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Entorno social, politico y economico COVID-19


Enviado por   •  29 de Junio de 2021  •  Ensayos  •  1.506 Palabras (7 Páginas)  •  105 Visitas

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CAPÍTULO 4. Género

Para comenzar este capítulo dice el texto que las diferencias entre hombres y mujeres son las formas más persistentes de desigualdad en todo el mundo, y por esta razón se puede decir que la desigualdad de género es la mayor barrera para el desarrollo humano. Las manifestaciones sociales en el mundo visibilizan que además de estos grupos tradicionalmente conocidos como marginados de desarrollo las mujeres son excluidas del progreso social porque sus demandas no se han cumplido.

El mundo no está cerca de alcanzar la igualdad de género para el año 2030, si se considera que según tendencias, llevaría 202 años cerrar brechas de género en oportunidades económicas. Tras de este lento progreso se identifican barreras que plantean retos para la igualdad, que incluyen creencias personales y públicas, como prácticas que generan direcciones en contra de la igualdad de género.

La igualdad de género está relacionada con el desarrollo humano y muestra una dinámica de convergencia en capacidades básicas y de divergencia en capacidades mejoradas. El género femenino progresa más en cuanto a capacidades básicas pero en capacidades aumentadas las damas aun enfrentan obstáculos con responsabilidades de liderazgo político y beneficios sociales en los mercados.

En el informe global de desarrollo humano del 2019 incluyo índices que complementaron al IDH que contribuyen a monitorear la distribución de dimensiones relevantes para el desarrollo humano.

El IDG muestra las diferencias entre hombres y mujeres tomando en cuenta las dimensiones básicas del desarrollo humano que son salud, educación y control sobre recursos económicos.

Utiliza datos desagregados por género en cada dimensión y se interpreta como la relación entre los dos índices.

México está en el grupo de países de desigualdad media-alta de desigualdad de género con un IDG de 0.957. La dimensión que muestra una disparidad más alta es la del ingreso, en la cual se observa que el ingreso nacional bruto per cápita estimado para las mujeres representa solo el 46% del estimado para los hombres.

Por otra parte el GII muestra desventajas que se basan en el género en tres dimensiones que son salud reproductiva, empoderamiento y mercado laboral. Este oscila entre el 0 y 1 que indican mayores desigualdades entre mujeres y hombres y por ende mayores pérdidas para el desarrollo humano. En el mundo no hay país con igualdad de género al 100%. Ya que en cualquier parte del mundo sufren pérdidas en aspectos clave del desarrollo humano cuando estos toman en cuenta la desigualdad entre hombres y mujeres. En el año 2018 en GII de México fue de 0.334 posicionándose en el puesto 74 de 162.

La Mayoría de mujeres en otros países que reciben su pago lo hacen de manera informal. Entre los países que realizan pagos de manera informal esta Uganda, Paraguay, México y Colombia, donde la mayoría de mujeres son protegidas por regulaciones mínimas, tiene pocos o ningún beneficio, no son escuchadas, no tienen seguridad social y no cuentan con condiciones de trabajo decentes, además de recibir salarios muy bajos y tienden a perder más fácil su empleo.

En nuestro país la informalidad de las mujeres es más grande que la de los hombres. Derivado de esto, la protección social también muestra una gran brecha de género, ya que en abril del 2020 de las personas aseguradas ante esta dependencia solo el 38% eran mujeres.

Otro reto para la igualdad de género en México es la violencia de género y distribución igualitaria de las tareas domésticas. En el país el 38.8% de las mujeres de 15 años y más, experimentan o han experimentado violencia de carácter sexual por un compañero no íntimo, y un 24.6% lo han experimentado con un compañero íntimo. Con respecto al reparto de labores domésticas la mujer mexicana dedica en promedio tres veces más tiempo que el hombre en tareas domésticas.

Como ya se ha remarcado, la crisis por la COVID-19 en nuestro país, no está en un contexto libre de la desigualdad de género. Las desigualdades agudas sobre este tema actúan como detonador de los efectos de crisis y cuestionan la posibilidad de seguir progresando en materia de desarrollo humano.

Las áreas más vulnerables hablando de desigualdad de género que se derivan de la pandemia en nuestro país es el empleo y el ingreso, prácticas de cuidado y violencia. A su vez, estas áreas tienen impactos en la salud, limitando el acceso en mayor proporción a la mujer, y exponiéndola al posible contagio de COVID. En cuestión de educación, niñas y adolescentes, están en riesgo de abandonar sus estudios para aportar al hogar en las tareas de cuidado, y de esta manera también están más expuestas a la violencia física y sexual.

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