INTRODUCCION A LOS ESTUDIOS DE GENERO

DE LOS ESTUDIOS DE LA MUJER A LOS ESTUDIOS DE GENERO: Han recorrido un largo camino.

En los países desarrollados, se pueden identificar dos vertientes u olas diferenciadas en los inicios de los estudios de la mujer. La autora Bellucci indica que, “se podría considerar como hecho singular que los Estudios de la Mujer irrumpen en aquellas sociedades en las cuales la conflictividad especifica de género ya han permeado el discurso social” (Bellucci, 1992).

Las primeras manifestaciones de lucha orgánica y contestataria de las mujeres, siguiendo un orden cronológico, se desarrolla a finales del siglo XIX y se denomina “Estudios de la Mujer O Women´s Studies” desde esta perspectiva se desarrolla la primer ola de feminismo. Para el historiador Perri Anderson “La primer ola de feminismo esta signada por la conquista del sufragio, el ingreso de las mujeres a la universidad y, en especial su incipiente presencia en el mundo académico”. (Bellucci, 1992). Asimismo podemos agregar que también se caracteriza por la iniciativa de democratizar aquellos espacios productores de conocimiento donde las mujeres no se sienten representadas por estar excluidas como sujetos y objetos de estudio. Comienza así una actividad febril en la constitución de organizaciones autónomas, grupos de concientización, elaboración de boletines, revistas, panfletos, periódicos, entre otras.

Transcurridas casi seis décadas del siglo XX, y ya conquistados muchos de los derechos adquiridos por los hombres especialmente, el colectivo femenino en los países centrales se incorpora y se reubica dentro del orden económico y cultural imperante. En mundo estaba sumergido en proyectos radicalmente vanguardistas, críticos del poder, de la institucionalización, de las normas y las jerarquías; la bandera emblemática era la liberación y el punto final a una concepción histórica lineal.

Emerge así con fuerza, en pleno proceso de expansión económica de los sesenta, la segunda ola del feminismo o “Women´s Lib”, y sus fundamentos se centraron en “Llevar hasta las últimas consecuencias el principio de la igualdad de derechos de todos los ciudadanos para abolir cualquier tipo de discriminación” (Bellucci, 1992). Como así también, en revertir la concepción decimonónica biologista que sugería que, los roles sexuales asignados para los hombres y mujeres responden a factores explícitamente biológicos. Esta determinación netamente biologista posibilita la búsqueda de la autodeterminación sobre el cuerpo y se comienzan a montar multitudinarias campañas contra el aborto, la violación y el maltrato físico, psíquico y sexual dentro de la pareja, así como contra severos cuestionamientos al modelo patriarcal de familia y de maternidad. Fruto de la presencia pública de las libertarias activistas del “Women´s Lib”, las Naciones Unidas declaran a 1975 como el Año Internacional de la Mujer”, mientras el periodo de 1975-1985 es establecido como la “Década de la Mujer”. Desde sus inicios, las estrategias y las metodologías montadas por los estudios de la mujer han tenido como objeto hacer visible lo que se mostraba invisible a la sociedad, desmontar la pretendida naturalización de la división socio-sexual del trabajo; revisar su exclusión en lo público y su ejecución en lo privado, así como cuestionar la retórica presuntamente universalista de la ideología patriarcal.

En palabras finales Mabel Bellucci indica que, “Con respecto a los países subdesarrollados los Estudios de la mujer están en proceso de conformación, sostenidos por grupos reducidos de intelectuales, académicas y militantes feministas, donde si bien todavía no producen grandes impactos en cuanto a su significación política, su sola presencia -más allá de la producción teórica que encierra el fenómeno- genera una interrogación en el espacio académico que no debe subestimarse”. (Bellucci,

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