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Historia de la Cultura. La relación entre la ciencia y la religión


Enviado por   •  2 de Marzo de 2018  •  Ensayos  •  2.359 Palabras (10 Páginas)  •  139 Visitas

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El elemento religioso: un obstáculo o una contribución en medio de las circunstancias al desarrollo de la ciencia moderna reflejadas en la actualidad.

La relación entre la ciencia y la religión tradicional e históricamente ha estado teñida de conflicto, debido principalmente a sucesos históricos en los cuales la Iglesia –especialmente la Católica- se convirtió en un enemigo acérrimo de la ciencia y de quienes osaban cuestionar los dogmas de la fe.

Una de las características fundamentales del ser humano es la formulación sistemática y permanente del por qué de los acontecimientos que surgen en su alrededor. Esta característica del ser humano fue señalada por la filosofía griega. La respuesta a esta pregunta se fundamentó en la permanente observación de los hechos, observación que indujo a la comparación y a la experimentación. En esta combinación de acciones; observar, comparar y experimentar, dio origen al método científico. No obstante, en el desarrollo de la cultura, el llegar a un método científico, diferencia establecida entre la metafísica y la ciencia, tomó muchos miles de años.

 En el transcurso de las diferentes civilizaciones y sus culturas, dimensiones trascendentales como la religión, lo casuístico del mundo cotidiano que induce a “construir realidades” carentes de objetividad, verdades que eran contrarias a principios de fe, o creencias profundamente arraigadas al margen del devenir de los hechos, han sido históricamente fuente de conflictos entre las religiones establecidas y aquellos que bajo principios científicos, contradecían los dogmas establecidos.

En el siglo tercero antes de Cristo, el filósofo, matemático, astrónomo  Eratóstones de Cirene (276/194 AC), no solo afirmó que la tierra era redonda, sino que además, estimó que la circunferencia de la tierra era de aproximadamente en medidas de hoy, de 40.000 kilómetros. La tesis de Eratóstenes fundamentada en los principios de la ciencia contradijo las creencias del común observador, se adelantó casi 1800 años a la confirmaciones empíricas propias del Siglo 15 (Cristóbal Colon de basó en la tesis de Eratóstenes), sino que además, fue una tesis prácticamente contraria a las creencias de la Iglesia Católica y de los comunes observadores, en donde se suponía que la tierra era plana y que el sol giraba en torno a ella.

Héctor Miranda Fonseca (2015), en su artículo “La importancia de  San Agustín y Santo Tomas de Aquino en la concepción cósmica y su influencia en los calendarios” que “la calendarización pronto tuvo un trasfondo religioso, por muchas culturas comenzaron a creer que los astros eran una suerte de dioses que determinaban lo que sucedía en el mundo físico de los humanos”.

Con la aparición de la filosofía  en Grecia, se rompe el paradigma y se origina una visión en la cual la religión y la ciencia, de manera singular, se separan. Dicha situación se extendió en todo occidente europeo, por la influencia de los helenos y su labor marítima y comercial”. (pag 149 Revista Humanidades, Escuela de estudios Generales, UCR, N 2, 2015).

Desde el punto de vista del análisis y reflexión filosófica, Platón y Aristóteles, fueron claros en la separación entre la ciencia y el conocimiento objetivo, y  los dioses y sus construcciones del mundo, expresados en la fe y las creencias.

 Ambos separaron ambos mundos, dioses en una dimensión, la ciencia en  otra dimensión.

Esta cosmovisión  helénica no es aceptada por la Iglesia Católica, en lo concerniente a separar la fe y creencias de la ciencia. Uno de los hechos históricos más significativos fue la tesis del científico  Galileo Galilei (1564/1642). Galileo, basado en la teoría heliocéntrica de Nicolás Copérnico, fue condenado por el Tribunal de la Santa Inquisición de la Iglesia Católica, por sus tesis científicas que señalaban de que  no era la Tierra el centro del Sistema Solar, sino que era el Sol. La Tierra es la que gira  alrededor del sol, en consecuencia, el hombre tampoco era el centro del  universo. En este caso como en otros, se manifestó el divorcio entre las creencias religiosas y la ciencia, divergencias que perduran hasta hoy, como es el caso de ciertos sectores que no aceptan las teóricas de la evolución.

No fue sino hasta el 31 de octubre de 1992, ante la Academia Pontificia de la Ciencia, que el entonces Papa Juan Pablo II declaró oficialmente que Galileo Galilei era inocente de la acusación por la que había sido condenado en el año 1633. Fue, en ese momento, acusado de hereje por haber cuestionado la teoría aristotélica que la Iglesia defendía a ultranza.

La relación antagónica entre la ciencia y la religión tiene su origen en la posición de poder que la Iglesia, representante de Dios en la Tierra, ha ejercido durante una buena parte de la historia. La representación divina en la tierra, sumado a la ignorancia de la mayoría de los habitantes, le dio una poder enorme, no solamente espiritual sino que económico y social. Con el auge del pensamiento, la ciencia comenzó a dar respuesta a muchos de los aspectos que la Iglesia mantenía en el dogma absoluto como los avances en la medicina del cuerpo humano, el estudio de las estrellas y el orden inmutable preestablecido. La visión que tenían del mundo era aristotélica, es decir, la tierra se ubicaba en el centro del Universo y los astros, entre ellos el sol, giraban a su alrededor. Para el filósofo griego Aristóteles el cosmos era inmutable, estable y eternamente inmóvil. La iglesia se aferró a esta visión del mundo porque legitimaba su poder establecido por Dios.

Pero si el conflicto entre conocimiento científico y creencias religiosas no ha sido tan importante en sí mismo, al menos hay cuatro fuentes de tensión entre ciencia y religión que sí que han sido relevantes.

La primera de ellas es el hecho de que la religión haya tomado gran parte de su fuerza de la observación de fenómenos misteriosos como los terremotos, las enfermedades, los truenos, etc, que parecerían requerir para su existencia de la intervención de algún ser divino. 

A medida que el tiempo ha ido pasando, esos misterios se han ido explicando desde una perspectiva cada vez más naturalista. Evidentemente, la ciencia no ha podido explicar todo ni podrá hacerlo nunca pero, lo más importante es que, no ha constatado nunca nada que requiera de una intervención sobrenatural para su explicación. Weinnberg, S. (2008). Las creencias religiosas se debilitan por el avance científico. Extraído de: http://www.tendencias21.net/Las-creencias-religiosas-se-debilitan-por-el-avance-cientifico_a2606.htm

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