan Rulfo era un periodista y por un periodo también fue político, a Rulfo lo caracterizaba la forma de interpretar algunas cosas y de cómo hace que los lectores las interpretemos, sus obras no son de estilo “lineal” por lo que me fascino esta novela. Dicha obra “Pedro Paramo” se escribió en la corriente literaria “Realismo mágico”, en sus obras nos comparte de su vida desde felicidades hasta sus tristeza, sus rencores y su soledad.

En la obra pude percibir que la mayoría de los personajes estaban “esperanzados”. Esperanzados porque en vida no pudieron “finalizar y/o remediar” malas o buenas acciones como es el caso de doña Eduviges y Damiana.

Considero que la esperanza es algo muy importante para cualquier persona, se encuentra desde “pasar un examen” hasta “buscar un hijo perdido” la esperanza es una característica primordial del ser humano, si esta no se encuentra en un ser humano, entonces no es “humano”.

Para refutar lo que anteriormente exprese me respaldare en la obra anteriormente mencionada “Pedro Paramo”, esto me hace recordar al hijo que busca a su padre lo que me hizo reflexionar y pensar que la esperanza nos puede cambiar de estado anímico dependiendo de nuestro panorama, finalmente, la esperanza es lo último que se pierde

Para reforzar nuestro tema incluiré un dialogo de la novela en donde está más que clara la esperanza en estos dos personajes:

“Vine a Cómala porque me dijeron que acá vivía mi padre, un tal Pedro Paramo. Mi madre me lo dijo. Y yo le prometí que vendría a verlo en cuanto ella muriera. Le apreté sus manos en señal de que lo haría; pues ella estaba por morirse y yo en plan de prometerlo todo

-No dejes de ir a visitarlo –me recomendó-. Se llama de otro modo y de este otro. Estoy segura de que le dará gusto conocerte.

Entonces no pude hacer otra cosa sino decirle que así lo haría, y de tanto decírselo se lo seguí diciendo aun después de que a mis manos les costó trabajo zafarse de sus manos muertas.

(Juan Rulfo, Pedro Paramo, 2001, Pág. 17)

Considerando

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