Hibridacion Y Especializacion
donanesta10 de Diciembre de 2012
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En una reunión sobre la "interdisciplinariedad", organizada en el marco de un congreso mundial reciente de ciencia política, el colega R. Merritt nos recordó que: "Cuando Moisés descendió del monte Sinaí, traía consigo no sólo las tablas de los Diez Mandamientos sino también un protocolo secreto de inspiración divina que dividía el saber humano en varias disciplinas académicas". Se sabe que dicho protocolo, imposible de encontrar en los archivos del Vaticano, trazaba las fronteras de siete disciplinas: lógica, matemáticas, geometría, gramática, retórica, música y astrología. Tales fronteras fueron sagradas durante varios milenios, hasta el momento en que los herejes comenzaron a impugnarlas. Más tarde, los contestatarios fueron capaces de crear algunas disciplinas nuevas, como la química y la óptica. Es difícil afirmar en qué momento empezó a acelerarse la proliferación de las disciplinas científicas. Dejamos esta cuestión a los historiadores de las ciencias. Aquí, basta con reproducir lo sostenido por Harriet Zuckerman: "Desde 1901, las fronteras de las ciencias se han modificado en gran medida. Hoy día, hay especialidades cuya existencia ni siquiera se concebía en tiempos de Nobel" (Zuckerman, 1977, p. 51). Aunque Nobel haya presentido el cambio de los contornos de las ciencias, es evidente que no sospechó la rapidez de la transformación y de la proliferación. El químico sueco no podía imaginar la aparición de ramas científicas nuevas, tales como la biología molecular, la tectónica de las placas continentales y otras docenas de ellas. Los patrimonios científicos cambian constantemente. Claro está que se desarrollan, pero también se fragmentan, y las especialidades de estos segmentos de ciencia se comunican entre sí. Los nuevos dominios así creados se dividen también conforme crecen, como una amiba. La especialización en cada dominio conlleva nuevos progresos. Ni la especialización ni la fragmentación son deplorables. Al mismo tiempo, existen límites contra este crecimiento dentro de las fronteras de una disciplina o subdisciplina. Tales límites son rebasados por una intervención externa. En virtud de que cada fragmento se combina con fragmentos de otras disciplinas, el nuevo par de fragmentos inaugura un campo novedoso de investigación, el cual desarrolla su propio patrimonio. Este proceso se compone de dos etapas. Al principio, el objeto de estudio es examinado paralelamente en dos disciplinas; con base en los progresos realizados, ambas disciplinas entablan una comunicación. A menudo, se institucionaliza el nuevo dominio híbrido que, al emanciparse, es reconocido como independiente. Los investigadores innovan, en primer lugar, mediante la exclusión deliberada de cierto número de influencias, es decir, a través de la especialización; en segundo, por medio de la reintroducción en el análisis de las variables previamente excluidas. En la fase inicial de la investigación, la inclusión de todos los factores significativos provocaría el tratamiento superficial de cada uno de éstos. En consecuencia, el examen más profundo de algunos factores se vuelve prioritario. Sin embargo, tal prioridad puede sesgar la investigación y, por tal motivo, debe reintroducirse juiciosamente todo aquello que fue excluido a causa de los imperativos de la especialización. Este proceso mediante el cual se combinan los conocimientos especializados de diferentes dominios constituye lo que nosotros denominamos hibridación. Un campo híbrido es el resultado de la recuperación de zonas marginales de dos o varias disciplinas. El producto del proceso en cuestión transforma tanto el panorama de las ciencias sociales, que deja de parecerse a la imagen que de él se forma la mayoría de las personas. 6. La especialización en las ciencias sociales Conforme se desarrollan los patrimonios científicos, escapan al dominio de una sola persona. Ralph Turner presenta una descripción de este proceso en el marco de la sociología: "En los años treintas y cuarentas, era una ambición realista el deseo de ser un sociólogo general. En ese entonces, existía un caudal de conceptos básicos y un cuerpo de conocimientos acumulados en los diversos dominios de la sociología que eran lo suficientemente comunes para que un científico pudiera aportar contribuciones significativas en muchos subdominios sociológicos y hablar con autoridad de la disciplina en general. Hoy día, resulta difícil imaginar el genio que se requeriría para lograr semejante desempeño" (Turner, 1988, p. 34). La expansión del patrimonio sociológico ocasiona fragmentaciones sucesivas. Al desarrollarse una disciplina, se divide, y la mayor parte de los segmentos se convienen en sectores nuevos de investigación más o menos independientes . . Asimismo, la especialización es necesaria cuando una disciplina evoluciona desde el enfoque especulativo hasta las investigaciones empíricas. Ningún científico puede dominar una vasta realidad empírica, y el paso del nivel abstracto al nivel concreto obliga al investigador a limitar su campo, a 17
4. especializarse. Las disciplinas y subdisciplinas se dividen de acuerdo con criterios epistemológicos, metodológicos, teóricos e ideológicos. A veces, las divisiones ideológicas pueden revelarse irreductibles. Las de carácter teórico son susceptibles de superación. Las de naturaleza conceptual o metodológica pueden ser fácilmente conciliadas. Muchas de estar divergencias -en ocasiones, las más importantes- provienen del hecho de que dos investigadores que examinen el mismo objeto de estudio tengan colegas y contactos diferentes. Pueden experimentar influencias muy distintas y adoptar métodos que no sean complementarios. Imaginemos el caso de tres politólogos consagrados al estudio de la política italiana: el primero utiliza la teoría de los juegos; el segundo, métodos estadísticos sofisticados, y el tercero, análisis empíricos cuyos resultados se presentan en lengua vernácula o de modo muy accesible. Es evidente que los tres investigadores no hablan el mismo idioma y que casi no se interesan en los mismos problemas. No se comunican entre sí. El primero dialoga con los economistas o los especialistas en relaciones internacionales que aplican la teoría de los juegos; el segundo conversa con los estadísticos o con los psicólogos sociales, y el tercero prefiere frecuentar a los historiadores o a los sociólogos. En el resto de los dominios, la especialización ocurre también de esta manera, aunque las disciplinas se vean amenazadas por la fragmentación. La especialización es un fenómeno reciente, tal como se puede corroborar al consultar antiguos planes de estudio de universidades hoy día renombradas. Antes de la Primera Guerra Mundial, el catálogo de la venerable Universidad de Harvard tenía un aspecto patético en comparación con las exigencias contemporáneas. En 1902-1903, las ciencias sociales casi no estaban representadas, con excepción de la economía política y la historia. Los cursos de esta última disciplina no ofrecían gran variedad o amplitud, puesto que todos se centraban en la historia europea y estadounidense. La ciencia política era reconocida apenas como un subdominio del departamento de historia, y los temas entonces propuestos parecen en la actualidad muy polvorientos: la constitución estadounidense, el funcionamiento de la democracia inglesa, el derecho romano, el derecho eclesiástico y del derecho internacional. La psicología recibía un tratamiento similar, en tanto que subdominio de la filosofía; existía un curso de psicología experimental y otro de psicología comparada. Lo que hoy día entendemos por antropología estaba representado por el departamento de "arqueología y etnología americanas", muy etnocéntrico, al igual que el departamento de historia. La lingüística no tenía un departamento propio, pero la filología era una asignatura impartida en los departamentos de alemán, francés, latín, griego y lenguas semíticas. La economía estaba más desarrollada que las ciencias sociales, aunque todavía no se dividía en especialidades. Con todo, el departamento de economía se hallaba relativamente bien integrado y ofrecía muchos cursos en los subdominios de las finanzas públicas, las organizaciones industriales, la legislación bancaria, las crisis económicas, el comercio internacional, la contabilidad y las teorías económicas. Existía incluso un curso de sociología, pero esta última no era reconocida como una disciplina independiente. La sociología no era enseñada en ninguna otra parte sino en este departamento de economía y en tanto que "principios de sociología". En el año académico 1924-1925, las ciencias sociales estaban mejor representadas y algunas de ellas comenzaban ya a segmentarse. No obstante, el catálogo de la Universidad de Harvard conservaba las características de aquél de un pequeño colegio municipal de nuestros días. Mientras tanto, la historia descubría al Lejano Oriente, el Imperio español y diversos países de Latinoamérica. Surgió "la historia social e intelectual" en tanto fragmento analítico. La economía abarcaba nuevos dominios, como la estadística o la metodología. Hubo que acoger el nacimiento de un híbrido, la historia económica, dominio ubicado entre dos departamentos y propuesto a los estudiantes inscritos en ambas disciplinas. La ciencia política englobada con el término gobierno se separó de la historia y pasó a constituir un departamento independiente. Incluía varias secciones: "gobierno moderno" (Estados Unidos de América y Gran Bretaña), derecho y teoría política, derecho internacional y diplomacia. Al igual que un colegio pequeño de nuestros días, ofrecía un curso sobre el gobierno municipal. La antropología aparecía como departamento, cubriendo
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