Feminicidios en México

Han pasado dos años y 9 meses desde el feminicidio de Mara Castilla y para sus familiares, amigos y conocidos la vida no ha sido igual desde aquel día cuando Mara abordó un servicio de taxi llamado Cabify y estuvo desaparecida los ocho días siguientes.  Ser mujer en México significa una permanente vulnerabilidad, a tal grado que nos vemos obligadas a cambiar nuestro estilo de vida cotidiano. Tenemos miedo de vivir en nuestro país  porque desafortunadamente todos los días somos de 7 a 10 mujeres menos. La situación nos está quitando tranquilidad.

Existe una infame violencia contra bebés, niñas, adolescentes, jóvenes y mujeres en México y podemos notar que no distingue edad, es brutalmente uniforme, al igual que la impunidad que la acompaña. La violencia feminicida y las omisiones de las autoridades obstaculizan el acceso a la justicia para las familias de las víctimas.

Con el fin de alcanzar a entender el propósito de este ensayo, es importante saber a qué nos referimos con feminicidio. Está escrito en el Código Penal Federal artículo 325 y dispone  comete el delito de feminicidio quien prive de la vida de una mujer por razones de género^[1] y se estipula una lista de las distintas acciones que encuadran en las razones de género, bajo la idea de que estas circunstancias constituyen un desprecio y discriminación hacia la mujer, por ejemplo, cuando es golpeada, insultada, expuesta, etc. En virtud de que la violencia opera desde una cultura adoptada y muy marcada por patrones sociales que suponen un poder de dominio del hombre sobre la mujer.

Estos patrones sociales que venimos arrastrando desde hace miles de años, dictaminan la forma en la cual nos enfrentamos con la violencia dentro de nuestra sociedad. El patriarcado, machismo y misoginia que existe en nuestro país son nuestro principal enemigo al momento de la justicia social. Es impensable que en pleno 2020, tengamos gobernantes insensibles a los datos y afirmen públicamente que la mayoría de los casos de mujeres desaparecidas son falsos porque una gran parte “se va con el novio’’^[2].

Esto nos lleva a entender la rabia que las familias sienten en el momento que les arrebatan la vida de su familiar y saber que existe una alta falta de consecuencias por la ineficacia del gobierno, que se manifiesta a través de la inseguridad, la corrupción y la impunidad. Para revertir esta situación, se requieren políticas públicas que cierren la brecha entre la pena y la probabilidad de ejercerla.

En este sentido nos encontramos con la exigencia que tenemos contra el Estado para conseguir que cumpla con sus obligaciones. El Estado debe involucrarse activamente en todas las formas de atentados contra las mujeres, ocurran donde ocurran, con protocolos que aseguren que el feminicidio sea penalizado en todos los códigos penales estatales de conformidad con la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, además de estandarizar los protocolos de investigación de la policía de feminicidio.

...