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INTRODUCCION A LOS ESTUDIOS DE GÉNERO


Enviado por   •  10 de Junio de 2018  •  Apuntes  •  3.959 Palabras (16 Páginas)  •  199 Visitas

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UNIVERSIDAD DE BUENOS AIRES

FACULTAD DE PSICOLOGÍA

INTRODUCCION A LOS ESTUDIOS DE GÉNERO

PROF. Titular: Lic. Débora Tajer

Profesoras: Lic. Sol Bajar - Lic. Camila Abusabbah

“¿Cerca de la revolución cultural?”

COMISION 2

Federico Szkolnik

AÑO 2015 – 1° cuatrimestre

¿Cerca de la revolución cultural?

“La mayoría impone su ley a la minoría o la persigue.

Pero las mujeres no son, como los negros de Norteamérica,

 o los judíos, una minoría: en la Tierra hay tantas mujeres como hombres.”[1]

Simone de Beauvoir

El segundo sexo

Introducción

La marcha que tuvo lugar en varios puntos del país llevada a cabo el 3 de junio bajo la consigna “#Ni una menos”, dio cuenta de la semilla sobre la cual nacen en la sociedad, los cuestionamientos de las representaciones sociales imperantes del modelo patriarcal y de la concientización por parte de muchas mujeres y hombres, de que tales representaciones no son naturales, sino que son construcciones sociales e históricas. La marcha surgió a partir del femicidio de la adolescente Chiara Páez de 14 años en manos de su novio de 16 años, en la localidad de Rufino, provincia de Santa Fe. Este femicidio produjo indignación en la sociedad y por medio de las redes sociales, varias escritoras, periodistas y organizaciones de mujeres, convocaron a concentrarse a la sociedad en la plaza de los dos congresos frente al Congreso de la Nación. Dicha convocatoria fue precisamente dirigida a mujeres y hombres, porque no es un problema de las mujeres o de los hombres, sino que es un problema cultural de este sistema patriarcal y de la forma en que se construyeron las subjetividades femenina y masculina a lo largo de la historia.

Según Simone de Beauvoir, “la mayoría impone su ley a la minoría o la persigue. Pero las mujeres no son, como los negros de Norteamérica, o los judíos, una minoría: en la Tierra hay tantas mujeres como hombres”[2]. La marcha del “3-J” da cuenta, como las mujeres del país se organizaron para decir “Basta a la violencia de género!”, donde también a esta convocatoria, se sumaron varios países de la región, como por ejemplo Uruguay y Chile.  La pregunta que nace a raíz de esta marcha es: ¿Estamos más cerca de una revolución cultural en cuanto a que no haya más desigualdad entre los géneros? Vamos a tratar de contestar esta pregunta a lo largo del siguiente trabajo.

Desarrollo 

       A pesar de que se haya sancionado la Ley 26.485 (Ley de protección integral para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres en los ámbitos en que desarrollen sus relaciones interpersonales) la violencia hacia las mujeres sigue estando presente en nuestra sociedad, en todos los ámbitos que existen, ya sea desde el familiar, pasando por el laboral, el judicial, etc. Según el articulo 4º de dicha ley, “se entiende por violencia contra las mujeres toda conducta, acción u omisión, que de manera directa o indirecta, tanto en el ámbito publico como en el privado, basada en una relación desigual de poder, afecte su vida, libertad, dignidad, integridad física, psicológica, sexual, económica o patrimonial, como así también su seguridad personal. Quedan comprendidas las perpetradas desde el Estado o por sus agentes. Se considera violencia indirecta, a los efectos de la presente ley, toda conducta, acción omisión, disposición, criterio o practica discriminatoria que ponga a la mujer en desventaja con respecto al varón”[3]. Pero también hay violencia de genero por parte del Estado, ya que las mujeres no pueden decidir sobre su cuerpo, es decir, si quieren realizar un aborto, deben acudir a lugares clandestinos para poder realizarlo, porque el aborto en Argentina es ilegal. En la marcha del “3-J”, uno de los reclamos era justamente que las mujeres quieren tener la libertad de decidir sobre su cuerpo. Según Ana María Fernández y Débora Tajer, “no es posible afirmar, que las practicas abortivas, en si, sean pasibles de generar malestar o culpa. Sino que dichos sentimientos deben ser pensados (cuando aparecen) como una configuración subjetiva donde juega un rol decisivo el bagaje de significaciones que la sociedad en general y cada mujer en particular compongan acerca de lo legal y/o lo legitimo de esa decisión. En algunos países en los cuales el aborto es legal, libre y gratuito, además de facilitarse la seguridad clínica y el acceso de las mujeres de toda condición social o edad, existen palabras para denominar esta intervención clínica que producen otras significaciones y, por ende, tienen otras implicancias emocionales y morales. Así, por ejemplo, no es lo mismo hablar de “regular la menstruación” que de “matar una vida”. Las distintas modalidades de significación ponen de manifiesto cómo los modos de nominación que una sociedad instituya para dicha practica están en intima relación con el imaginario personal de mujeres y varones acerca de la misma”[4]. En el caso de Chiara Páez, la autopsia determinó que Chiara fue forzada a tomar la droga “Oxaprost”, un medicamento que se utiliza con fines abortivos. Esta pastilla es usada generalmente para estos fines, a raíz de que el aborto es ilegal en nuestro país. Aquí podemos ver la dimensión política que se visibilizó en la marcha, en relación a que debe modificarse este criterio de ilegalidad de esta práctica, ya que muchas mujeres de bajos recursos que no pueden acceder a esta intervención clínica mueren. Siguiendo con lo que dicen las autoras mas arriba, “en un marco de legalidad, los abortos no necesariamente llevan la carga de las significaciones de culpa y muerte que sí presentan en los países en los cuales esta practica es aun penalizada. Llamar “regulación de la menstruación” a las practicas de interrupción del embarazo realizadas antes del mes de gestación da cuenta de políticas en salud que propician que las intervenciones en cuestión se realicen con mayor seguridad clínica, al fomentar su implementación en las primeras semanas y por lo tanto con menor riesgo y en mejores condiciones sanitarias. En este sentido, uno de los argumentos más frecuentes en contra de la despenalización del aborto en la Argentina, suele ser la dificultad para abordar estos temas debido a la fuerte oposición de Iglesia Católica”[5]. Pero con este argumento, pareciera que nos encontráramos en el momento de la historia donde la Iglesia tenía el poder sobre los cuerpos. Aquí el Estado esta ausente con respecto a esta problemática que afecta a muchas mujeres, por lo tanto, no es un argumento valido que la Iglesia esté en contra, que obviamente lo está, por su cosmovisión de la fecundidad y de la vida, sino que no hay una decisión política de legalizar el aborto.

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