Golpes De Estado En Honduras
AC28816 de Marzo de 2014
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Los golpes de estado, han sido la constante en la vida política del país a partir de la década del 50. Específicamente, en el año de 1956 se da el primer golpe de estado, cuyo actor protagónico fueron las fuerzas armadas. Días antes de que finalizara su periodo, en el año 56, el presidente nacionalista Juan Manuel Gálvez, salió del país supuestamente enfermo y dejó en su lugar al vicepresidente Julio Lozano Díaz. Posteriormente, se instaló la asamblea nacional constituyente, para designar al sucesor del presidente Gálvez, pero los diputados nacionalistas no hicieron quórum y, por lo tanto, se rompió el orden constitucional, y don Julio Lozano Díaz asumió todos los poderes del Estado.
Julio Lozano, dio demostración de gustarle mucho la continuidad en el poder por lo que convocó a elecciones, el 7 de octubre de 1956, con la finalidad de legalizarse. Para ello, organizó un enorme fraude y su movimiento nacional reformista salió triunfante.
El 21 de octubre de 1956, las fuerzas armadas incursionan en su quehacer golpístico, propiciando un golpe de estado a Don Julio Lozano Díaz. Golpe encabezado por el general Roque J Rodríguez director de la escuela militar, coronel Héctor Caraccioli director de la fuerza aérea hondureña y el mayor Roberto Gálvez Barnes ministro de fomento. Posteriormente , el 24 de mayo de 1957, en el ejército, fue planificado un golpe contra esta junta militar de gobierno, el cuál fracasó, intentona ésta encabezada por el coronel Armando Velásquez Cerrato.
El 19 de septiembre de 1957, se suscita un hecho de mucha trascendencia en la vida política del país, en donde la asamblea constituyente, dominada por miembros del partido liberal, le concedió a las fuerzas armadas su autonomía. Esto, supuestamente, en agradecimiento a la gesta de deponer en el año de 1956 a don Julio Lozano Díaz.
El 22 de septiembre de 1957, la junta militar de gobierno convocó a elecciones para elegir la asamblea nacional constituyente; ésta asamblea, nombró a Ramón Villeda Morales como Presidente de la República para el período 1957 -1963.
El 21 de diciembre de 1957, tomó posesión del cargo el doctor Ramón Villeda Morales; en 1959, sufre la primera intentona golpista liderada por el ya mencionado coronel Armando Velásquez Cerrato quien, en ésta oportunidad, contó con el apoyo del sanguinario dictador centro americano Anastasio Somoza (Nicaragüense).
El 3 de octubre de 1963, el general Oswaldo López Arrellano dirigió un cruento golpe de estado contra el presidente constitucional de la República el doctor Ramón Villeda Morales; en ésta oportunidad, las fuerzas armadas aducen, entre otras causas del golpe de estado, la infiltración comunista de que era objeto el gobierno de Villeda Morales.
De todos los golpes de estado que registra la historia política de Honduras, el suscitado el 3 de octubre de 1963, ha sido el más sangriento. El general López Arellano, en 1965, mediante elecciones fraudulentas, se constitucionalizó como presidente del país para un periodo presidencial de seis años, hasta 1971. Este gobierno, se ha tipificado como muy conservador y dado al constante uso de la represión militar.
En marzo de 1971, se realizaron elecciones generales, ganadas por el doctor Ramón Ernesto Cruz del partido nacional de Honduras. Este gobierno, que fue de corta duración, enarboló la bandera de ser un gobierno de unidad nacional. En la realidad, resultó ser un gobierno débil y que no produjo ni se registran logros concretos en favor de la sociedad. Su caída, se produjo a partir de una gran marcha campesina que, entre otras cosas, demandaba una reforma agraria. Sobre la base de ésta demanda campesina, las fuerzas armadas, encabezadas por el general Oswaldo López Arellano, en diciembre de 1972, depuso al gobierno civil del doctor Cruz, justificando para dicho golpe la situación caótica en la que se encontraba la nación. Contrario a lo represivo que fue el golpe de estado de 1963, el ejecutado en 1972 se dio mediante el impulso de un período que ha sido llamado "reformista militar".
Este gobierno, materializó varios proyectos de mucho beneficio para la sociedad, como ser: por primera vez se elaboró un plan de desarrollo; se definió el quehacer fundamental del gobierno, impulsando una reforma agraria, para lo cual emitió el decreto ley N° 8; el decreto ley número 30, para mejorar las finanzas de las organizaciones sindicales; se creó la Corporación Nacional de Inversiones (CONADI), la que posteriormente fue saqueada por empresarios, quienes, por desgracia, nunca han sido juzgados; se establecieron impuestos a la exportación de banano y se creó, conjuntamente con otros países que se dedican a producir y exportar banano, la Organización de Países Exportadores de Banano (OPEB); también se creó el crédito prendario popular, como un medio para combatir la usura y otros más.
A partir de ésta fecha, se desencadena una serie de golpes militares al interior del mismo gobierno militar. El general López Arellano fue derrocado, el 22 de abril de 1975, por el escándalo que provocó el llamado soborno bananero conocido como "BananaGate" donde también estuvo involucrado el ministro de economía de aquel entonces Abraham Benetton Ramos, hoy reconocido en la sociedad como un "Prominente Empresario".
López Arrellano fue sustituido por el también general Juan Alberto Melgar Castro, quien estuvo al frente de la conducción del estado hasta el 7 de agosto de 1978, el cual fue objeto de otro golpe militar, esta vez integrado por un triunvirato militar, conformado por Policarpo Paz García, Domingo Álvarez Cruz y Amílcar Zelaya Rodríguez.
Los gobiernos militares, que surgieron a partir del segundo periodo del general Oswaldo López Arrellano, fueron gobiernos de los cuales no se registran logros de alguna importancia nacional. Más bien, en la última etapa del triunvirato militar se inicia una serie de medidas de represión y hostigamiento hacia las organizaciones sociales.
Se sucede en el país una nueva coyuntura política, que sienta las bases para devolver a la nación el régimen de derecho, y fue así como, el 20 de abril de 1980, se celebran elecciones para integrar una asamblea nacional constituyente en la cual se aprobó la constitución actualmente vigente.
A partir de esa fecha, se ha venido sucediendo procesos electorales, en el que los partidos tradicionales, liberal y nacional, se han alternado la conducción del aparato del estado Hondureño: en seis procesos electorales, ha habido cuatro gobiernos liberales y dos nacionalistas.
Destacamos dos fases claramente diferenciadas en esta época: la primera, en la década de los 80, cuyos cambios políticos respondieron más a una restauración del bipartidismo político, que a una verdadera transición a la democracia. No fue un estado democrático de derecho el que se pretendió construir, sino un estado patriarcal, clientelar patrimonial y corrupto. La transición política de ese tiempo, no tuvo como fuerza motriz una voluntad ciudadana consciente del rumbo o norte que debería seguir el país, en una época de pleno conflicto Centro Americano. Esta etapa, representó una ruptura importante con el pasado militarista y dejó una constitución política que refleja las negociaciones y los intereses de poder de su época. El contenido de esa constitución pudo haber sido mejor o peor en términos de derecho ciudadano, pero poco importaba, puesto que en manos de la clase política tradicional, lo que interesaba es continuar en el poder y lo menos que importaba era el cumplimiento de la misma. Alguna de la característica de esta época es que marca un periodo de transición política, mucha actividad electoral, debilidad institucional y fuerte presencia militar.
La segunda, en la década de los 90, de transición cultural e institucional, restablecimiento de la supremacía civil sobre los militares, fortalecimiento de la democracia electoral, construcción de una cultura política democrática y creciente protagonismo de la sociedad civil.
A finales de la década del noventa hasta la fecha, la situación política se ha caracterizado por llevar a la práctica el mismo modelo económico, conocido como neoliberalismo, implementado por ambas instituciones políticas tradicionales del país. Esto, obviamente, ha provocado graves y grandes repercusiones negativas en la sociedad, afectando ostensiblemente a los más pobres. Además, al igual que en la década del 80, ambos partidos tradicionales del país (Partido Liberal y Nacional), impulsaron la denominada "doctrina de la seguridad nacional", la cual tuvo un profundo impacto para la vida nacional, especialmente para la identidad nacional, la vigencia de los derechos humanos, la supremacía del poder civil sobre el poder militar. Década caracterizada por el desaparecimiento y asesinato de muchos dirigentes populares, fraccionamiento de varias organizaciones sociales y militarización de otras, exilios, persecuciones, amenazas contra dirigentes y luchadores sociales, defensores de los derechos humanos.
El Partido Nacional, en la etapa de 1990 al 2009, ha logrado hacer gobierno en dos oportunidades, siendo ocupado el poder por los señores Rafael Leonardo Callejas (1990-1994) y Ricardo Maduro Johes (1998-2001). Ambos gobiernos, pretendieron expresar ser gobiernos de apertura política, y que sobre el partido nacional soplaban supuestos aires de modernidad y renovación, buscando hacer que la ciudadanía olvidara, que éste partido, ha sido una organización política de tradición autoritaria, conservadora, vertical, y golpista durante su historia.
Sin embargo, estos aires de modernidad, que quisieron demostrar, quedaron olvidados frente a la galopante corrupción
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