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Etnia, Política e insurgencia em México, 1810-1821.


Enviado por   •  26 de Mayo de 2017  •  Documentos de Investigación  •  4.526 Palabras (19 Páginas)  •  271 Visitas

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Etnia, Política e insurgencia em México, 1810-1821.

Eric Van Young.

Cómo interraccionaban la política y lar aza em la lucha por la independência em Nueva España? En particular, qué classe de prise conscience, si es que había alguna, experimentaron las gentes indígenas( la mayoría de la población quedó como uma subclasse marcada etnicamente em el esquema político y la vida social colonial) durante la década de la insurgência y como podemos determinar hasta qué punto y extensión debió darse esse despertar político y qué dirección pudo haber tomado?El lugar más importante de la vida política y comunal para aproximadamente três millones y médio de índios súbditos de la monarquía española em México fu ela aldeã rural. Deber ser, entonces, em estas comunidades donde esperaríamos observar uma alteración de las ideas y formas de la acción pública, ya sea em el comportamento em el voto, em la promulgación de acuerdos entre los poderes locales o câmbios que irradiarían desde la aldeã hacia colectividades mayores y otras formas de expresión. Pensaban los índios, al final de esta década de conflito armado civil em términos de horizontes colectivos más amplios, más allá como ciudadanos, em uma potencial nación mexicana? Es posible que incluso concibieran la nácion que sobrevendría? Más aún, si pensaban em sí mismos como ciudadanos, su identidade dominante era como índios o como subalternos? Lo que está em juego al abordar estas cuestiones es nuestro entendimento del significado del movimento independentista para la gente común em el campo y, especificamente si expresaba algún tipo de sentimento nacionalista, prefigurando la vida política del siglo diecinueve.

Siguiendo com el tema general de este volumen, que es la profundidad y el alcance de las Cortes de Cádiz em el mundo hispano en las primeras décadas del siglo diecinueve, he dedicado uma gran parte de la atención, em las siguientes páginas, a la Constitución de 1812. Hago la pergunta y trato al menos de contestarla tentativamente, acerca de si la promulgación de esta Carta durante el período 1812-1814 cambió de manera fundamental las reglas del juego político em Nueva España entre los pobladores índios quienes, em ciertos momentos y lugares, constituían la mayoría de los que fueron etiquetados como insurgentes poe el régimen monárquico. Sin embargo, ni la circunstancias perturbadoras de la misma insurgência, ni la breve apertura política representada por la extensión de la Constitución de Cádiz a los gobiernos municipales em Nueva España, alteraron gravemente los estilos políticos o los objetivos em la mayor parte del mundo rural índio. La tesis central de este ensayo es, de hecho, que la cultura política y la práctica política cotidiana em la mayoría de las miles de comunidades indígenas de Nueva España demonstraron uma notable continuidade de hecho más continuidade que discontinudad o innovación entre el último período colonial y el final de la década de la insurgência. Lo que está em cuestión aqui es menos la importância de lar aza per se en la definición de las potencialidades de la acción pública em los pueblos indígenas por médio de exclusiones de otros grupos basadas em la etnia, por ejemplo, o algunas nociones essencialistas de política étnica que las formas resistentes de pensamento local céntrico que hacían de la defensa de la comunidade uma prioridade mayor que formas más amplias de consciência política. Esto disminuyó la tendência de los líderes indígenas y la gente común de invertir las energias colectivas em alianzas cruzadas de classe o etnia em la causa de la independência de España o em fraguar una nación mexicana, aunque no cerró de antemano la possibilidade. Recordando el  término hecho familiar hace poco tempo por el provocativo trabbajo sobre la construcción de la nación de Benedict Anderson, la comunidad imaginada más adelante em este trabajo.

El repertorio de los comportamentos políticos de las aldeas durante la década de la insurgência reveló uma destacada similitude com aquellos comportamentos de mediados de siglo o así que precedieron a 1810, em tanto que afectaba a los objetivos de la violência colectiva , las relaciones horizontales com otras comunidades, la resistência a autoridades superiores, las posiciones ideológicas, etc. Ciertamente hubo un incremento em la propensión de los pobladores a unirse a movimentos más grandes inicialmente bajo el mandato de figuras foráneas muchos de ellos cabecillas insurgentes de condición más baja o intermedia, algunos de ellos sacerdotes, pero estas alianzas duraron poco, y eran circunstanciales u oportunistas, a menudo dejando poco rastro tras su passo. Y ciertamente, los ayuntamientos constitucionales sancionados por la Carta de Cádiz dieron, momentaneamente, oportunidades a los empresários políticos locales, concedendo derechos políticos al Pueblo antes excluído de la participación directa em los assuntos públicos, y trastocando los arreglos em muchas comunidades. Pero el modo em que los índios, em particular, fueron incorporados a la insurgência y los objetivos que aparentemente perseguían, bien como rebeldes o em pequenas reuniones, siguieron los mismos patrones después de 1812, 1813 o 1814 que los que tenían antes. Más aún, es importante recordar que las políticas del Pueblo no fueron de pronto inventadas por la Constitución de 1812, sino que habían ido evolucionando durante siglos y desarrollando modalidades enraizadas em los acuerdos económicos locales, las estructuras sociales y las prácticas religiosas. La luchas intergeneracionales por el poder, los conflictos entre facciones, la rivalidade entre famílias e incluso la confrontación entre clases, eran típicas de la vida rural e incluso ofrecían mecanismos para que las personas carentes de derechos políticos formalmente participaram em los procesos políticos de la aldeã dando a conocer sus opiniones de manera indirecta e incluso desafiando a las autoridades imperantes. Las prácticas políticas de las aldeas lograron garantizar com éxito la supervivência de las comunidades campesinas de generación en generación, a pesar de haber sido oligárquicas, gerontocráticas y patriarcales y de que reprodujeran las estructuras de poder, distinción y desigualdade.

 La Constitución de Cádiz

La situación que he esbozado puede considerarse desfasada hoy em día ya que, a primeira vista, parece repetir la vieja línea de pensamento de que los campesinos índios estaban inactivos, impregnados de um discurso irreflexivo de tradicionalismo, ignorantes de las cuestiones públicas y largamente desconectados de la nación mexicana em términos de su imaginário político. Em años recientes há surgido uma gran cantidad de excelentes trabajos de historiadores de México mostrando que las gentes indígenas no eran, de hecho, uma massa inactiva y que ellos pensaban em términos políticos e ideológicos enraizados em sus culturas campesinas y étnicas, y em su posición estructural em la sociedade mexicana. Además, há sido ampliamente aceptado por los historiadores que los indígenas podían hacer valer su libre albedrío para resistir amenazas provenientes de actores políticos agressivamente conflictivos incluvendo el Estado, optimizando su própria posición y dirigiéndose hacia nuevos caminhos. Apesar de que éste no es el lugar para resumir o criticar em detalle este grupo de estúdios, podrá ser útil mencionar, al menos, algunos de los principales trabajos y sintetizar sus logros brevemente.

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