Ideologias

El IMPERIO DE AGUSTIN DE ITURBIDE

Agustín de Iturbide aprovecho la coyuntura política y preparo el terreno para su llegada al poder; su astucia e ingenio lo colocaron en la cúspide de la fama y la noche del 18 de mayo de 1822 lo programaron emperador.

Su discurso político se modifico con el paso de los meses. Esto obedeciendo a sus propios intereses; la llegada de un príncipe era la esperanza de los borbonistas. A ello contrapuso el desprecio del monarca, por lo que la España venerada de la que hablaba el plan de iguala, empezó a ser odiada, ya que ahora representaba un símbolo de opresión, termino con las aspiraciones de los insurgentes.

Agustín de Iturbide no rompió con el orden socioeconómico. La economía se encontraba en condiciones deplorables. Las ganancias en 1821 fueron de 6 millones de pesos, el contrabando redujo la recaudación de impuestos. Se establecieron cuatro ministerios: hacienda, justicia, guerra y relaciones exteriores, la declaración de igualdad dejo a los indios, acostumbrados a un régimen de tutela.

Poco sirvieron las medidas implementadas para sacar al país adelante el cual avía llegado a una extensión territorial de 4665000 km2. La crisis económica llega a tal extremo que se agoto el erario para mantener el ejército y a los funcionarios públicos. La solución fue la incautación de un cargamento de plata de los comerciantes de perote, cuyo valor era de un millón doscientos mil pesos.

Durante la época colonial y el siglo XIX, México fue un país dedicado a la agricultura. La mayor parte de sus ingresos por ventas extranjeras provenían de la explotación minera, especialmente, de la plata. De este mineral, México ha ocupado el primer lugar mundial en producción desde hace más de dos siglos.

El proceso de industrialización de México durante la Colonia y el primer siglo de vida independiente fue sumamente lento. Entre los siglos XVI y XVIII, las leyes coloniales impedían el desarrollo de las manufacturas en la Nueva España como en el resto del Imperio Español. Éstas debían importarse de la metrópoli, que a su vez las adquiría mayormente de las naciones industrializadas del norte de Europa. Todo el siglo XIX hubo intentos por dotar de una planta industrial al país. Los gobiernos intentaron atraer empresarios extranjeros, sin mucho éxito. Durante la década de 1830, Lucas Alamán estableció el Banco del Avío, destinado al fomento industrial. Sin embargo, todas estas tentativas rindieron escasos frutos.

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