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Inseguridad ciudadana - Perú


Enviado por   •  21 de Septiembre de 2015  •  Informes  •  1.316 Palabras (6 Páginas)  •  144 Visitas

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A través de la historia, Lima se ha mostrado como una ciudad insegura. Siendo, en estas últimas décadas, donde se ha reflejado y propagado con mayor impacto[a]. ¿Quién no ha sido víctima o ha presenciado un acto de violencia o un delito? ¿Cuántos de nosotros hemos sentido que la inseguridad ha crecido considerablemente y percibido cómo perjudica directamente en nuestras vidas? A continuación, se explicarán las causas de cómo la inseguridad ciudadana se ha incrementado y de qué forma afecta a la sociedad en general.

Por un lado, logramos percibir que la inseguridad influye de manera conjunta reflejándose en un gran impacto para nuestra comunidad, ya que son instancias de interacción y aprendizaje donde el ciudadano se desarrolla. Por ende, el sujeto puede interactuar en áreas y espacios que se encuentre a pesar de la violencia y el delito que existe, además, en los últimos años, se ha debilitado su fuerza de control en las calles de Lima. Como primer punto, se tiene que en las familias tienen diferentes factores que ponen en tensión el comportamiento de cualquier miembro del hogar. El motivo de esto podrían ser los actos delictivos que puede cometer o copiar como modelo a seguir de personas delincuentes que su único fin es poner en peligro a la sociedad.[b] Por ello, se pueden originar conflictos y transformaciones en la conducta familiar. Precisamente, por esto es que muchos jóvenes se convierten en personas perjudiciales para nuestra sociedad debido a la falta de presencia de una autoridad que lo controle. Un claro ejemplo de esto son las familias disfuncionales que, en distintas ocasiones, generan individuos peligrosos para nuestro país. El segundo explica claramente que la comunidad está totalmente desorganizada. Esta situación contribuye a que los actos delictivos sean cometidos indefectiblemente en distintas zonas de nuestro país. Por otro lado, el móvil socioeconómico es resaltante debido a la gran influencia que tiene la seguridad ciudadana sobre la economía. Esto se evidencia en la deficiente distribución de los recursos; es decir, las diferencias de los niveles socioeconómicos se agudizan perjudicando a los sectores más pobres finalmente. Por ejemplo, tomando como base los datos del informe de Desarrollo Humano 2013, se encuentra que el 25% que tienen altas tasas de homicidios (mayores a 10 por 100 000 habitantes). [c]Otra evidencia que soporta esta relación son los altos índices de pobreza en el Perú. La mayoría de las personas que fomentan la inseguridad ciudadana, llamados delincuentes, provienen de sectores con escasos recursos. En otras palabras, se tiene una relación directa entre pobreza e índices de delincuencia. En el 2010, el porcentaje de la población en pobreza por 100 000 habitantes, era de 31.3% Por último, se encuentra los facilitadores de inseguridad, entendemos por esto aquellas condiciones propias de cada comunidad que contribuyen a una sociedad marcada por la criminalidad. El aumento de consumo de alcohol y estupefacientes se encuentran dentro de esta categoría, puesto que, al consumir estas sustancias, se genera en sus cuerpos una alteración nerviosa que los vuelve aún más temerarios. Otra de ellas, y no menos importante, es la adquisición de armas de fuego. En la última década, la posesión de armas por la ciudadanía en nuestro país es un fenómeno frecuente. Así se precisa que el 56.8% de personas poseen armas de fuego de manera ilegal.

El aumento de la delincuencia y de los delitos en el Perú es un problema que está presente en el paisaje general de nuestro país. Por un lado, se encuentra la victimización [d]que es la cantidad real de crímenes realizados en nuestro país. Esto influye de manera negativa sobre la seguridad pública generando un clima de vulnerabilidad hacia los criminales. Esto se da debido a que la delincuencia está presente y aumentando constantemente en nuestra sociedad. Un ejemplo visible de esto es el de enrejado de zonas residenciales en nuestra capital, un hecho que demuestra la situación actual de nuestro país. Esto también afecta a las personas despojándolas en muchas oportunidades de lo más básico que tienen como humanos, sus derechos. Tales como el derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de su persona. La barbarie con la que estos delincuentes cometen sus fechorías es un indicador de lo peligroso que se ha vuelto nuestro territorio. Una clara ejemplificación de esto es el caso de la pequeña niña que quedó parapléjica por el impacto de dos balas disparadas por un grupo de malhechores al intentar robar dos mil dólares de un cambista al cual le habían hecho seguimiento. Por otro lado, se observa la fragilidad a nivel institucional, es decir, el poco compromiso de las autoridades por solucionar el asunto de la inseguridad ciudadana. Esto se evidencia en dos aspectos advertidos por los ciudadanos. El primero es la corrupción de nuestros supuestos “dirigentes”, que muchas veces beneficia a los criminales sobre las demás personas. Sobre esto, encontramos una cifra alarmante en nuestro país, de cada 100 personas el 30% afirma que en más de una ocasión ha presenciado un acto de soborno o coima hacia funcionaros públicos o policías. Más de la mitad de los entrevistados afirmaron que, en la situación actual es aceptable hacer uso de esta práctica. El segundo es la impunidad de los delincuentes ante la ley. Aproximadamente solo el 25% de los crímenes en nuestro país es denunciado, ya sea por temor a represalias o simplemente resignación. De ese 25% de delitos denunciados, solo el 15% desenlaza en la captura de los sospechosos y en su consiguiente priva de libertad. Por último, otra consecuencia de la inseguridad es la cantidad de recursos económicos que se le destina para atenuarla. Dentro de esta inversión, están los gastos institucionales y los gastos a nivel familiar. El primero se explica mejor como la relación inseguridad-déficit económico, en otras palabras, la inseguridad afecta al crecimiento económico por el clima de violencia originando un círculo vicioso entre el Estado y el sector privado. Se entiende por círculo vicioso cuando las empresas invierten más en gastos de seguridad, reduciendo sus ganancias y, en consecuencia, el cobro de impuestos por parte del Estado disminuye. Esto provoca una inestabilidad que se refleja en la carencia de recursos para invertir en seguridad. Según Eugenio De Medina, economista graduado en Ciencias Sociales de la PUCP, este círculo afecta considerablemente al crecimiento de la inseguridad. También afirma que el Perú es el cuarto país de Latinoamérica que presenta un clima social decadente. Asimismo, la inseguridad afecta de igual manera a la economía de las familias, ya que estas destinan sus propios recursos para poder enfrentarla a través de la inversión en seguridad privada. Los costos materiales que incluyen las pérdidas de los bienes afectados (patrimonio propio de las familias). El único estudio sobre el costo económico para el Perú data de 1999 y estimaba que ascendía al 5.1% del PBI (Producto Bruto Interno) del país.

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