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POLITICA EDUCATIVA EN MEXICO


Enviado por   •  21 de Abril de 2015  •  6.213 Palabras (25 Páginas)  •  551 Visitas

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Política Educativa en México.

En el caso de México, la reflexión sobre el complejo camino hacia el fortalecimiento de la calidad ha cobrado un gran auge que proviene dela necesidad de transitar de buenos resultados en la cobertura a mejores resultados en la calidad.

Sin embargo, esta reflexión no se ha agotado porque buena parte de ella no se ha desarrollado desde una perspectiva de política pública, en especial desde lo que se denomina investigación de

políticas (policy research). En este sentido, la agenda de investigación educativa se transforma en la oportunidad de hallar evidencia y explicaciones que aporten a la mejora del diseño e implementación de las políticas educativas en beneficio de México y de su sociedad.

En este escenario, aquí se reflexiona desde el campo de política pública sobre los cambios registrados en las políticas educativas aplicadas a la educación básica pero con mayor énfasis en la primaria, a fin de contestar una pregunta: ¿por qué, después de veinte años de reformas en las políticas educativas, el aprovechamiento académico de los estudiantes continúa en niveles insatisfactorios, tal como lo demuestran diversas pruebas estandarizadas nacionales e internacionales?

La ruta elegida para dilucidar esta interrogante es reconstruir la evolución de algunas políticas educativas desde el enfoque de investigación de políticas, el cual consiste en: a) identificar el problema público al cual atiende el diseño de las políticas; b) poner de manifiesto los alcances y

límites de las políticas como resultado, en este caso, de los propósitos de la gestión del sistema educativo mexicano en términos de gobernabilidad y gobernanza; c) identificar posibles cursos de intervención u objetos de estudio en función de dos dimensiones de la política educativa: una política (politics) y otra de políticas (policies).

La respuesta de México al desafío de su sistema educativo nacional frente al tema de la calidad ha sido una apuesta estratégica gubernamental que contempla simultáneamente la modernización de la gestión del sistema cuyo diseño y propósito responde al paradigma de la Nueva Gestión

Pública (NGP); y la apuesta por la gestión basada en la escuela (GBE), como parte de la adopción del movimiento de escuelas eficaces (Murillo, 2008).

A partir del auge que ha adquirido el movimiento de escuelas eficaces en AL, las políticas educativas, en esta región, se han focalizado en la transformación de las escuelas, como premisa para revertir los bajos logros educativos, mediante la puesta en marcha de reformas de políticas educativas (Gajardo, 1999). México no ha sido la excepción y hacia el final de la década de 1980 se iniciaron cambios con el propósito de revertir situaciones indeseables en factores que el movimiento de escuelas eficaces (MEE) ha señalado que inciden de forma positiva o negativa en el mejoramiento del logro educativo (descentralización, profesionalización docente, diseño curricular, gestión basada en la escuela, clima escolar y liderazgo, entre los más importantes).

Cabe destacar que, en México, el MEE, junto con algunas de sus derivaciones, es consistente con la GBE y con la NGP. La articulación entre estas dos últimas es posible porque comparten una misma lógica en sus procedimientos para la atención de problemas públicos en la que se distinguen cuatro aspectos: la realización de diagnósticos para la identificación de problemas públicos de políticas; el diseño de políticas y programas gubernamentales; el monitoreo de la implementación de las políticas; y la evaluación de resultados como parte de una cultura de transparencia y

rendición de cuentas. Esto es, en esta lógica subyace una perspectiva de planeación estratégica.

En este artículo se hacen diversas afirmaciones que dan cuenta de los rasgos de la evolución de las políticas. En primer lugar, se ha encontrado que estas se caracterizan por el cambio y la continuidad, lo que favorece transformaciones graduales e incrementales en algunos procesos (Del Castillo & Azuma, 2009), las cuales generan la expectativa de que a mediano y largo plazo se traducirán en un mejoramiento en el logro educativo. En segundo, se ha hallado que las políticas que constituyen las reformas de la década de 1990 son estratégicas pues se orientan a impulsar cambios estructurales y que, en consecuencia, guardan una estrecha relación con el mejoramiento de la calidad, aunque, respecto a su efectividad e impacto, se quedan en el nivel de políticas periféricas, ya que no alcanzan a generar innovaciones que mejoren los procesos de enseñanza-aprendizaje, es decir, afectan primordialmente la expansión y la cobertura.

Una tercera tesis es que el impacto de las reformas de las políticas educativas no ha tocado elementos estratégicos para el mejoramiento del logro educativo de modo importante, lo que se debe a que las reformas se encuentran atrapadas en la gestión del sistema educativo que oscila entre una gobernabilidad en busca del control y la estabilidad, y el impulso, aunque de forma incipiente, de una gestión que registra rasgos de una nueva gobernanza en los distintos niveles del sistema educativo mexicano.

Lo singular es que, en esta dinámica, prevalece la lógica de la gobernabilidad por encima de la de la gobernanza, lo que da lugar a que los cambios educativos se manifiesten con mayor claridad en indicadores de cobertura. Esto último permite afirmar que las reformas de las políticas —a pesar de ser estratégicas porque aspiran a incidir en los factores asociados al logro educativo— se quedan en la periferia de los resultados de la cobertura. Este desequilibrio permite proponer que el tránsito hacia resultados en la calidad se encuentra asociado a que la balanza se incline hacia la gobernanza lo cual es posible si se fortalecen las instancias colegiadas para la toma de decisiones en los distintos niveles de la gestión del sistema educativo mexicano. En este sentido, se asume que la colegialidad contribuye a la construcción de consensos, a compartir el sentido de los cambios y a asumir un compromiso genuino con la implementación entre los distintos actores participantes de una reforma.

Debido a la centralidad que los conceptos de gobernabilidad y gobernanza tienen en este artículo como rasgos de la gestión del sistema educativo mexicano, es preciso definirlos. La gobernabilidad asume la participación del gobierno y la sociedad, y es posible definirla desde dos perspectivas (Camou, 2000, pp. 283-288).

La primera asocia la gobernabilidad a la eficiencia y eficacia en la acción gubernamental y tiene el propósito de “mantener la supervivencia y reforzar la capacidad operativa en la gestión gubernamental”,

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