Ensayo de la mujer. Quiero, puedo y me lo merezco

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                                Quiero, puedo y me lo merezco.

                                                                    Nombre: Javiera Moreno

                                                                    Curso: 3º medio

                                                                    Asignatura: lenguaje

                                                                    Profesora: Karla Placencia

introducción

Una de las principales razones para escribir este ensayo es el concepto del éxito en la mujer. ¿Qué es el éxito? Para nosotras, significa poder inspirar a otros, transformar sueños e ideas, convertir algo imposible en posible como lo es el: “El liderazgo Femenino”

Lo primero que se piensa cuando se lee “El liderazgo femenino” es que el mismo será parte de un manifiesto feminista que reivindique los derechos del llamado “sexo débil” al liderazgo y, la necesidad de que toda mujer tome un lugar en esta tarea de ganar espacio para conseguirlo. Pues no, si bien como mujeres creemos que hay una necesidad de mejores oportunidades, consideramos que no es responsabilidad absoluta del “sexo fuerte”, ya que esto solo se debe a la historia pasada de la mujer, que producto de la simple evolución de la sociedad y a consecuencia de paradigmas y reglas que han condicionado dando forma a nuestra educación, donde se privilegia los quehaceres del hogar por sobre el ambiente laboral.

Desarrollo

En las generaciones pasadas los papeles estaban generalmente delimitados muy claramente, los hombres traían a casa su sueldo y las mujeres se quedaban en el hogar cuidando a la familia. A la llegada de la burguesía le da a la mujer un panorama distinto, brindando a estas pocas oportunidades de trabajar para ayudar a mantener a sus familias. Pero no fue hasta la Primera Guerra Mundial en 1918 que este panorama comenzó a tomar otro rumbo. El giro de la guerra obligó a las mujeres a salir de casa con el consentimiento de sus maridos y padres. Los hombres deben ir a la guerra y alguien debe manejar tareas que antes eran exclusivas de los hombres.

En 1942, en el marco de la Segunda Guerra Mundial, murieron 40 millones de personas y hubo más de 100 millones de soldados, aunque los historiadores a menudo ignoran el papel de la mujer en el campo de batalla. fueron francotiradoras, pilotos, espías y fabricantes de armas, barcos y tanques. Trabajan en todas las áreas posibles, están en todos los frentes, áreas ocupadas y traseras.

Dado a que la mayoría de los hombres adultos y hombres fueron enlistados en la guerra, las mujeres estadounidenses tuvieron que alternar su ocupación de ama de casa con el trabajo en fábricas de municiones. El cartel más destacado de esa época fue el de Rosie con su famosa frase: “we can do it”. Esta propaganda buscaba que la mujer entrara a las fábricas, sin abandonar a sus familias.

Según la Sociedad Estadounidense de Historia Militar, 400.000 mujeres se alistaron en el ejército durante la Segunda Guerra Mundial. Fueron aproximadamente 60.000 enfermeras que recibieron entrenamiento militar. En el Reino Unido, de las 225.000 mujeres que se unieron al ejército, las tres cuartas partes eran voluntarias. Algunas civiles se unieron al Servicio de Inteligencia Británico (SOE), que las utilizó como agentes secretos y operadoras de radios clandestinas en áreas ocupadas por los nazis.

El periodista británico Nigel West mencionó en su libro "Secret Wars: A Story of South Sudan (1993)" que la estadounidense Virginia Hall era una de las espías más peligrosas de la organización. La cual se esconde en Francia durante dos años como reportera del New York Post, cruzó los Pirineos, entrenó a tres batallones sola para destruir vías férreas y líneas telefónicas y capturó a 500 soldados alemanes. Todo solo con una pierna.

Algunas de las mujeres que se destacan por la perseverancia y liderazgo son:

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