Fortalecimiento del PSUV: Cinco estrategias para la consolidación del socialismo en Venezuela
efrain276 de Abril de 2014
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1. De la Cultura Política Capitalista “ a la Militancia Socialista”
“Cultura”; es todo lo que el hombre construye y manifiesta, conocimientos, estructuras sociales, religión, ideas etc. Aquí existe un punto de encuentro con otro termino “ Historia”. Por ello, la cultura y la historia se entremezclan, he aquí un primer paso para afirmar que nuestro pueblo históricamente es y será Socialista, no hay más cercano al socialismo que nuestra cultura. Ahora bien, políticamente hablando debemos de enfatizar que la aparición de una visión capitalista de nuestra sociedad no refleja que se halla perdido esa esencia socialista que nos remite la historia. Nuestra conducta “Capitalista” es inducida y pre fabricada, tiene que ver con patrones de conducta extranjeros. ¿Entonces como podemos avanzar a la militancia socialista? :
a) Aumentar el conocimiento objetivo sobre nuestro proceso de cambios estructurales. B)Abandonar los patrones de conducta foráneos, hacernos la pregunta ¿ de donde venimos?, ¿ Hacia donde vamos?. C)Tener manifiesto compromiso con la comunidad que nos rodea. D)Ser críticos y autocríticos.
2) Convertir la maquinaria en un Partido – Movimiento al Servicio de las luchas del pueblo.
Si hablamos de maquinaria, nos llega a la mente, la “Gran Maquinaria adeca” del siglo pasado. Debemos de eliminar de nuestro léxico todo vestigio que huela a punto fijismo. El PSUV debe ser la “Correa de Transmisión” entre el pueblo y el poder político (Gobierno). Debe ser los oídos del pueblo, no olvidarse de la planificación y la organización política. El “Movimiento” debe ser amplio, uniforme y continuo, abarcar a todos lo sectores, inclusive aquellos que nos adversa sin sentido político, solo por animadversión mediática y desconocimiento.
3) Convertir el Partido en un poderoso medio de propaganda, agitación y comunicación.
La Propaganda a través de la “Guerrilla Comunicacional” debe ser constante, convertirse en una propaganda inteligente, digerible al ciudadano de a pie, sin difamación y con ideas de transformación creíbles, y con una misión, visión y metas a corto y mediano plazo. Eliminar el “largo plazo” de nuestro vocabulario.
4) El PSUV como plataforma del desarrollo y fortalecimiento del poder popular.
El PSUV no puede convertirse en un “Fin en sí mismo”, tampoco debe desligarse del verdadero rol de un partido progresista, que es la búsqueda de la clase obrera. No debe olvidarse de que el único poder, es el poder soberano y este radica en el pueblo, por lo tanto su rol histórico es de “Transporte” de ideas del sabio pueblo, en el seno del PSUV, debe impartirse información ideológica, así, como conocimientos científicos, sociales, políticos, históricos y económicos. Estos estudios deben ir dirigidos a elevar la conciencia y conocimiento del pueblo.
5) La Constitución del gran Polo Patriótico una audaz política de Re - polarización.
La Re-Polarización puede activar signos contrarios a lo que se busca. La amalgama de factores que pueden en un momento histórico ayudar al fortalecimiento del proceso revolucionario pueden disgregarse por apatía, cansancio político y no verse reflejado en el discurso re-polarizante, estos elementos causados por una re-polarización pueden interferir en logros electorales. Nos quedamos con el Re - agrupamiento y la Re - politización, es decir la búsqueda de la unidad entre la diversidad ideológica.
LÍNEAS ESTRATÉGICAS
DE ACCIÓN POLÍTICA.
Este documento base contiene las líneas políticas de acción para acometer las tareas por venir:
1. De la “cultura política capitalista” a la militancia
socialista.
El triunfo electoral de la Revolución Bolivariana en diciembre de 1998, y su posterior
avance, se produjeron por encima de muchas de las estructuras partidistas entonces existentes, tanto de derecha como de izquierda, casi todas atravesadas por la “cultura capitalista” de apropiación y uso del poder político, cuyo orígenes el modelo rentista petrolero que penetró el alma nacional.
Esta “cultura capitalista” se expresa en el hecho de considerar que pertenecer a un partido equivale a “invertir” en él, a través de sus contribuciones financieras o con su trabajo militante, y que esa “inversión” debe ser “recompensada” o“ remunerada” con puestos, cargos, prebendas o influencias en el Estado, en el terreno de los negocioso en el mismo partido .La fortaleza de la Revolución Bolivariana se
sustenta, en buena medida, en la voluntad del máximo liderazgo de la Revolución, de enfrentar esta “cultura capitalista”, favoreciendo el contacto directo con el pueblo, interpelándolo, pero sobre todo dejándose interpelar por él, convirtiéndose en una suerte de intérprete de las demandas y las aspiraciones populares, dándole voz a los que nunca la tuvieron y haciendo visibles a los invisibles, a los marginados, a los olvidados y explotados.
Luego de las rebeliones militares-populares del 4 de Febrero y del 27 de Noviembre de
1992, hijas de la rebelión popular del 27 de febrero de 1989, y del proceso posterior de movilización popular liderados por el Movimiento Bolivariano Revolucionario 200, laRevolución12 13Bolivariana optó por la lucha electoral, y se hizo necesaria dotarla de un instrumento político electoral, el Movimiento V República, para lograr que aquella enorme masa popular en movimiento tuviera la cohesión, disciplina y eficiencia electoral necesarias para derrotar a la oligarquía y sus partidos. Hoy, al PSUV le toca ejercer esa función y ser vanguardia en el proceso de construcción y defensa de la Revolución Bolivariana y Socialista.
Sin embargo, a pesar de haber logrado preservar una amplia mayoría en la Asamblea Nacional en las últimas elecciones parlamentarias, los resultados pusieron en evidencia algunas fallas en el funcionamiento del PSUV y su vinculación con la base social de apoyo a la Revolución.
Entre las posibles causas de esta situación, podemos verificar, en mayor o menor medida, algunas actitudes o desviaciones características de los partidos tradicionales, tales como el burocratismo, el oportunismo, el sectarismo, el nepotismo y el gradual alejamiento de la base social bolivariana, resultantes de la persistencia de la “cultura capitalista” en el seno de la sociedad. Esta cultura es reproducida a lo interno del Partido, y se expresa en que algunos sectores lo conciben como un medio para el “ascenso social” de los y las militantes con responsabilidades de dirección a distintos niveles. Algunos camaradas se consideran líderes absolutos e indiscutibles en sus espacios, y asumen la discrecionalidad de excluir del Partido, y hasta de la Revolución, a quienes se atrevan a diferir o a disentir de ellos y ellas.
De acentuarse este tipo de comportamiento, el PSUV podría terminar convertido en un partido/iglesia, una suerte de “guía de las masas incultas”, que considera a sus militantes y a las diversas formas de organización popular como simples correas de transmisión de la línea indiscutible de los nuevos “sacerdotes”. De seguirse este camino, estas prácticas debilitarán la base social de apoyo a la Revolución Bolivariana.
Es por ello, que el Comandante Hugo Chávez, Presidente del Partido y líder de la Revolución, hace un llamado a las 3R², orientadas a revertir los efectos perversos de estas conductas. En este sentido, toda la dirigencia y la militancia del Partido debe comprometerse, de la manera más disciplinada, en la concreción de las 3R², desde los distintos niveles de dirección hasta la militancia de base. Pero serán las bases del Partido las protagonistas de este proceso. No será una rectificación “desde arriba”, sino fundamentalmente desde las bases.
2. Convertir la maquinaria en un Partido - Movimiento al servicio de las luchas del pueblo.
Las circunstancias en que se desenvuelve la Revolución Bolivariana, pacífica y democrática, hacen necesaria la existencia de un partido que asegure la movilización electoral, pero, principalmente, la formación ideológica, la coherencia y la sincronización de las acciones populares (ofensivas y defensivas).
El Partido tiene que ejercer su función como “maquinaria electoral”, pero, principalmente, como instrumento para la transformación de la sociedad, desde los sistemas de dirección y gestión general del país hasta la cotidianidad ciudadana.
Sin embargo, debemos reconocer que en el PSUV, se ha venido produciendo una imposición de la lógica de la maquinaria, donde se concibe el hecho electoral como un fin en sí mismo, y no como una tarea en la lucha por democratizar radicalmente la sociedad venezolana. La amplia base social de la Revolución termina instrumentalizada bajo la forma de “masa de maniobra” electoral en cada proceso, y lo que es peor, con formas organizativas que cada año se redefinen en función del mismo, perdiendo por ende su condición de sujeto de la Revolución.
En el ámbito interno, es necesario reconocer que las aspiraciones de la militancia por lograr la democracia interna, en cierto modo, han sido frustradas por algunos militantes con cargos de dirección o de gobierno, los cuales manejan recursos y gestionan cuotas de poder, para imponer a sus lealtades personales por encima de los auténticos liderazgos populares, leales a los principios revolucionarios. Esta situación obliga a una profunda revisión de los mecanismos de selección de nuestras
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