FAST FASHION: OTRA FORMA DEL CONSUMISMO

FAST FASHION: OTRA FORMA DEL CONSUMISMO

En este ensayo abordaremos lo que es el “Fast Fashion” (moda rápida) como una problemática que engloba lo económico – político, ambiental y social, pero para esto, necesitamos primero conocer a qué nos referimos cuando se habla de fast fashion, posteriormente saber su impacto en los ámbitos mencionados, y cuáles podrían ser sus soluciones.

El concepto de fast fashion se refiere a la cantidad masiva de ropa que es producida por la industria de la moda, en función de las tendencias y las necesidades inventadas, que contribuye a poner en el mercado millones de prendas y fomentar a los consumidores a adquirirlas sustituyendo de manera acelerada su inventario personal. En este modelo de producción se fabrican prendas con materiales de baja calidad para asegurar su bajo costo, además su velocidad de manufactura genera su escasa durabilidad, por lo que podríamos hablar de ropa casi desechable.

Ahora, hablemos de los impactos preocupantes que tiene esta problemática. La producción de las prendas se realiza en países que tienen condiciones laborales precarias, generalmente en el sur de Asia. Las pésimas condiciones de trabajo, y su salario mísero representan un problema ético y un claro ejemplo de explotación, así como un atentado a los derechos humanos, donde se encuentra la explotación infantil y el trabajo forzado.

Todos los problemas derivados de la fast fashion tienen relación con la contaminación y el uso excesivo de los recursos naturales, lo cual amenaza un futuro sustentable y una relación equilibrada con la naturaleza. Tan solo la producción de ropa representa el 10% de las emisiones de CO2 a nivel global. La contaminación que genera también alcanza a la tierra y el agua. Se estima que el 73% de la ropa termina incinerada o en basureros, la fabricación de ropa involucra químicos dañinos para la salud, los cuales se desembocan en ríos y otros cuerpos de agua, así como los microplásticos que se liberal al lavarla.

También se ha convertido en un problema social, ya que las adquisiciones de los consumidores ya no son por necesidad, sino por placer. La socióloga Carmen Pérez de la UAM llama a este comportamiento social como “un estado permanente de deseo”.

En cuanto a las soluciones a este problema tenemos unas cuantas, a nivel industrial se propone un modelo circular de producción (ya no lineal) considerando cuatro ejes: Dejar de usar sustancias peligrosas; aumentar la durabilidad de la ropa; mejorar de forma radical el reciclaje; volver más efectivo el uso de recursos. El modelo circular también ha sido propuesto por el CEMDA, con fundamentación y marcos legales para lograr su aplicación. Ahora, como consumidores hay acciones que podemos emprender para combatir el fast fashion, como reducir drásticamente nuestro consumo, hacer uso de las 7R: reducir, rentar, resignificar, reparar, reusar, revender y reciclar.

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