Formacion Para El Trabajo En Venezuela

Normalmente cuando hablamos de las invasiones recordamos de cómo se han planeado batallas para ganar rápidamente algún territorio y alguna ventaja geopolítica. A menudo se añaden a estas motivaciones los atractivos de un saqueo inmediato. Sin embargo, las razones aducidas como casus belli de las invasiones incluyen la recuperación de un territorio perdido en el pasado; el idealismo religioso; las políticas de interés nacional; la persecución de los enemigos; la protección de los aliados; la adquisición de colonias; la previsión de un ataque futuro real o percibido; la protección o adquisición de rutas de transporte o recursos naturales, incluyendo los suministros de agua y petróleo; aplacar un conflicto desestabilizador o irrazonable entre vecinos; y como castigo a una supuesta deshonra. Durante el siglo diecinueve, las invasiones de esta naturaleza se solían manifestar bajo el emblema del imperialismo. Normalmente una invasión así será percibida por un bando como un acto de usurpación y por el otro como un acto de liberación. Una tendencia política moderna, probablemente instigada por un deseo de evitar acusaciones de imperialismo, consiste en que el invasor etiqueta eufemísticamente la invasión como una "intervención" para lograr un objetivo que se plantea en términos beneficiosos.

Lo referido a continuación es uno de los temas que ha ocasionado mayor controversia en las políticas de gobierno, a nivel de estado y a nivel municipal, porque a la hora de justificar este tipo de situación, cada uno busca dar su razón, y aunque se discuta una misma política, al parecer se discute de diferente forma este tema; por ejemplo los que realizan estudio sobre urbes, suelen decir que debido al crecimiento desordenado de la población, tenemos como resultados los altos índices de pobreza que existe en Venezuela, y para complicarlo un poco mas también se debe a la voluntad de algunas personas de adquirir parcelas de este tipo para su respectiva venta convirtiendo esto en un negocio de “Ranchos”, comercializando con el desespero de personas en busca de una vivienda propia para su familia que buscan habitar estos espacios, estableciéndose en lugares inapropiados para vivir.

Hoy me atrevo decir, que se ha convertido en un fenómeno existente en nuestro país, que no deja de tener relevancia social, política y jurídica; sean éstos, de propiedad Pública, Municipales, Nacionales y Privada. Situación que hasta ahora pareciera que ha sido propiciada por ofertas engañosas de personas inescrupulosas dedicadas muchas veces a este tipo de actividades que al tomar terrenos, identificándose como dirigentes vecinales o comunales o dirigentes políticos con aspiraciones particulares para optar a un cargo de elección popular y producir los dulces frutos de la permanencia en tales cargos, a costa del interés nacional, motivando a grupos de personas dentro de ellas a las que realmente necesitan de la vivienda u otras que desean realizar comercio con dichos terrenos ajenos. Ahora bien que cuando se habla de invasiones, no solo me permitiré plasmar en este escrito los terrenos o construcciones a medias terminar, sino también a edificios que no han sido habitados, es decir pueden estar en condición para habitar o concluida su infraestructura pero no han sido ocupados por sus propietarios; la invasiones a estos edificios se ha convertido en una actividad, que se ha venido desarrollando con cierta tranquilidad desde hace algún tiempo. Con esto se quiere decir que hay individuos que dan incentivos para realizar estas invasiones. El principal argumento presentado por las personas que invaden es no tener “una vivienda propia”, esa es la condición suficiente y necesaria para que estas personas realicen dicha actividad. Desde mi punto de vista es lamentable que las personas se encuentren en esta situación tan delicada, pero eso no les da derecho a tomar algo que no es de ellos, ningún criterio de justicia puede sostener ese argumento, por otra parte, sería interesante ver cuántas familias en Venezuela viven en condición de arrendamiento para darse cuenta que la diferencia entre los que no tienen vivienda y pagan alquiler y los que no tienen vivienda e invaden es que los primeros tienen trabajo mientras que los últimos seguramente no, con lo cual, el problema no es de falta de vivienda sino de acceso al empleo me atrevo a decir.

Por otro lado, me permito mencionar al Psicólogo Andrés Antillano habitante de Caracas, que asegura que las invasiones a edificios y terrenos ociosos en las ciudades venezolanas se han convertido en un tema de campaña electoral; y porque ¡no!, al parecer ya este tema se ha transformado en una herramienta para cualquiera que desee hacer cualquier tipo de situación que pueda recibir algún bien propio independientemente sea lo que desee. Tomando las expresiones de este Psicólogo a mi persona no le gusta el término de “invasiones” porque está cargado de sugerencias ideológicas que aluden, como si un ejército enemigo

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