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Galletas de lodo en Haití


Enviado por   •  18 de Octubre de 2014  •  Trabajos  •  2.888 Palabras (12 Páginas)  •  251 Visitas

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Galletas de lodo en Haití

Ecología

Catedratico: DAMARIS AIXA GONZALEZ RIVERA

Alumno: Angel Misael Gonzalez David

Cuenta: 31111961

Sección: 1146

Galletas de lodo, un alimento para muchos en Cité-Soleil

Nadia Guerrier está sentada sobre una lona en Cité Soleil, un barrio marginal, pobre y violento de la capital de Haití. Con las manos bate, lentamente, una mezcla de tierra, mantequilla, sal y agua con la que hará galletas de lodo.

Toma la ligera masa con una cuchara y le va dando forma con círculos sobre la lona. Una a una, las va colocando en hileras y las deja al sol. "El sol las seca. Después, ya están limpias", dice su sobrino Fumi Ricardo, de 26 años.

La fabricación de galletas de lodo es una costumbre en Haití que existe desde antes del terremoto de siete grados Richter que devastó la ciudad y dejó más de 110.000 muertos y a 600.000 personas sin techo.

"Muchas mujeres embarazadas lo comen porque parece que es muy nutritivo", afirmó Michael Kuehn, director regional de la organización alemana Welthungerhilfe (Agro Acción Alemana).

"Ahora, por supuesto es también una expresión de la pobreza, pero es una exageración decir que porque hay hambre en Haití la gente tiene que comer esto", señaló.

El propio Kuehn las ha probado. "Yo no puedo recomendar el comer eso, claro que no, pero no es algo que refleje la pobreza, sino que hay un factor cultural". Para Guerrier, que tiene 36 años y seis hijos, elaborar las galletas es una forma de sustento económico.

Se levanta a las cuatro de la mañana y trabaja hasta las tres de la tarde en su elaboración. "Hago unas 100 o 150 cada día", dice en creole, levantando apenas la cabeza, sin descuidar la tarea. Cada galleta cuesta cinco gourdes (13 centavos de dólar).

Los vecinos pasan y se quedan viéndola mientras trabaja. "A mí no me gustan", admite Fumi, pero son "nutritivas" y "cuando la gente no tiene nada que comer, son buenas".

Guerrier las prepara sentada frente a su pequeña casa de lámina. Sus hijos se asoman desde la puerta, mientras ella bate y bate la mezcla. Algunos vecinos pisan al pasar con los zapatos el lugar sobre el que descansarán las galletas.

En Cité Soleil las galletas de lodo son parte de lo cotidiano, además de la basura, la inseguridad y el hacinamiento.

Para Kuehn, un punto clave para mejorar la alimentación en Haití, el país más pobre del continente, es aumentar la producción nacional y la distribución de la comida de una manera más justa.

"Hay que tener la política en el país de darle a la gente la posibilidad de comprar la comida disponible en el mercado en lugar de importar", señala.

Sin embargo, lo de la tierra no le asusta demasiado. "Eso de usar la tierra es una cosa cultural también", dice. "Yo recuerdo que mi mamá cuando se le caía el cabello comía una cosa que en Alemania se llama 'Kieselerde' (tierra de sílice), que tiene muchos minerales".

En Haití los niños comen galletas de lodo confirman funcionarios de la FAO

NACIONES UNIDAS, NY._ El hambre y las penurias por la que atraviesan miles de niños y niñas pobres en Haití, está traspasando los límites de la realidad y pareciéndose más a una escena de películas de ficción fabricadas en Hollywood.

Funcionarios de la agencia para la alimentación mundial de las Naciones Unidas (FAO), confirman que miles de niños en la empobrecida nación caribeña se ven forzados a comer galletitas de lodo ante la falta de alimentos en sus familias. Es más, algunos de los menores narran que tienen que comerlas varias veces al día.

Ante la imposibilidad de que muchas familias no pueden comprar ni siquiera una libra de arroz, los haitianos están apelando a medidas extremas, más que primitivas, de sobre vivencia para tratar de “engañar” el hambre, explicaron los funcionarios de la FAO.

Mujeres embarazadas y niños han hecho del lodo una tradición y lo usan como fuente de calcio y antiácido. Uno de las niñas, Charlene que a sus 16 años ya tiene un hijo dice que las galletitas son hechas del lodo que proviene de la planicie central del país.

Ella vive en uno de los barrios más indigentes de Cite Soleil en el que comparte una casucha de dos cuartos con cinco hermanos y sus padres que están desempleados.

A las galletas de tierra, se les agrega sal, y mantequilla vegetal y se han convertido en una fuente regular de sustento. “Cuando no hay comida en la casa, tengo que comerlas tres veces al día”, explicó como si hablara de un alimento “normal”.

Dijo que aunque le gusta el sabor a mantequilla y sal, las galletas le dan muchos dolores de estómago y cuando le da los senos al bebé, éste sufre de espasmos y cólicos. Descalza, con un vestido sucio y su físico fláccido, refleja el claro indicio de una desnutrición crónica. Su testimonio fue presentado en video y traducido al inglés.

Durante muchos días no encuentra nada más que las galletitas de lodo. La FAO ha mostrado gran preocupación por la situación que se está produciendo con la cantidad de niños y niñas haitianos que tienen que comerse esas galletas.

En Haití, la inflación en los productos de primera necesidad, están aumentando vertiginosamente y se debe a varios factores, entre estos el cambio de clima que destruye las cosechas y el precio internacional del petróleo.

La FAO está proveyendo de “vales” o cupones a los agricultores haitianos para ayudarlos a reducir los costos de sus cosechas. Los alimentos subieron en más de un 40% después del paso de la tormenta Noel por la que la ONU tuvo que declarar a Haití en estado de emergencia. La situación está amenazando la frágil estabilidad política y social de la nación más paupérrima del hemisferio occidental.

Haitianos comen lodo para aliviar el hambre

Era la hora del desayuno en uno de los barrios de chozas más miserables de Haití y Charlene Dumas comía lodo.

Con el aumento de los precios de los alimentos en el mundo, muchos de los más pobres no pueden comprar siquiera un plato de arroz por día. Y algunos apelan a medidas desesperadas para aliviar el hambre.

Charlene, que a los 16 años tiene un hijito de un mes, ha acudido a un tradicional remedio haitiano para

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