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Globalización Y Neoliberalismo. Elementos De Una Crítica


Enviado por   •  25 de Septiembre de 2011  •  1.894 Palabras (8 Páginas)  •  920 Visitas

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Breve reseña del desarrollo histórico del capitalismo

1.1 El Modo Capitalista de Producción

Surge en Europa entre los siglos XV y XVI, a partir del despojo progresivo de los campesinos y artesanos de sus medios de producción, por la expulsión de los primeros de las tierras señoriales y la apropiación privada de las reservas de tierras vírgenes, y la destrucción de las corporaciones medievales y la aparición de la industria domiciliaria en el caso de los segundos. Se debe recordar que la relación entre el siervo y el señor feudal tienen elementos “más políticos que económicos y contractuales, se trataba de una especie de trueque por protección, donde el título de propiedad se basó en la conquista y la ocupación por la fuerza militar” (Gambina, 1997).

Situación similar, por el vértice opuesto, a la que viven los campesinos paraguayos actualmente. La ocupación, que fue el titulo legal de los conquistadores españoles o en la posguerra del 70, es ilegal para los ocupantes de hoy, que son considerados usurpadores.

Así se puede ver que la producción capitalista surge inicialmente bajo la forma de empresa agrícola comercial, industria casera y manufacturera. En la primera, el agricultor despojado es empleado como obrero agrícola por el terrateniente-empresario. En el segundo caso, el productor despojado produce para un comanditario capitalista y en el tercero, concentrados en gran numero en las fábricas primitivas, para los empresarios.

Las características principales de las transformaciones que el capitalismo generará en las relaciones económico-sociales serán las siguientes.:

i. Separación de los productores de sus medios de producción y de subsistencia.

ii. Formación de una clase social que monopoliza estos medios de producción, la

burguesía.

iii. La conversión de la fuerza de trabajo en mercancía (Mandel, 1982).

A partir de este momento, se inicia el proceso de globalización del capitalismo, extendiéndose y afirmándose progresivamente sobre los restos del feudalismo, encarando la conquista del poder político y consolidándose en términos económicos con la Revolución Industrial.

En este marco surge el pensamiento revolucionario en las capas pre-proletarias, que darán nacimiento a las corrientes del socialismo utópico, que expresarán los contradicciones de la transición de un modo de producción a otro. El capitalismo no será solamente la acumulación y expansión colosal de nuevos conocimientos, inmensas riquezas y derechos para nuevos sectores; será también la acumulación de enormes miserias, injusticias, opresiones individuales, de género, nacionales, y negación contradictoria de derechos elementales a amplias capas populares.

Aparece así en escena, a partir de la toma de conciencia de los límites del capitalismo, una nueva práctica social y política, la lucha de clases de los obreros/artesanos, pre/proletarios (Sans-culottes, Bras-nus) y el proletariado propiamente, contra los capitalistas. Surge aquí un “Cuarto Estado” tomando posiciones progresivamente cuestionadoras del “Tercer Estado”, cuya lucha contra la monarquía, la nobleza y el clero totalizaban la escena política anteriormente (Mandel, 1987).

Simultáneamente, diversas capas oprimidas, incluso en el seno del proletariado, aparecerán con sus reivindicaciones específicas en una interpretación más radical de la profundidad de los cambios democráticos necesarios. Surgen de esta forma, los movimientos de reivindicación de los derechos de la mujer con la “Declaración de los Derechos de la Mujer y la Ciudadana” en plena Revolución Francesa, cuestionando la milenaria exclusión de la mujer. Las luchas por la eliminación de toda discriminación de sexo, casta y raza y se inician los movimientos por la emancipación de los judíos, el sufragio universal, la jornada de ocho hs., etc.

1.2 La Revolución Industrial

A mediados del siglo XVIII, con la denominada 1ª Revolución Industrial, se producirá la consolidación definitiva del modo de producción capitalista. El sistema de fábricas provistas de máquinas, será la forma característica de esta etapa emergente del capitalismo. Se basa en la transformación de las herramientas de trabajo mixto (artesanal/ industrial) con la aplicación de una nueva forma de energía en la producción: la máquina o motor de vapor.

A partir de 1780 aproximadamente, se conseguirá fabricar motores de vapor, de una eficiencia tal que sustituirán ventajosamente para el capital a la fuerza humana, animal, molinos de agua y otros. Se aplicará fundamentalmente en los telares mecánicos, las locomotoras y las bombas de agua en las minas. Se asistirá asimismo a una acelerada utilización del progreso de las ciencias naturales en la esfera productiva y de la circulación de mercancías. Los sectores donde los resultados serán de consecuencias más duraderas será la navegación y la construcción naval, que harán posible la expansión prácticamente mundial del comercio desde Europa hacia América, Africa y Asia de los llamados productos coloniales, dando lugar a uno de los primeros procesos globales en el modo de producción capitalista, que estimulará recíprocamente tanto la producción como el comercio.

Este clima se reflejará también en el aspecto ideológico; el clima feudal de estabilidad y orden será cambiado por el sentimiento de que todo cambia rápidamente y de que no existe un orden fijo y eterno. La burguesía tendrá en esta fase un rol progresivo, crítico y de cuestionamiento permanente de la forma predominante del control social en el feudalismo, la religión. Surgirán de esta verdadera lucha de clases, entre la burguesía y la decadente nobleza, el humanismo semi-ateo, la reforma y la filosofía racionalista y naturalista (Galileo, Descartes, Spinoza).

Esta era se consolida con el asalto generalizado de la burguesía sobre las posiciones de los restos de la nobleza, triunfando en todos los terrenos incluidos el de las costumbres, las ideas y los valores y desembocando en las grandes revoluciones burguesas del siglo XVIII: la revolución norteamericana de 1776 y la francesa de 1789.

Se observa así, la radical diferencia con el papel actual de la burguesía, clase

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